Estiman que en 2023 habría una caída de la producción del 30%
Como el resto de los sectores productivos, el sector apícola nacional debe hacer frente a las consecuencias del déficit hídrico, pero también a una pérdida de dinamismo del mercado internacional como caída de los precios.
El presidente de la Comisión Honoraria de Desarrollo Apícola, Néstor Cousa, dijo que la “estructura financiera y económica del sector está sentida” por la combinación de varios factores.
En declaraciones a la emisora Radio 41 del departamento de San José, explicó que hay una “baja producción” pero también dificultades en el mercado, todo lo que atenta contra las necesarias “inversiones” que requieren las colmenas en la preparación para el invierno.
El mercado internacional “cambió radicalmente, no es que se paró la venta, pero existe una baja demanda y por tanto no hay una comercialización fluida”, señaló.
A eso se debe agregar la caída del precio que hace un año era de US$ 3, pero ahora bajó a US$ 1,70 o US$ 1,80. “Si sumamos la poca producción y un precio que bajó en base a lo que ha sido la comercialización es una situación bastante compleja”.
Los problemas de comercialización se suman a las adversidades climáticas ya conocidas y que las abejas sufren como cualquier otro rubro de producción.
Dependiendo de la región del país, “hay productores -por ejemplo en San José- que vienen de tres o cuatro años soportando problemas productivos, incluso para una primera vuelta de cosecha en esta temporada anduvieron en el entorno de los 5.000 kilos por colmena lo cual es una producción extremadamente baja”, concluyó.
Por otra parte, el director de la exportadora Urimpex, Christophe Lhéritier, ha estimado que en 2023 la producción anual caería un 30%, pasando de 10.000 toneladas en 2022 a 7.000.
El año pasado las exportaciones de mieles fueron por más de 10.000 toneladas, lo que generó a nuestro país ingresos superiores a los US$ 35 millones, teniendo como destino más de 10 países.
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