En el marco de los festejos del 75 aniversario de ACA, La Mañana entrevistó a su presidente, Alfredo Lago, quien se refirió a los principales desafíos que le tocó atravesar al sector y sus comienzos como productor
Para Alfredo Lago, presidente de la Asociación de Cultivadores de Arroz (ACA) el vínculo con ese cultivo comenzó de muy niño “por mi padre y antes mi abuelo. No conozco otra cosa que la rutina del arroz y éste ha marcado los tiempos de vida en lo profesional como en los momentos de esparcimiento, por eso el arroz es una forma de vida porque es una integración total, no son sólo los cultivos, también la maquinaria, la mecánica, la comercialización”.
Fue en 1987 cuando Lago comenzó a trabajar en su emprendimiento arrocero propio, y a partir de 1994 ha mantenido un vínculo estrecho con la Comisión Directiva de ACA, “con algún paréntesis, pero soy un productor cien por ciento identificado con la institución”.
Cabe precisar que antes de ser presidente, cargo que desempeña desde 2017 por tercer período, ocupó todos los cargos de la Directiva.
Al mirar hacia atrás y recorrer la historia de ACA para poder hacer una valoración, dijo que “lo primero” que siente es un sentimiento de “agradecimiento a los productores pioneros que entendieron que era necesario una institución que los representara”.
Por otra parte, dijo que la responsabilidad de la tarea gremial exige “un autoanálisis continuo, y se debe tener la capacidad de superarse siempre, nunca estar satisfecho con lo hecho sino siempre buscar la superación. Buscar ponerse en lugar del productor que representa considerando que no hay heterogeneidad entre productores y regiones”.
Así lo ha hecho ACA a lo largo de su historia, con seriedad y responsabilidad, y por eso “en la inauguración de la cosecha del año pasado el presidente Luis Lacalle dijo que históricamente ACA ha hecho planteos a los que es muy difícil decir que no, y eso es algo que hemos aprendido de quienes nos antecedieron y tenemos la obligación de estar a la altura”.
ACA debió soportar “crisis tremendas, pero si no hubiera habido una institución como la que tenemos hoy, con esa capacidad de generar relacionamientos en la cadena arrocera, con la investigación, la capacidad de generar interacción al mas alto nivel con los distintos gobiernos partiendo de la premisa de que no importa quién está en el gobierno, no habríamos logrado el desarrollo que caracteriza hoy al arroz”.
Los momentos más difíciles y el principal logro
A nivel sectorial, “el inicio del milenio fue muy complejo con una crisis de precios, en términos productivos no teníamos los niveles de hoy y fue la que más costó al sector”, pero la crisis del 2014 a 2019 “quizá fue la que más caída de superficie causó, perdimos casi un tercio” del área.
En cuanto al “principal logro”, éste pasa por “la superación y la búsqueda de la competitividad en lo interno. La productividad es el principal factor para ser viable, tenemos que competir con países que a diferencia de Uruguay tienen mucha protección, entonces la productividad y la calidad son los grandes logros del sector arrocero y eso en base a la integración, como dije, entre los productores, la industria y los gobiernos”.
Pero si la pregunta es sobre el mejor año, “quizá tengamos que decir los años de mayor producción y mejores precios”. No obstante, “hay que mirar lo que se ha logrado en una zona marginal en lo productivo, hay que analizar cómo eran la cuenca arrocera de Rincón de Ramírez hace 50 años, era inviable y hoy hay allí un sector pujante y dinámico”.
A su vez, “si tenemos que pasar raya ese fue el gran logro del sector: hacerlo resiliente, con enorme capacidad de superarse, con coraje, y eso generó los cimientos”, definió.
Las mayores dificultades actuales
El presente trajo sus propios desafíos y el mayor es que se entienda “que Uruguay es un país que depende del agro, es el que genera las riquezas genuinas y que las acciones deben estar en esa línea. Ese es el mayor de los retos, el del reconocimiento, el sinceramiento que merece Uruguay, porque siempre se termina cayendo en el análisis ideológico político partidario, y entiendo que no va por ahí. Si la gente tuviera más conciencia de esto que digo creo que se podrían hacer más cosas, restructurar el país de otra forma”. “En lo personal me hubiera gustado haber generado ese espacio, porque en los temas puntuales el sector se ha ido acomodando”.
En un año Lago finaliza su mandato, y aunque es pronto pare decirlo estimó que “todo tiene su ciclo y sería el momento de dejar espacio a otras personas”.
“El balance de estos tres períodos uno lo mira en resultados, y éstos quizá no son todo lo que nos propusimos pero sí estamos satisfechos por lo que hemos propuesto y hecho, pero hubiéramos querido que nuestros interlocutores de turno hubieran escuchado más la posición de ACA” para “beneficio del sector pero también para Uruguay en conjunto”.
“Si hay conformidad con lo que hicimos es muy difícil para mí valorarlo, pero siento que somos una Directiva con el respaldo de los productores. Más que eso no podría decir”, finalizó.
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