Hablando de carne ovina, sabemos que hoy no hay stock y se podría vender mucho más en el mundo, principalmente a China y a Brasil; ¿cómo están viendo estos puntos?
El tema de la carne ovina no es del día de hoy, sino que es desde hace años. Cuando nosotros comenzamos nuestra actividad, teníamos en Uruguay más de 20 millones de cabezas, y cuando comenzamos con Brasil había 12 o 14 millones. Mientras el expresidente Mujica era ministro, yo hablé personalmente con él; había casi 9 millones y hoy estamos hablando de un stock ovino nacional de 6 millones. Es medio vergonzoso que en este momento, que hay una demanda de ovinos, no solo de China ni de Brasil, sino a nivel mundial, hayan desalentado al productor de poder producir más. Es algo que tendríamos que analizar para el futuro rápidamente.
¿Cómo se puede producir más?
Para esto habría que sentarse varios y estudiar. Es fácil aumentar el stock ovino, no así el vacuno que es más difícil. Para esto hay varios caminos: en primer término hay que darle confianza al productor y cuidar los costos de producción que hoy lo desalientan, ya que es un productor mediano y chico. Muchos de estos productores son como los pastores de la Biblia, que caminan y encierran a los animales con un bastón en la mano, para que estén toda la noche encerrados y protegerlos del famoso abigeato, que hoy no es de hambre sino que está organizado.
Se generaría mayor mano de obra, pero para esto el productor tiene que tener confianza para producir más y tener la certeza de que va a vender todo.
¿Cómo se dan esas certezas?
Al productor hay que darle la seguridad de que pueda criar y que no lo roben, que no lo maten con los impuestos porque cada impuesto complica. Además hay que tener en cuenta que hoy un cordero de ocho meses vale entre USD 50 y USD 60, donde la mayoría de las madres son melliceras. Es una gran ventaja que tenemos y donde hay una serie de razas prolíficas importantes.
Hay también frigoríficos especializados y alguno que se está reactivando para la producción de ovinos únicamente. Hay una demanda especial por ejemplo en el mercado brasileño. Nosotros creamos el mercado brasileño con cortes importantes como el rack, la paleta, el asado de cordero y el cordero pesado. Esto empezó con la idea de una familia propietaria de frigorífico San Jacinto, en aquel momento se salió a conquistar el mercado de Brasil.
¿Cómo se dio ese proceso?
Primero se comenzó con Marfrig, y luego se sumó JBS y algunos otros frigoríficos más chicos. Hoy es muy conocido en cualquier restorán que vayas en Brasil ya que si preguntas: ¿el cordero de dónde es?, te dicen que es de Uruguay y eso es una satisfacción.
Ahora el problema es que hemos llegado a nada más que 6 millones y medio de cabezas, cuando la demanda de Brasil es mayor ya que hoy importa de Nueva Zelanda, de Chile y algo de Argentina, cuando nosotros podríamos estar vendiéndole mucho más.
¿Qué pasa hoy con China?
Hoy China se presenta como un gran competidor. Empezó con carcasa pero va a seguir con los cortes más famosos y eso demuestra que tenemos la chance de poder duplicar o triplicar las ventas de ovinos del Uruguay y vuelvo a repetir: el mayor beneficio es para la familia pequeña y mediana.
Hoy Uruguay tiene a Brasil, tiene a China, y también tenemos los famosos compartimentos ovinos para vender carne con hueso a Estados Unidos, que si bien es un mercado pequeño es importante y por lo tanto si tuviéramos 14 millones de ovinos lo estaríamos vendiendo a todos.
¿Cómo ve la situación actual del cuero?
Es muy delicado el tema del cuero porque tenemos aranceles muy altos, pero también hay otros factores que demuestran que la demanda cayó totalmente desde hace algunos años, ya que hay plantas que pagan para que se lleven el cuero ovino. Es por eso que en algunos casos se trata de esquilar al máximo para tratar de venderlo y recuperar todo. Es un tema que hay que estudiarlo, porque hay una muy buena industria del cuero que no está teniendo éxito. Pero no es un tema solo de Uruguay, sino que es mundial.
¿El productor se sumaría a iniciativas para exportar más?
Hay mercados para salir a pelearlo, como Indonesia, los países árabes o Rusia, por lo que con la demanda y un mayor stock podríamos tener una mayor venta. Es importante saber que con la mayoría de las razas que son melliceras, y muy buenos criadores y organizaciones ovinas, tenemos la chance de mejorar rápidamente.
¿Qué señales espera de este gobierno electo para mejorar las chances de este sector?
Ustedes saben muy bien que yo fui crítico de la situación de la pecuaria, en la zona la fuimos matando ya que un novillo hoy vale USD 1.400, y es lo mismo que cuando lo vendíamos a USD 700 hace unos años atrás, porque los gastos son tan grandes, y la industria tiene tanto costo qué lo único que sirvió es para agrandar los impuestos y eso tenemos que arreglarlo. El gobierno que va a venir va a apoyar y a estudiar para poder detener la caída y lanzar rápidamente una industria buena y pesada como es la industria pecuaria, no solo los vacunos o lanares, si no en todos los rubros.