Debido a la suba de insumos el costo directo de producir arroz subió 200 dólares al pasar de 1.750 a 1.950 dólares; asimismo los fletes marítimos se multiplicaron y aumentaron hasta un 500%. Otro de los factores que se suman son las colocaciones de arroz en Brasil -que en una época rondaban en un 70%- este año tal vez no alcancen el 15% del total de nuestras exportaciones.
La agricultura es una actividad sujeta a muchas vicisitudes en todas partes del mundo. La carrera de todo empresario está perlada de obstáculos, pero ninguna como la del que tiene que sortear las sorpresas que le depara la naturaleza: falta o exceso de lluvias, inesperadas temperaturas, vientos, etc. Aún el cultivo del arroz, que al ser irrigado se da el lujo de prescindir de los caprichos pluviométricos que siempre azolaron a nuestro país, -que del punto de vista agronómico lo hace el más seguro-, igual está sometido a una variada gama de alias, que obliga a sus empresarios a asumir una visión prudente del manejo estratégico de cada año.
Debido a la suba de insumos el costo directo de producir una hectárea de arroz subió 200 dólares, al pasar de 1.750 a 1.950 dólares; asimismo los fletes marítimos se multiplicaron y aumentaron hasta un 500%. El arroz, como los otros cultivos, también enfrenta un sorpresivo encarecimiento extremo.
El último reporte de la Asociación de Cultivadores de Arroz (ACA) señaló que el avance de siembra del cultivo está en el eje del 70% y que la intención de siembra es de 163.800 hectáreas. La zona norte es la más avanzada con un 90%, le siguen el este y el centro con un 70% y 50%, respectivamente.
Karol Pinczak, productor arrocero en la zona de Bella Unión, del departamento de Artigas, dijo a La Mañana que en esa zona el área de siembra va creciendo según lo esperado y que rondaría el 90%. No sorprende el avance del 64 al 90% en pocos días ya que en el sector “hay mucha capacidad operativa de siembra que se potencializa cuando las condiciones climáticas son favorables”.
Advirtió que en el norte las represas no se llenaron en su totalidad por lo que cabe esperar “que unas 2.000 hectáreas quedan sin sembrar por falta de agua”. “Por lo general el productor siembra según el agua que posee, pero siempre hay alguno -optimista- que se tira a sembrar un poco más esperando alguna lluvia al margen de los pronósticos. Ese no es nuestro caso, nosotros medimos la represa en setiembre y sembramos según el agua que acumuló a ese momento, si después llueve esa agua se junta y de guarda como reserva”, comentó.
A nivel general, “el área viene creciendo en los últimos 3 años y este año la siembra país va a ser de 163.800 hectáreas, aquellas chacras que no puedan destinar toda el área al arroz optarán por algún raigrás, verdeo para ganado liviano, todo depende del contrato que tengan por el campo en caso de tenerlo arrendado, otros capaz que hacen soja, lo importante es que la tierra se usa”.
El año pasado el arroz marcó un nuevo récord en la producción, Pinczak dijo no saber si este año se superará porque “no todos los años son iguales y 9.400 kilos promedio país es impresionante”.
Una ecuación más ajustada
Este año la ecuación arrocera “va a ser más ajustada que el año pasado porque dependemos mucho del precio del arroz que no se sabe aún cual será. Hay un tema muy complicado que es el valor de los contenedores” y los precios del flete “que se dispararon hasta un 500%”, dijo el productor.
También tienen mucha incidencia los agroquímicos y los fertilizantes, pero “en mi caso compramos en mayo cuando se empezó a visualizar que se venía una suba importante. Saman hizo una compra grande y a un precio no tan disparatado como el que alcanzó al día de hoy”.
El costo de los contenedores, el flete y los insumos son variables internacionales en las que no podemos hacer nada, “pero tenemos la buena noticia” de la baja de la energía eléctrica que hasta ahora tenía “un costo 4 veces mayor desde las 18.00 a las 22.00hrs. Con la baja ahora tendrá un costo normal y es una excelente noticia, que atiende una reivindicación de ACA desde hace muchísimos años. No entendíamos por qué con el sobrante de energía eléctrica que hay nos seguían cobrando esas 4 horas a precios exorbitantes”, dijo Pinczak.
Con respecto a la sorpresiva suba de los transportes marítimos, poco o nada tiene que ver con las “leyes del mercado”. Conviene sí destacar, que se trata de una maniobra especulativa de cinco grandes compañías marítimas, que además son las propietarias del grueso de los contenedores, y como todo oligopolio privado hicieron valer el poder, de quienes se combinan para hacerse de la llave de un mercado vital para el mundo globalizado.
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