Para Alba Pinela lo principal es ser positiva y asumir los riesgos que aprendió en circunstancias similares. La falta de agua asociada a la falta de alimentos y el desastre que dejó la langosta a su paso la obligaron a invertir hasta dejarla sin ningún ahorro. Pero no se queja, porque los resultados están a la vista, en el estado de sus animales.
No fue la helada más grande del año. Pero desde la tardecita del lunes no cabía rastro de dudas de que el día en que se celebra la Jura de la Constitución el paisaje iba a dejar sus tonalidades verde opacas propias del invierno por el manto blanco.
Desde la noche anterior cuando con las primeras sombras dejaban las tareas del campo, las bajas temperaturas y a veces los cortes de agua que no se desplazan por los caños helados son indicios premonitorios que al amanecer siguiente la helada sería machaza. Para no tener ese inconveniente cuentan con un tanque previsto con agua dulce que los saca del apuro mientras se normaliza la situación. Esa ultima tarea de lunes justamente consistía en acomodar las raciones para alimentar el ganado en un invierno que se presenta con escasa agua tras meses de déficit.
Alba Pinela junto a su esposo arriendan una fracción de 24 hectáreas en el Paraje Sauce y Molles de Timote en el departamento de Florida. Una mínima parte está plantada de eucaliptus y el resto ha sido mejorado con praderas para aprovechar mejor el espacio y tener para alimentar sus ovinos y terneros. A 14 kilómetros de distancia cuentan con un campo alternativo donde producen vacunos de carne. Aunque en los inicios no tenían muchas expectativas de producción, desde entonces han desarrollado un proceso de mejoramiento que actualmente da buenos resultados que se pueden apreciar en el estado corporal de los animales.
La dura rutina de ir en busca de agua
No solo la falta de lluvias ha sido un traspié importante para el crecimiento del emprendimiento. En el mes de octubre apareció la langosta que arrasó con todo. “Eran millones de langostas” describió Alba que veía como esta plaga limpiaba sus campos, profundizando la difícil situación por la cual estaba atravesando. No tuvo más alternativa que vender algunos animales y trasladar el resto para el predio donde habitan. Con este escenario los costos de producción se multiplicaron. Sin agua y con poco pasto debieron recurrir a la alimentación en base a fardos y ración, y utilizaron el mecanismo de pastoreo en vía pública que en ese momento había sido habilitado por el Ministerio de Ganadería.
Las tareas cotidianas fueron incrementándose y durante ese lapso de tiempo hacían cuatro kilómetros hasta un predio vecino dos veces por día para trasladar el agua necesaria en un tanque de mil litros para la subsistencia del rodeo. Como sucede en este tipo de circunstancias, hubo que recurrir al ingenio para acomodar los cien animales que tenían en producción, alimentarlos y que no les faltara el agua.
Reaparecieron los fantasmas del 2008
Alba vivió hace pocos meses lo que otros durante la seca del 2008 cuando los animales “se morían apilados” en la calle. Lo que cambió fue la manera con que enfrentó la situación. Contó a La Mañana que esa experiencia le sirvió para tener cabeza fría y tomar decisiones en su debido momento. Pero estas decisiones deben estar acompañadas de algunos riesgos. Tal vez el más notorio sea el incremento de costos. Para sobrellevar esa situación debió invertir en más de trescientos fardos de alfalfa y 70 silo pack “pero los bichos están en perfecto estado” sostuvo con satisfacción. Tiene claro que en lugar de comprar algo para su casa, la prioridad está en la alimentación del ganado.
Alba es muy movediza. Actualmente ocupa la secretaría de la Fomento Gallinal Heber Molles y Sauce de Timote y está permanentemente pendiente de lo que sucede con cada familia productora integrante del grupo. Contó que su teléfono está al rojo vivo, tanto por las inquietudes de sus 34 compañeros productores como por las gestiones que realiza ante las autoridades ministeriales o departamentales. “La gente se desesperaba” porque veían como sus animales cada día perdían peso y en algunas oportunidades su preocupación de no “poder hacer nada para aquellas personas que me estaban diciendo se me mueren las vacas” hasta le quitaba el sueño. Las raciones entregadas por las intendencias y el Ministerio de Ganadería fueron un gran alivio para estos productores.
Aunque los verdeos están en buenas condiciones tras las buenas lluvias de las últimas semanas, no son suficientes para la alimentación del ganado en pleno invierno. Para que esta comida no sea un factor negativo para su digestión deben combinarlo con raciones. Porque hasta estos detalles hay que tener presente, cuando de lo que se trata es de mantener viva la fuente de ingresos.
Una crisis que le llevó lo que había reunido
“A mi todos mis ahorros se me fueron” en los gastos que hubo que hacer para continuar con el emprendimiento. Aprovechó las ventajas que el Banco República ofreció para los productores en estas condiciones. “No sabe el gasto que llevó” sostuvo Alba que vio como en pocos meses se le fueron los ahorros que le llevaron mucho tiempo en reunir. Pero “estoy conforme” que los animales se pudieron sostener en buen estado productivo. Como suele suceder en este tipo de circunstancias todos los costos se incrementaron. Un fardo grande llegó a costar hasta US$ 90 y esos incrementos fueron absorbidos por quienes más padecían las consecuencias del déficit hídrico.
Hay que ser muy optimista, “tener muchas ganas de estar” y seguir viendo lo positivo y no lo negativo. Alba no se define como egoísta pero esta situación de déficit hídrico no deja de ser una buena oportunidad para que la gente de la ciudad vea de qué se habla cuando en el campo faltan las lluvias. Para ellos “nosotros siempre somos unos quejones que siempre queremos algo del estado”. El Estado a veces “nos da la facilidad (…) de comprar más barato” a través de una importación que no la podemos hacer nosotros, pero “no nos regala nada”, concluyó.
Recuadro
El Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca habilitó un programa para que más de cien familias rurales obtengan apoyo económico y técnico para obras de acceso al agua. Este programa se lleva adelante a través de un convenio firmado con el Banco de Desarrollo de América Latina. Serán 19 soluciones colectivas en los departamentos de Cerro Largo, Treinta y Tres, Artigas. Lavalleja y Florida. Las obras serán realización de pozos, tajamares, tanques excavados, sistemas de bombeo, reservorio de agua, bebederos y líneas de distribución.
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