En los últimos años la producción ha llegado a igualar a los epicentros cañeros del mundo, y en eso tiene mucho que ver el acuerdo firmado en noviembre de 2021, con la activa participación de los productores y ALUR.
El 9 de mayo se realizó el acto de inauguración de la zafra de cosecha de la caña de azúcar, un cultivo que no suele valorarse en su real dimensión, sobre todo para el departamento de Artigas en general y la ciudad de Bella Unión –la que está más al norte del país– en particular.
Djelil Brysk, productor de caña de azúcar y director de la Sociedad de Fomento Rural de Colonia España, también expresidente de la Asociación de Plantadores de Caña de Azúcar del Norte Uruguayo, dijo a La Mañana que Bella Unión “no existiría si no fuera por la caña de azúcar”, por la generación de puestos de trabajo directos e indirectos vinculados a ese sector.
Recordó que durante mucho tiempo se consideró que era un cultivo sin futuro en Uruguay, pero los resultados en rendimientos, como la repercusión que tiene en la sociedad, demuestra que esa etapa de dudas y objeciones ha sido superada.
Además, el acuerdo firmado en 2021 fue un escalón fundamental para lograr el desarrollo, dijo Brysk: “Ese año firmamos un acuerdo que va hasta 2026, por el cual se logró regular las actividades en Bella Unión y eso ha andado muy bien, se cortó con el asistencialismo que en un momento hubo. Ahora al productor que trabaja, al que hace las cosas bien, a ese le va a ir bien, y al que no, claramente, le va a ir mal”.
El contrato referido y del que Brysk participó activamente en representación de los productores fue toda una novedad tanto para el sector productivo como industrial, no solo por la extensión, 5 años, sino por introducir conceptos de eficiencia y remuneración al productor responsable y eficiente, junto con las certezas laborales para los trabajadores zafrales y permanentes en la caña de azúcar.
El resultado ha sido positivo, evaluó, y “eso se ve en los altos niveles de producción que estamos sacando” gracias a varios factores, entre ellos “la responsabilidad de los productores y el departamento agrícola de ALUR [Alcoholes del Uruguay], teniendo los insumos a tiempo como herbicidas, fertilizantes, las nuevas variedades de caña que se han incorporado”.
Buenas expectativas
Tanto los productores como la industria esperan una muy buena zafra, ya que se dieron las condiciones para que así sea, no sin problemas que hay que considerar.
Brysk señaló que el sector “viene de zafras récord”. Efectivamente, en 2021 se cosecharon 461.000 toneladas, a un promedio de 68,4 toneladas por hectárea y un rendimiento de 7800 kilos de azúcar, con más del 90% de los productores con resultado positivo.
En 2022 se cosecharon más de 515.000 toneladas, con un rendimiento de 75,5 toneladas por hectárea y unos 8400 kilos de azúcar por hectárea. La zafra 2023 finalizó con totales históricos: 541.986 toneladas de caña, con un rendimiento de 77,3 toneladas por hectárea y 8200 kilos de azúcar.
Esta zafra “va a ser buena”, enfatizó el productor, “pero no creo que superen los kilos de 2023”. Agregó que “todos los productores esperamos que los rendimientos industriales sean buenos”, pero los problemas climáticos siguen afectando el cultivo. “El año pasado tuvimos la sequía y este año tuvimos agua de más. La caña es una gramínea al igual que el arroz, y cuando hay exceso de agua muchas veces hay poca luz y al haber poca luz los resultados no son buenos”, por eso hoy “es muy difícil de hablar de los kilos posibles, además de que una helada fuerte puede cambiar todo el panorama”.
Por otra parte, con lluvia no se puede cosechar: “La caña se quema al empezar la cosecha y mientras llovió esa tarea se retrasó, aunque tampoco es necesario que haya cero de humedad, alcanza con que haya un viento que sople y seque un poco las hojas, porque la caña de azúcar tiene alto nivel de alcohol y enciende rápido”, explicó.
El quemado de la caña de azúcar se hace “por limpieza para los trabajadores, porque si se le entra a la caña peluda, como le decimos, es muy probable que pueda haber hasta víboras. Ese es un tema que se ha erradicado mucho, antes era peor, pero hay que tener precaución”, y también es “porque la hoja verde de la caña causa cortes en los trabajadores” que manipulan el cultivo. “Se quema por seguridad laboral”.
Con menos costos se produce más
Consultado si el acuerdo de 2021 incide en el resultado de la productividad, Brysk no tiene dudas de que es así: “Ha sido buenísimo para que se logren los resultados que ahora se alcanzan. Hace diez años hablábamos de que en Bella Unión sacábamos 5000 o 6000 kilos de azúcar por hectárea y en San Pablo lograban 7000 u 8000 kilos, igual en Tucumán. Hoy en Bella Unión estamos a los mismos niveles que los epicentros cañeros del mundo”.
Actualmente Uruguay tiene 7300 hectáreas de caña de azúcar, y “lo máximo que hubo” en el país fueron 10.000 hectáreas, “pero en ese momento se producían 500.000 toneladas de caña porque el rendimiento era 50 toneladas por hectárea. Con las 7300 hectáreas actuales vamos a hacer cerca de 600 millones de toneladas porque vamos a superar las 70 toneladas de caña por hectárea. El año pasado eran casi 80 toneladas por hectárea”.
O sea que “con menos hectáreas y con menos costos para producir estamos sacando más materia prima que se va a ver reflejada en más etanol para combustibles y más azúcar para el país”.
Motor laboral
“Lo más importante de la caña de azúcar es el trabajo que genera”. A partir de la zafra ingresarán a las chacras “1200 cortadores de caña, 600 trabajadores de la industria, 300 camioneros, graperos y tractoristas. A todo seso hay que sumar los trabajos indirectos que mueven toda la zona”.
“Esta cadena agroindustrial es la fuente de empleo más grande del departamento de Artigas, no solo de Bella Unión”, aunque Bella Unión se identifica con la caña de azúcar porque “es el único lugar donde se planta”, por una razón logística y climática, ya que “esta es la zona más tropical del país y por eso adecuada” para el cultivo, pero también porque “en Uruguay solo hay un ingenio que está en Bella Unión” y plantar en una zona con un clima adecuado pero lejano “encarece los costos por los fletes”.
Por otra parte, Djelil Brysk aseguró que están dadas todas las condiciones para que la producción se mantenga, en todas las áreas, incluso “la política lo tiene claro. Esto no se trata de un partido político, sino de todo el sistema político”, que sabe que “sin caña de azúcar Bella Unión no existiría, por todo lo que mueve y genera”.
A la parte laboral hay que agregarle que “es un tema de soberanía energética y alimentaria”, apuntó. Hasta hubo cambios en el clima que tiraron abajo aquel argumento contrario que decía que Uruguay no tenía las condiciones adecuadas para plantar caña de azúcar. “Si se están logrando los buenos resultados mencionados es también porque el clima dejó de ser un problema. En los años 2000 se sacaban 5000 kilos, pero hubo muchos cambios, no solo el clima, también las variedades”.
No menos importante es “el expertise que tenemos los productores de caña en el tema del riego en la zona, eso fue destacado por el ministro [de Ganadería, Agricultura y Pesca, Fernando] Mattos, y dijo que ese conocimiento debe ser trasladado a todo el país porque el agro uruguayo necesita de sistemas de riego”.
“La caña de azúcar necesita del riego como lo necesita el arroz, el tratamiento es el mismo en ambos cultivos”. Lo que cambia es que “la caña de azúcar se planta cada 5 años”, que es lo que dura una cepa.
“La mayoría de la producción se usa en etanol para combustible, se mezcla con la nafta Premium”, también “se atiende el mercado nacional del azúcar”. “No se exporta, a pesar de que hay alguna cuota que en algún momento se la utilizó, pero ahora la demanda local no lo permite”.
“La caña de azúcar es el ADN de Bella Unión”
La ministra de Industria, Energía y Minería, Elsa Facio, dijo que la caña de azúcar “caracteriza a Bella Unión y forma parte de su cultura, por lo que hace a su identidad. Sin dudas podemos decir que la caña de azúcar es el ADN de Bella Unión”. Es un cultivo que a pesar de ser “difícil y desafiante”, con los años “ha encontrado el camino para superarse”.
Destacó también el avance tecnológico y “el triángulo positivo” alcanzado, compuesto por “el avance productivo, la generación de productos amigables con el ambiente y la felicidad de los trabajadores”.
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