Las represas no tienen agua suficiente y se termina el tiempo de espera. Si no llueve abundante en los próximos días -y no parece que fuera a suceder tal cosa- el área de arroz en el Este del país caerá y perjudicará a toda la zona.
Parece haberse instalado en la ciudadanía la idea de que con las últimas precipitaciones la sequía había llegado a su fin. En la zona metropolitana ya no es necesario comprar agua embotellada para beber, incluso hace algunas semanas vimos imágenes de algunas zonas inundadas en el Este del país.
Sin embargo, la realidad es otra. El Ing. Agr. Aníbal García Ricci lo definió categóricamente: “La sequía no terminó. Las represas de buena parte de Lavalleja y Rocha no se han completado, están entre un 25% y poco más del 50% de su capacidad”, lo cual es grave porque el arrocero siembra el arroz de acuerdo a la cantidad de agua que tiene a disposición. “Eso es lo que establece el contrato, no puede hacer más arroz que el que necesita el agua que recibirá”.
En Rocha se hacen unas 30.000 hectáreas de arroz, “de esa cantidad hay unas 8.000 hectáreas que muy probablemente no se van a poder sembrar por falta de agua en las represas”, agregó. Parte del arroz de Rocha se hace con agua del río Cebollatí y la laguna Merín, “el cual no tiene limitación porque la laguna está alta; pero en el caso particular de India Muerta estamos con el 25% del agua”, precisó.
“Vamos a tener un año complicado”
Cuando se habla de que la producción tiene limitaciones, en este caso por falta de precipitaciones, hay que pensar en que no solo se afecta al productor, sino a todo lo que se mueve económica y socialmente. En ese sentido “la reducción del área arrocera en Rocha le pega muy fuerte a la ciudad de Lascano porque habrá menos jornales en los cultivos, menos jornales en la industria, menos fletes, menos talleres, menos comercios. Va a ser un año complicado”, subrayó.
“Revertir esa perspectiva de dificultad necesita una lluvia muy importante, pero ya estamos a mediados de octubre y no parece que eso fuera a pasar. Es muy difícil revertir la situación, y si llegamos a fines de octubre en esta situación ya no hay chances porque el arroz hay que sembrarlo en octubre y como muy tarde el 10 de noviembre, y si no hay aguan no se va a sembrar, por más que llueva en diciembre o enero. Las lluvias las necesitamos ahora, porque a fin de año o comienzos del próximo el arroz ya no va a estar sembrado”.
La zona ya ve que “se avecina un problema grave” debido a que “habrá menos trabajo para todos como consecuencia de los coletazos de la sequía que abarcó todo el país pero que en esta zona continúa”.
Consultado sobre la producción de arroz en la zona este, García Ricci dijo que la zafra pasada “fue muy buena, con rendimientos récord y el promedio de Rocha había sido de los mejores del país”.
El precio al productor es provisorio y en febrero próximo se conocerá el definitivo, “pero hasta ahora es un precio muy superior a años anteriores con una perspectiva de que en la liquidación final llegue un reajuste positivo cerrando un año muy bueno en la producción como en el precio”. El precio provisorio al que refiere el ingeniero García es de US$ 13 la bolsa de 50 kilos, o sea US$ 260 la tonelada arroz cáscara.
Por otra parte, observó que “se avecina una zafra mala, pero felizmente se pudo hacer reservas el año pasado” gracias a los buenos rendimientos logrados. Además, “en la mayoría de los casos tampoco hay deudas, salvo casos particulares de productores que compraron algún equipo agrícola, pero en general está es una situación mejor a la de 4 años atrás, cuando veníamos de un período largo de bajos precios. Ahora estamos en una mejor situación, pero justo que este año había perspectivas de buenos precios -perspectivas, nunca certeza-, lamentablemente en esta zona del país no vamos a poder sembrar toda el área”.
Actualmente ya no queda arroz para vender, “la industria ya lo colocó, ahora lo que falta es elaborarlo y embarcarlo, pero si hubiera disponibilidad se podría vender a mejor precio, estaría en US$ 400 la tonelada, o sea que a US$ 20 la bolsa”, precio al que está en Brasil, “lo que muestra que hubo una suba importante. El arroz es de los pocos granos que ha tenido esa evolución en el mundo, porque en general los otros se mantienen estables, a buenos precios, pero muy por debajo que de los valores que supieron lograr”.
Costos caros
Respecto a los costos de Uruguay, el productor dijo que “los problemas que presenta el arroz son los mismos que tienen todos los sectores productivos y agroexportadores”.
“Estamos trabajando en un país que es caro en energía, en combustibles, en la mano de obra”, pero sobre este último punto especificó: “Los sueldos no son altos e incluso muchas veces muy ajustados” a lo que el personal necesita para poder cumplir con las necesidades de su familia. “Sin embargo llevado eso a bolsas de arroz o quilos de carne, es un esfuerzo muy grande y muy superior al de otros países”, agregó.
El arroz uruguayo tiene “los costos más elevados de la región, en el entorno de los US$ 2.000 por hectárea. O sea que hay que tener una muy buena producción para cubrirlos. El año pasado la producción fue de 9.000 kilos, son 180 bolsas por hectárea, por tanto, con unos US$ 2.000 de costo por hectárea de arroz, un productor que hace 100 hectáreas hace una inversión de US$ 200.000 y tiene que obtener una muy buena producción para enfrentar esos costos”.
Para determinar cuántos kilos necesita producir el arrocero para cubrir el costo de US$ 2.000, “depende de el precio de la bolsa de 50 kilos”. “A algo más de US$ 11 la bolsa, se necesitan 180 bolsas por hectáreas; pero si la bolsa vale US$ 13, esos costos se cubren con 150 bolsas, que son 7.500 kilos por hectárea”.
Si se toman los precios actuales, “por lo menos se necesita un rendimiento equilibrio de unos 7.500 kilos u 8.000 kilos por hectárea, es decir que estamos muy jugados a producir mucho arroz. Si no se logra esa muy buena producción el productor no podrá atender sus costos, para que eso no pase hay que hacer todas las cosas muy bien, entre ellas sembrar en octubre”.
“Es imprescindible sembrar en octubre, porque eso le asegura la floración del arroz en enero que es cuando hay temperaturas adecuadas. El arroz es como el turismo, necesita mucho sol y buenas temperaturas”, comparó.
También “necesitamos agua, pero en esta zona en que estoy no la tenemos. El dato de hoy es que para el agua que tenemos disponible ya está prácticamente todo sembrado, ahora muchos están esperando que se den más lluvias para ampliar la siembra”.
Ninguna alternativa al arroz tiene igual perspectiva de precios
Consultado sobre qué utilidad se le puede dar a la tierra en que se esperaba plantar arroz pero que no se usará en ese cultivo por falta de agua en las represas, García dijo que más del 70% de la tierra arrocera es en campos arrendados, en cuyo caso “se hace una negociación con el dueño para ver qué destino darle a esa área que no se pudo sembrar”.
Las posibilidades son “la devolución del campo, por ejemplo, para que se pueda sembrar un verdeo de verano para el ganado, o que se plante otro cultivo como la soja que está teniendo un desarrollo importante en la zona arrocera y de hecho se plantan más de 40.000 hectáreas en la parte arrocera de Rocha, Treinta y Tres y Cerro Largo”. La introducción de la soja generó “buenos resultados durante el año pasado”, apuntó.
También se podría plantar sorgo o maíz para el ganado. “Pero en este momento, ninguno de esos cultivos alternativos tiene las mismas perspectivas de precios que se lograrían si pudiéramos sembrar arroz”.
En resumen, las opciones son esperar si llueve a tiempo para cargar las represas y si eso no sucede optar por un cultivo alternativo.
Países que cuidan su mercado interno
El Ing. Agr. Aníbal García Ricci se refirió también a la situación global, con países que han recortado sus exportaciones.
Dijo que “el sudeste asiático que es el principal productor de arroz del mundo ha puesto trabas para las exportaciones, entre otras razones por el fenómeno de el Niño”.
Explicó que el Niño “supuestamente está empezando a afectar a Uruguay con precipitaciones por encima de lo normal, pero éstas no han llegado al sur de Rocha aún”. Ese mismo Niño “se refleja en el sudeste asiático con precipitaciones por debajo de lo normal, lo que hace que en esa parte del mundo estén con perspectivas de poca disponibilidad de agua”.
Por lo tanto, cabe imaginar que “en países donde el arroz es un alimento tan importante para la población, están tomando precauciones para no desabastecerse, para evitar que les pase lo de otros años, que debieron comprarlo. Son países que subsidian y hacen esfuerzos económicos para que la población cuente con el arroz; son todas medidas que tienden a proteger al mercado interno”.
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