El productor Ulises Caballero dijo que Uruguay produce miel de muy buena calidad pero no se enseña a la población sobre sus beneficios, incluso los nutricionistas no son formados al respecto.
El sector apícola, a pesar de haber sido incluido en la declaración de emergencia agropecuaria del 17 de enero, es el rubro de menor visibilidad, pero no por eso los productores ni las abejas dejan de sufrir la escasez de precipitaciones.
“La seca se nota en el estado de la colmena cuya población tiene que ser numerosa para que haya miel y la abeja trabaje en los recursos florales, pero éstos se han reducido desde la primavera”, dijo Ulises Caballero, productor que posee colmenas en Soriano.
Se observa que las abejas están pasando por una situación de “estrés debido a la falta de agua”, lo que derivó “en una agonía muy lenta que con el correr de los meses va deteriorando el estado corporal de las abejas y la caída de la producción” que llega al 70%.
“Con los días el estado corporal de las abejas va siendo menor, y se van muriendo. Me quedan 30 colmenas, 10 ya murieron; estas 30 están muy comprometidas a pesar de que le he dado aporte de proteína y azúcar para mantener la sanidad, pero no hay forma”, expresó.
Caballero contó que el tiempo de vida de las abejas “depende de cuando nazca, en invierno unos 4 o 5 meses, en verano 45 o 60 días, también depende de lo que vuele”. En los primeros 20 días de vida el insecto trabaja dentro de la colmena “limpiando, cuidando los huevitos, alimenta a la reina, hacen celdas donde va la miel acopiada. Al aprender a volar sale y el vuelo la desgasta, por ejemplo si tiene que volar 5 o 6 km para ir y volver con agua, con polen o néctar, el desgaste en vuelo es mucho mayor, se le gastan las alas, adelgaza, y vivirá menos”.
“Antes de salir a buscar las flores la abeja consume un poco de miel, pero como no las encuentra cerca debe volar algunos kilómetros, en ese vuelo gasta energía y regresa con lo mismo que consumió”, o sea que hace un cambio que no permite que la colmena crezca, en todo caso se achica. Además, cuando faltan proteínas se come las larvas o huevitos de la reina porque no van a poder criarlas”.
A su vez, el calor “demanda mucha agua y aleteo para refrescar la colmena. Ellas llevan agua y van refrescando la colmena con sus alas, hacen circular el aire por dentro, eso también les lleva energía”. Todo eso hace “que la producción de miel disminuya; es que las abejas no pueden producir, están sobreviviendo”.
Lo que se ve es “que las malezas, que algunos llamamos ‘buenazas’ por lo positivas que son para la apicultura, son resistentes al frío, la seca y al exceso de agua, como tales son beneficiosas” cuando se atraviesa un período adverso. Lo que sucede es que esas plantas son combatidas por la agricultura. “El cardo que da buen néctar y que es un buen aporte para la abeja” es quitado “incluso de las banquinas al borde de las rutas cuando las intendencias cortan los pastos, ahí hay recursos que la abeja podría trabajar”, agregó.
Otra amenaza grave para las colmenas son los incendios que se dan en todo el país. “Se han quemado varias colmenas en el país, con la pérdida de apiarios grandes. Cuando nos enteremos de un incendio tratamos de sacar las colmenas pero no siempre se puede”.
Informar sobre los beneficios de la miel
A la caída de producción se añade “la caída del mercado internacional cuyos precios no son buenos”. Caballero subrayó como factor distorsionante que “Europa entró en una economía de guerra que lleva a cuidar los gastos y reducir el consumo. También hay una actitud de gratitud para con Ucrania que consiste en comprar todo lo que produce, además de que tiene un flete más corto y por eso más barato, y 17% menos de arancel. En circunstancias normales Ucrania produce mucha miel de calidad y es competidor de Uruguay y Argentina”. Por lo tanto y en ese sentido “las señales internacionales no son buenas”.
Sin embargo Uruguay puede hacer mucho para que la apicultura se desarrolle, considerando la importancia que la abeja tiene en la naturaleza.
A diferencia de otros sectores que ya no tienen espacio de crecimiento en el mercado local, Uruguay “tiene capacidad de consumir toda la miel que produce”, el problema está en que “pero no enseñamos a la población sobre formas de consumo ni sus beneficios en el organismo”. Se podría usar para “endulzar licuados o ensaladas de frutas, como bebida energizante para deportistas dado que tiene muchos beneficios. Son cosas que Uruguay no está enseñando a la población. Necesitamos aprender de la miel porque las posibilidades son enormes, y asegurar la producción en el mercado local”.
Para eso también “necesitamos campañas contundentes en medios de prensa, para que la gente aprenda a consumir; vemos modas sobre refrescos pero un jugo natural endulzado con miel tiene mucho más valor nutritivo y es más sano que una bebida comprada”, subrayó, y sugirió que “tal vez haya que comenzar a profundizar su enseñanza a los estudiantes de nutrición”.
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