El actual presidente de ACA destacó el esfuerzo de quienes estuvieron en la organización, y la satisfacción del deber cumplido a pesar de las dificultades.
El presidente de la Asociación de Cultivadores de Arroz (ACA), Alfredo Lago, dijo el Congreso Mundial de Arroz de Clima Templado realizado en 2003 “fue un evento de suma importancia para el arroz en el mundo y particularmente para Uruguay, porque nos visitaron distintas representaciones y personalidades de mucha importancia como el chino Yuan Longping” que creó el arroz híbrido.
En cuanto sobre su papel en la organización, Lago dijo que ACA tenía una subcomisión para apoyar al evento en sí mimo. Hugo Manini Ríos, como presidente de la Asociación también integró el comité organizador, a la subcomisión le correspondió “dar todo el apoyo necesario, por ejemplo en la gira técnica que se realizó, algo que en lo personal me dejó muy buenos recuerdos”, porque “fue un gran desafío para el arroz pero además un evento de una calidad no siempre vista”.
Destacó que en los años previos al Congreso “Uruguay estaba destrozado porque primero fue la aftosa y luego la crisis financiera”, y todo “era de tal gravedad que tuvimos dificultades para sembrar porque el crédito se había suspendido”, pero con “una gran capacidad de resiliencia el sector decidió continuar con la organización. Si el Congreso se suspendía o posponía, hubiera sido entendido dado lo que Uruguay estaba pasando, sin embargo se continuó y el Congreso se realizó” con muy buen resultado.
Consultado sobre cómo recuerda el día después, cuando las diferentes delegaciones retornaron a su país, Lago dijo que “más que el día siguiente recuerdo el cierre con un encuentro muy grande y con un almuerzo en el parador San Miguel que tuvo un asado con cuero que hizo Silvera de Río Branco. La verdad que había un estado de satisfacción porque veíamos que quienes nos visitaron, que recorrieron grandes distancias para venir, estaban muy conformes. Entonces cuando uno ve que la gente transmite esa conformidad y se ve la sinceridad porque lo estamos viendo, eso genera un sentimiento de satisfacción por el trabajo, por el esfuerzo, por deber cumplido”.
“Por supuesto que luego vino la autocrítica, ver qué cosas se pudieron hacer mejor, pero en ese momento el sentimiento fue de orgullo por ser parte del sector arrocero”, concluyó.
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