La tecnología que se aplicará en Uruguay ha sido exitosa en nueve países y casi dos continentes, incluyendo zonas selváticas, con humedad y temperaturas que favorecen el hábitat de las moscas.
Alberto Bozzo, directivo y delegado de Cooperativas Agrarias Federadas (CAF) en el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), fue parte de la misión oficial del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) que viajó recientemente a Panamá para conocer la exitosa experiencia de ese país en el control de mosca de la bichera. “Con el apoyo de las gremiales agropecuarias y el compromiso del Poder Ejecutivo, en Uruguay tenemos una perspectiva bien interesante para solucionar este problema”, valoró.
La mosca de la bichera es un parásito que en Uruguay genera pérdidas por unos 40 millones dólares en el sector ganadero y presenta más de 1.000 casos por año en humanos. El Ministerio de Ganadería estableció un plan para erradicar esta plaga en cuatro años, luego de comenzar la dispersión de moscas ya esterilizadas, en setiembre del 2023.
En ese marco, una misión oficial encabezada por el ministro Fernando Mattos, visitó Panamá, en junio, para conocer las actividades realizadas por ese país en conjunto por el Gobierno panameño el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
Alberto Bozzo, directivo de CAF, fue parte de esa delegación, que visitó la planta de la Comisión Panamá-Estados Unidos para la Erradicación y Prevención del Gusano Barrenador del Ganado (Copeg), única planta en el mundo donde se producen las moscas estériles y se realizan los controles para evitar una reintroducción del parásito en las zonas saneadas.
“En Copeg trabajan 428 funcionarios que se dedican a todo lo que implica la campaña de erradicación, desde producir la mosca y efectuar los controles de calidad en laboratorios específicos de bioseguridad, hasta las tareas de dispersión y comunicación. A lo largo de todo el país, hay publicidad sensibilizando a la población sobre la importancia a estar atentos al control de la mosca y de avisar a Copeg en caso de percibir alguna anomalía”, explicó.
La campaña comenzó en Estados Unidos, continuó en México y en todos los países de Centroamérica, para culminar en Panamá.
La parasitosis fue erradicada en nueve países y casi dos continentes: “Lograron resolver este problema aún en países selváticos, donde la temperatura no baja de los 25° o 30° y la humedad promedio anda en el entorno del 80%, lo cual hace que sea un paraíso para el hábitat de las moscas”.
“Como ventaja, en Uruguay tenemos invierno, lo cual baja muchísimo la incidencia de la mosca y nos permite vislumbrar un éxito aún mayor de la campaña para la erradicación”, enfatizó el directivo de CAF.
Bozzo indicó que, como parte de la misión, tuvieron la oportunidad de estar a solo unos 20 kilómetros de la selva amazónica que limita Panamá y Colombia, donde se concentran los esfuerzos de erradicación. “Son 170 kilómetros a lo largo de los cuales se dispersan 15 millones de mosca por semana”. También remarcó que Copeg tendría la capacidad para abastecer toda la campaña de erradicación de Uruguay y que también está dispuesto a brindar apoyo técnico a nuestro país.
En setiembre de 2023 Uruguay dispersará 25 millones de moscas por semana
En setiembre de 2023, el MGAP intentará dispersar en todo el territorio nacional 25 millones de moscas por semana en las zonas previamente definidas, a fin de cubrir unos 1.000 kilómetros de frontera con Brasil y Argentina, explicó Mattos en conferencia de prensa. Las gremiales de productores serán quienes solventarán el programa.
El ministro destacó que la erradicación del parásito en Uruguay se concretará en unos cuatro años, a partir de la dispersión de las moscas esterilizadas, para luego generar una barrera biológica de contención que permita evitar el riesgo de reintroducción desde zonas endémicas transfronterizas. “Una vez que se haya logrado la erradicación, Uruguay mantendrá una barrera sanitaria de unos 1.000 kilómetros con Argentina y Brasil, en el escenario de que Brasil decida no seguir dispersando la mosca. Nosotros estamos convencidos de que, cuando vea los buenos éxitos de Uruguay, continuará el mismo camino”, comentó Bozzo.
El directivo señaló que mantener esa barrera con Brasil implicaría un costo de US$ 5.000.000 cuando hoy Uruguay pierde cada año US$ 40.000.000.
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