En medio de una persistente pandemia que ha obligado a cambiar algunas alfileres en los mapas de comercialización de nuestra tradicional producción cárnica, y hostigados por algunas pesimistas predicciones de escases hídrica, La Mañana recaba la opinión del Dr. Alfredo Fratti, productor ganadero, dirigente gremial que durante 10 años se desempeñó como presidente de INAC, con el espíritu de interpretar algunos ruidos que crean incertidumbre en nuestros productores rurales.
Gran parte de su actividad profesional estuvo vinculada al Instituto Nacional de Carnes (INAC), comenzando como delegado de los productores y luego ejerciendo su presidencia durante diez años (2005 a 2015). ¿El instituto cumple la función de regulador entre productores e industriales?
El actual INAC -que reconoce como primer antecedente el organismo que con el mismo nombre fue creado hace más de 50 años, en 1967- se estructura sobre la base del anterior INAC y de la Comisión Administradora de Abasto (CADA), organismos que hasta la aprobación del Decreto Ley 15.605, regulaban los dos aspectos de la comercialización de nuestras carnes: la exportación y el abasto interno.
Así se generó una institución que tuvo una enorme fortaleza. En la región no hay ningún instituto parecido. Todos se preguntan cómo hicimos los uruguayos para tener sentados en la misma mesa industriales, productores y Gobierno. Una gran oreja del Estado puesta en el lugar donde sucede el quehacer entre la industria y los productores.
Esa institucionalidad, tuvo un proceso de maduración. Después que el animal entra a faena, se trabaja en toda la línea, regulando las tensiones internas dentro de la cadena productiva. INAC tiene todos los instrumentos, porque no hay en el país otra institución que conozca por dentro la industria, en lo que es más sensible, que son los números y por supuesto está permanentemente actualizado de las cifras de la comercialización.
Hay una frase que no es mía, pero yo la repetí muchas veces, “no quiero un estado interventor, pero distraído tampoco”. Pasa que a veces está distraído. Porque para usar la herramienta que tiene hay que tener voluntad política. Si ella no está, es como si no existiera. Recuerdo que la información que maneja INAC es imponente. Nosotros creamos el novillo virtual, muchas veces me dijeron que eso no se podía hacer aquí y hoy es una herramienta que es común.
Cuando se vende un animal, es como si se exportara un auto desguazado. Entonces que yo le diga al productor la colita de cuadril se colocó a determinado monto, en realidad eso no dice nada. Lo que quiere saber es a cuánto se vende en el exterior ese novillo. Juntando todo, el músculo, las tripas, etc., todo lo que compone un novillo. Sabemos que se vende hasta el labio, el líquido de los nonatos, también la sangre. Hay dos o tres firmas que están procesando la carne nonata, eso va por fuera. Se vende el líquido amniótico, eso va por fuera. Por lo menos el músculo y las vísceras están computados en ese novillo virtual.
Se creó el INALE (Instituto Nacional de la Leche), basado en la experiencia de INAC y debería funcionar de forma semejante, porque colaboramos en acercar la experiencia que teníamos en el INAC y seguramente el Instituto de la Granja que se creará va a ser algo por el estilo. O sea que hemos avanzado.
El novillo virtual fue un logro importante, sobre todo a nivel de los productores. ¿Cree que se está haciendo un uso eficiente de esa herramienta en estos momentos, que se avizora cierta preocupación entre los productores, debido a los pronósticos del clima cuya insistencia incide en la comercialización?
Como dije anteriormente, la herramienta está, de eso tienen conocimiento la industria y los productores. Los delegados de los productores están sentados en la Junta de INAC, por lo tanto con esa herramienta podemos ver claramente que hay determinados números, que si se acercan a determinada cifra queda ajustado para la industria y por debajo de esa cifra se le hace muy difícil a la producción.
En el horizonte hay algunas dificultades que también hay que conversarlas, de empresas que tienen más de un frigorífico y cierran uno. Eso causa problemas con los trabajadores y también con la dificultad de entrada de los productores. A veces hay otros motivos o simplemente es una estrategia comercial. Pero eso es para plantearlo los lunes en INAC.
¿Qué piensa de las diferencias que han surgido entre productores e industria referente al corte Hilton?
El corte Hilton debe estar fuera de discusión y debe mantenerse el criterio de producir ganado a pasto, que es lo emblemático para el país. Para el terminado a grano ya existe otra cuota. Lo primero es lo único que queda directamente en manos de los reproductores, si bien puede haber algún productor que posea Feedlot.
El Uruguay tiene que defender la cuota Hilton tal como está, porque tiene un valor y porque además era una cuota que se le puede llamar de carne verde, que es lo que más se está vendiendo en el mundo y pongo solo un ejemplo.
Australia que está considerado uno de los países top en cuanto a exportación y producción de carne, en la presentación internacional que hace en congresos, sabemos que la mitad del ganado lo termina en corrales o en bateas. Pero en las presentaciones internacionales, no muestran ni una sola batea, muestran sí unos pastos voluptuosos, inmensos de grandes. Porque es lo que llena el ojo, porque es lo que conforma a más gente. Nadie quiere ver un rumiante comiendo grano en una batea. Esa es la verdad del mundo que paga.
Y si nosotros, dentro de una cuota que tenemos que es top en cuanto a compradores, porque son los que mejor pagan como la Unión Europea (UE) es lo que tenemos que cuidar. Es más, hay países que te autorizan a venderles, si ya le estás vendiendoa a la UE. Mientras no le vendas a la UE, a ellos no les vendés. Entonces hay que verlo como una cuestión de marketing.
Un detalle que no pasa desapercibido para ningún productor, es que prácticamente la industria frigorífica en su mayoría posee sus propios Feedlot, su propia terminación a grano. ¿No habrá algo de eso en querer cambiar las normas de la cuota Hilton?
Creo que tienen más facilidad de hacerlo, si uno toma toda la cadena de los productores agropecuarios, -el criador, el recriador, el invernador o el que hace ciclo completo-, el que está más cerca de la industria es el invernador. Y el del Feedlot más aún que el invernador a pasto, porque si no hay un acuerdo con el frigorífico, es prácticamente inviable.
Una vez que entras al Feedlot, cuando está terminado, el ganado tiene que venderse, porque si no le pasa como el pollo, todos los días pierde dinero, porque la ganancia después no compensa seguirle dando comida. Por lo tanto un Feedlot exitoso no existe si no tiene un acuerdo con la industria. Si no es de él, por lo menos tiene que tener una relación de negocio muy cercana y eso no es la realidad de la inmensa mayoría de los productores de este país.
Por eso creo que la terminación a grano va a beneficiar a los que ya tienen una estructura y creo que la mayoría de los Feedlot o están en manos o tienen una estrecha relación con la industria frigorífica. Eso va desbalanceando cada vez más el poder de negociación de uno y de otro.
El principal motivo es cómo se presenta Uruguay al mundo, que tiene que ser un productor de carnes naturales y la cuota Hilton que tenemos no la podemos perder de ninguna manera.
¿Es fácil para INAC mantener capacidad negociadora cuando hay dos o tres grandes empresas frigoríficas en el país, que muchas veces se ponen de acuerdo entre ellas, para fijar las normas?
Si tenemos inversiones extranjeras en nuestro país, en la industria frigorífica, como ha ocurrido, cuanto más diversificado el origen, es mejor. Para nosotros son las principales industrias que tenemos en el país. Y no es buena la concentración excesiva en pocas empresas.
Por eso, en algún momento, cuando estaba en INAC, tratábamos de facilitar a los inversores nuevos que venían, para ofrecerle aquello que le estaban obstaculizando la posibilidad de instalarse, como ocurrió por ejemplo con el inglés que fundó BPU, después de 50 años se construyó una industria de cero. Recuerdo que nos criticaban porque decían que no había espacio para más industrias.
Yo creo que la diversificación es muy importante. Hay cosas que a veces en la dinámica de los hechos no podemos controlar. Pero vuelvo a lo mismo, que tenemos los instrumentos y podemos ayudar, sobre todo cuando alguien viene a invertir o hacer marchar a un frigorífico, facilitarle la tarea y no complicársela. Yo reconozco que hubo algunos inversores que se le hizo muy difícil instalarse en nuestro país.
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