Las mayores preocupaciones giran en torno a que no desaparezca la Comisión Honoraria de Desarrollo Apícola, que las habilitaciones de salas de extracción de miel y los galpones de acopio sigan perteneciendo al Ministerio de Ganadería y que no se los responsabilice por la contaminación de las mieles en el medio ambiente. Además de los temas propuestos, los participantes planearon temas relacionados con su realidad productiva.
Más de doscientos apicultores de todo el país se congregaron en Durazno para abordar diferentes preocupaciones que abarcan al sector. Los organizadores, dieciocho productores preocupados por una serie de problemáticas, alguna de ellas que se arrastran desde hace algún tiempo tomaron esta iniciativa con el fin de intercambiar e informar a sus colegas sobre la realidad y el futuro del rubro. La actividad se desarrolló este sábado en la Sociedad Rural de Durazno. “Se trata de una actividad organizada por apicultores para el resto de los apicultores”, describió una de las organizadoras. “Creímos pertinente generar la instancia de una asamblea nacional para que el resto de los apicultores del país que no pertenecen a ninguna gremial se informaran de las leyes que afectan a la apicultura” y que conozcan sus derechos y deberes señaló Sylena Sosa.
El derecho de informar
Una de las principales preocupaciones circula entorno al artículo 21 de la ley que crea el Instituto Nacional de la Granja (INAGRA) “que hace desaparecer la ley apícola y la Comisión Honoraria de Desarrollo Apícola (CHDA)”. Hasta el momento no hay confirmación oficial que haga caer el INAGRA por lo que decidieron informar a los productores cuales son los artículos que a su criterio afectarán al sector. La CHDA está integrada por un representante del sector, del Ministerio de Ganadería, del Ministerio de Industria, de los exportadores y del Ministerio de Ambiente. “Nosotros no podemos perder esa mesa de diálogo” porque de esa manera caería una instancia muy importante a la hora de sugerir nuevas leyes o modificaciones a la existentes en relación al desarrollo de la apicultura en el país. Aún los apicultores padecen las consecuencias de la última sequía que todavía sigue en curso y fue gracias a la existencia de la CHDA que mediante un nexo con la Dirección Nacional de la Granja los productores pudieron acceder a los créditos promovidos por el Ministerio de Ganadería enmarcados en el Fondo de Emergencia Agropecuaria.
Varias inconsistencias
El proyecto de ley con media sanción en diputados donde las habilitaciones de las salas de extracciones de miel y los galpones de acopios pasarían a la órbita de Digegra mantiene en alerta a los productores. La entrevistada explicó que de aprobarse el Instituto Nacional de la Granja, Digegra pasaría a formar parte de un instituto público privado. Tomando este aspecto como referencia los productores mostraron su desacuerdo en que un instituto privado tenga el poder de habilitar y certificar estos dos eslabones de la cadena productiva y “que en caso de que Digegra pase a un instituto público privado, que la trazabilidad quede dentro de la órbita del Ministerio de Ganadería”.
En tanto los apicultores exigen que se modifique el artículo 5 del decreto 371 que los responsabiliza sobre la contaminación de la miel. En este sentido se pide una mejor interpretación de la letra, porque si el entorno donde trabaja la abeja está contaminado no puede señalarse al productor con el responsable de esta situación. Sosa señaló que sí existe responsabilidad directa sobre los medicamentos de uso veterinario que utilice sobre la sanidad de la colmena.
Un año para el olvido
La sequía hizo mella en todos los rubros productivos y la apicultura no escapó a esta situación. La producción en la zona de Fraile Muerto donde Sosa explota 400 colmenas “está muy por debajo de los niveles esperados”. “La sequía golpeó bastante fuerte el tema de los eucaliptus” donde por estos días se está desarrollando el grueso de la zafra. La deficiencia de agua en los eucaliptus se vio reflejada en la producción de miel. Indicó que existen zonas en que el eucaliptus está generando miel y otras donde no se obtiene nada. Pero el efecto es de arrastre. Este año no hubo cosecha ni de primavera ni de verano. Lo más preocupante es que consecuencia del déficit hídrico hubo mortandad de colmenas por falta néctar y polen.
Los precios están bajos y los costos altos. Actualmente están recibiendo entre US$ 1,30 y US$ 1,40 por kilo de miel. Los costos siguen siendo determinantes para el desarrollo de la actividad. Varían entre la cantidad de apiarios que tenga el productor, la logística, el combustible que es el mayor gasto, la mano de obra y las distancias donde están las producciones. En términos generales y tomando el precio del dólar, los costos de los materiales y el precio de la miel, el costo productivo se encuentra en US$ 2,10 por kilo. Para amainar esta situación de déficit económico en las empresas del sector “lo ideal es que hubiera un gasoil productivo”, una de las soluciones pedidas por los productores de todos los rubros agropecuarios durante mucho tiempo.
Sylena produce en la zona de Fraile Muerto en el departamento de Cerro Largo, aunque también tiene su producción en Quebracho, Las Cuentas y Tupambae. Se mostró muy conforme porque a raíz de que se generó esta asamblea se están creando esos lazos de comunicación entre los productores y Digegra con un buen dialogo.
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