Las cosechas se demoran acortándose los tiempos para realizar esa tarea, mientras se acerca el período de siembra de los cultivos de invierno, que deben ser buenos para minimizar costos en un verano que se anuncia que será seco.
El ingeniero agrónomo Álvaro Ferrari, encargado en la empresa agropecuaria Garvil SA, con chacras al norte de Durazno y sur de Florida, comentó cómo las precipitaciones y la humedad han afectado los cultivos de verano, particularmente el maíz de primera temprano, soja y maíz de segunda, lo que da “un abanico de situaciones entre buenas y malas”.
El maíz de primera temprano plantado en Florida, “alcanzamos a sacarlo antes de las precipitaciones, fue un maíz que prometió y cumplió, o sea con buenos rendimientos y sin problemas por el exceso de humedad y sin afectaciones por chicharrita a simple vista”, dijo Ferrari.
Respecto al maíz de segunda, la situación cambia totalmente, resultando en “un desastre”, esta sí por efecto de la chicharrita que afectó el 50% de las plantas, llevando a “una caída del rendimiento estimado entre 40 y 50%”. “Si algo bueno hay para decir es que este año se sembró poco maíz de segunda, en apenas un 5% del área, o sea que el área baja en relación con lo que se siembra en la empresa y el golpe es poco relevante”.
La soja “en general está con dificultades para cosecharse por las abundantes lluvias y la necesidad de cuidar los campos para no romperlos”. Precisó que “hasta antes de las lluvias este cultivo se había preparado tímidamente pero ahora aceleró el proceso y lo que se observa es que la de primera se juntó con casi toda con la soja de segunda y casi está pronta para cosechar”. Eso significa que en cuanto las condiciones del tiempo mejoren “se va a poder terminar de cosechar la soja de primera e inmediatamente empezar con la segunda”.
La variación en el estado del tiempo con pasajes de lluvias alternando con el sol “ayudó mucho para que las plantas se aprontaran muy rápido”, añadió.
Consultado sobre la calidad, dijo que en las chacras en que trabaja no se han registrado problemas de ese tipo, pero sí “cuando estamos cosechando vemos algún problema de desgrane por cabezal”, eso es que “la soja está muy seca y se desgrana muy fácilmente”. Este “no es un tema preocupante, pero sí es para tenerlo en cuenta y estar atentos”.
“A la fecha no hemos visto problemas de calidad de soja”, insistió. Aun así, advirtió que si continúan las características del tiempo “la situación puede cambiar y presentarse de otra manera” con nuevos desafíos que atender.
En cuanto al escenario particular de Garvil SA, Ferrari dijo que “en Florida hay algunas áreas menores, el 1% de la empresa, que se perdieron por estar en una zona inundable, y hay otro 10% más de área comprometida en calidad, también por inundaciones”.
Otro problema que presenta la humedad es el de cuidar los campos: “Se trata de romper lo menos posible porque se espera que el próximo verano sea seco, lo que nos lleva a apostar al cultivo de invierno para minimizar costos. Por lo tanto, es riesgoso dañar los campos porque la ventana de siembra va a ser chica y no se puede complicar más con los campos rotos. Lo que está pasando es que no vamos a poder sembrar los cultivos de invierno en fecha y si esto se sigue complicado vamos a tener que tomar otras decisiones, como ingresar afectando el estado de los campos, esto último disminuirá el área de invierno, lo que sería contraproducente de cara a una primavera y verano secos”.
No solo la agricultura sufre el exceso de humedad, también la ganadería. Ferrari dijo que trabaja en ciclo completo en pradera y que “las lluvias afectan las praderas porque trabajamos a base a alfalfa y esta es una planta a la que no le gusta el anegamiento”.
A esa dificultad se agregan “los problemas operativos: cada dos días hay que sacar los animales de la pradera para que no la destrocen y las ganancias se convierten en pérdidas”.
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