El presidente de la Asociación de Cultivadores de Arroz (ACA), Alfredo Lago, habló con La Mañana sobre los principales sobrecostos que sufre el sector y que impactan en su capacidad de competitividad en el mercado, como las tarifas de la energía eléctrica y el combustible. También opinó que la política monetaria del Banco Central del Uruguay (BCU) brinda condiciones positivas para los inversores extranjeros, pero que también “ocasionó un perjuicio importante” al sector.
El costo de producir
La compañía uruguaya SEG Ingeniería publicó recientemente los índices de precios de la energía y su evolución de junio del 2024, desarrollados por su Departamento de Eficiencia Energética. Allí se evidencia que el precio de la energía eléctrica en el país es considerablemente alto respecto a la región. Para el consumo del sector industrial de media tensión, el precio en Uruguay fue de 140 US$/MWh (dólares por megavatio hora), con una cuenta industrial de 400.000 kWh/mes. En Argentina, el precio es de 140 MWh, y el precio cae drásticamente en Paraguay, con un precio de 38 US$/MWh.
Por medio de una publicación en la red social X, Alfredo Lago, presidente de la Asociación de Cultivadores de Arroz (ACA), citó a SEG Ingeniería y comentó: “Pasa el tiempo y los problemas estructurales del Uruguay no cambian. La energía que nos provee UTE, que tiene un gran impacto en la economía tanto familiar como empresarial, es y parece que seguirá siendo la más alta de la región. #PaísEternamenteCaro”.
En conversación con La Mañana, Lago opinó que si bien las autoridades de UTE y el Ministerio de Industria, Energía y Minería tuvieron “alguna sensibilidad” y tomaron ciertas medidas en cuanto al costo de la energía para el sector productivo, como reducciones en las tarifas, el sector industrial no goza de “ningún tipo de beneficio especial” como determinadas zonas francas.
En el caso de la cadena productiva del arroz, más allá de los gastos en energía durante la etapa productiva que exige el sistema de riego, hay altos costos en la etapa industrial con el secado y la elaboración del grano. Según Lago, el sector industrial usualmente comenta a la asociación sobre el tema, especialmente en lo que tiene que ver con los costos fijos. Aunque para la industria arrocera existe un período en el año donde el consumo es bajo, se suele contratar el servicio de energía en función a la potencia demandada en los meses de mayor consumo. “Eso ya aplica un sobreprecio para los meses que no se consume tanto, que igual se tienen que pagar”, explicó.
El incremento más reciente de tarifas de energía sucedió en diciembre del 2023, con un ajuste equivalente al 3,5 %. Desde el directorio de UTE se explicó que fue el cuarto año con ajustes por debajo de la inflación, lo que significa una reducción del 13,5% en relación con el Índice de Precios del Consumo (IPC) desde el año 2020. Lago argumentó que, a pesar de los ajustes por debajo de la inflación, paralelamente sube la potencia contratada. “La industria nos dice que, en dólares, la tarifa se encarece significativamente. Creo que hay una forma de cuantificar el costo de la energía que le ha quitado mucha competitividad al sector industrial, que en definitiva termina repercutiendo en que es casi impensable determinar un Uruguay más industrial, que agregue valor”, expresó.
Más allá de la energía eléctrica, Lago también hizo mención de los altos costos logísticos en comparación con la región, especialmente en el combustible: “Tenemos fletes y puertos caros, algo que afecta a toda la cadena y compromete su desarrollo”. El encarecimiento de la productividad, para el presidente de ACA, es lo que hace que últimamente se esté vendiendo cada vez más el arroz cáscara “como sale de chacra”, sin procesamiento industrial, aunque históricamente se vende con un mayor grado de elaboración.
El papel del gobierno
El atraso cambiario es otro de los factores que golpea al sector productivo. Si bien Lago entiende que existen razones internas y externas, como el ingreso de capital por la inversión extranjera, “obviamente no hay un avance” en cuanto a políticas monetarias que mejoren la posición del sector. “Cuando empezó la política de suba de interés y se sacó de circulación cerca de un 30% de los pesos uruguayos hizo que escaseara la moneda local, y esa devolución de pesos al mercado nunca más volvió. Obviamente que ocasionó un perjuicio importante. Si un inversor extranjero quiere venir a invertir en Uruguay, obviamente que le tenemos que dar las condiciones para que lo haga, bienvenido. Pero por otro lado tenemos que generar acciones que no empeoren la situación, que es lo que ha hecho el Banco Central en estos años”, apuntó.
ACA tuvo “varias reuniones” con el gobierno durante su período, con la regularidad de dos reuniones formales por año con el presidente de la República y sus ministros. Allí se han planteado explícitamente todos los problemas mencionados y más, logrando algunas medidas sobre el costo de energía para los productores. No obstante, para Lago “no se ha hecho nada por la industria” para que gane competitividad. “Seguimos teniendo el negocio más caro de Latinoamérica y uno de los más caros del mundo. Es un país donde existen las famosas vacas sagradas, como el monopolio de Ancap con el combustible y el monopolio del TCP con el puerto. Así es muy difícil generar precios que compitan”, manifestó.
En cuanto al gobierno que vendrá, Lago afirmó que ACA tuvo instancias de diálogo con los precandidatos previamente a las internas, y que prontamente se tratará la estrategia sobre cómo atender este nuevo proceso electoral. Las propuestas a presentar siguen siendo las mismas que en 2019 y los años que siguieron. “Buscamos generar una buena relación con todos, sin importar quien sea el partido gobernante. La valoración sobre quién nos escuchó más o quién menos se podrá hacer después. Previamente no nos gusta, porque no corresponde que una gremial busque incidir en el resultado electoral”, concluyó.
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