Apicultores de Florida están conformes con la zafra en el sur del país. Sin embargo, no colmaron las expectativas, que en el inicio eran bastante más altas. Marcelo y Wilman Irrazabal son productores orgánicos del departamento de Florida. Aunque este tipo de mieles por sus características son muy demandadas en los mercados, los costos de producción también son altos. A pesar de ellos, el rubro sigue siendo bastante atractivo para nuevos productores, aunque se necesita una fuerte dosis vocacional. A continuación, los principales fragmentos de la entrevista con Wilman Irrazabal.
Dado el clima que se presentó este semestre, ¿cuál es el estado sanitario de las abejas?
Hay situaciones muy dispares. Algunos lugares que tuvieron un acopio decente, pero hay colmenas que a las que les está faltando un poco de comida. Hubo zonas en las que se pensó que se iba a andar mejor con la soja y empezó a llover. En principio, las expectativas para esta zafra eran de una temporada muy buena, pero al final no terminó siendo tan buena. Ahora para que pasen bien, las colmenas están precisando entre 8 a 10 litros de jarabe. Podés tener una torta que, por la misma consistencia del material, con un poco menos es suficiente.
¿Cuál es el impacto de los costos de producción para los apicultores?
Es un poco relativo. No todos los apicultores tienen la misma cantidad de colmenas y al no tener el mismo manejo no tienen los mismos gastos. Hay productores que por el hecho de ser orgánicos se les genera un incremento en el costo. En nuestro caso, que hace 8 años que somos productores orgánicos, los costos de producción pueden oscilar entre US$ 1,60 y US$ 1,80 por kilo producido. Ya con estos números, a los precios que vendimos el año pasado y con los que arrancamos este año, estamos vendiendo por debajo del costo de producción.
¿Cuáles es la diferencia entre productores orgánicos y tradicionales?
La diferencia entre un productor convencional y uno orgánico consiste en los productos con los que curan las colmenas. En nuestro caso, se tienen que curar con todos los productos orgánicos, propios de la colmena. Si tenés que alimentarla, tenés que hacerlo con azúcar orgánico, que tiene un costo bastante más elevado. Mientras que la tonelada de azúcar convencional ronda los US$ 800 para el apicultor, un azúcar orgánico cuesta arriba de US$ 2000. Lo mismo sucede con las curas que se hacen entre dos y tres veces por año. Un producto sintético puede costar US$ 1 por colmena y por cura. Para uno orgánico estamos hablando de US$ 1,80. Por suerte son productos fáciles de conseguir.
¿En qué medida los afecta la muerte de abejas?
El apicultor tiene ese tema incorporado. Las pérdidas anuales siempre andan en el eje de entre el 20 y el 30%. No es lo ideal. Si nos ponemos hablar de que a un tambero se le mueren todos los años el 20% o 30% de las vacas, te podés imaginar que no es el mejor escenario. Uno siempre trata de minimizar esas pérdidas. Hoy en día se realiza mucha trashumancia, es uno de los factores que inciden por la pérdida de reinas durante el traslado. Hay épocas que vos no podés fecundar una reina y ahí te queda la colmena zanganera y es muy difícil recuperarla. Las perdidas no solamente son por mortandad, sino muchas de las pérdidas son por este tema
¿Ustedes hacen trashumancia?
Sí, nosotros, acá en el sur, hacemos para una canola, monte nativo o alguna polinización en particular. Y después se hace la trashumancia hacia los cultivos de eucaliptus en Rivera.
¿Cómo definirías la zafra de este año?
Estamos conformes con los rendimientos de lo que fue la zafra en el sur. Fue un año relativamente bueno en cuanto a cantidad. Se pudieron sacar buenos promedios. En Rivera es un escenario muy dispar. Por lo general, la gente que vamos del sur siempre sacamos un poquito más que los productores de ese departamento por el simple hecho que cuando vamos, llevamos lo mejor que tenemos. Se selecciona la colmena para ir al norte. También dependemos en un 100% de lo que suceda con el clima. En Rivera habíamos arrancado bien la temporada y empezó a llover. Fue una temporada media.
¿Cómo está el escenario de precios para el sector?
Sigue estando un tanto dura la mano. No son precios que el apicultor se sienta cómodo. Si bien hay una salida fluida de la miel, los precios no son de los que tienen algo de ganancia. Estamos trabajando sobre la raya. Arrancamos vendiendo a pérdida y al final de la zafra mejoró muy poquito. Estamos empatando con los costos de producción, pero con la esperanza y la tendencia que viene aumentando de a poco.
¿Qué valores se están manejando?
Entre las convencionales y las orgánicos hay distintos precios. Hoy en día las mieles comunes andan en US$ 1,50 o US$ 1,55 el kilo. Alguna de eucaliptus se puede vender a US$ 1,60. Las orgánicas oscilan también en esos precios. A veces no se hace la diferencia en el precio, si bien nos pagan algún centavo más, pero tenemos la ventaja que siempre tenemos la demanda. Este año la mayor parte de las mieles orgánicas se vendieron para Estados Unidos. En años anteriores habían ido para Alemania, y España.
¿El rubro es alentador para atraer nuevos apicultores?
Yo pienso que sí. Es algo muy vocacional, te tiene que gustar el rubro. Sabés que tenés que pasar calor, que vas a tener que andar por ahí. Es una actividad que podés tener no solamente como nosotros, como rubro principal, sino también como complemento. Hay gente que se maneja con 50, 60, 100 colmenas y eso les permite tener un complemento a lo que es el ingreso base. Y siempre ayuda. Apicultura se puede hacer en todas las escalas.
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