Cortabarría ve a la Asociación Rural como “una de las herramientas más potentes que tienen los productores, porteras afuera de su establecimiento, para trazar sus propios destinos”.
El lunes 24 de abril Patricio Cortabarría asumió la presidencia de la Asociación Rural del Uruguay (ARU) en lugar de Gonzalo Valdés Requena. Productor ganadero con establecimiento en Durazno y cabañero Hereford comenzó su carrera gremial a principios del 2000 en la Sociedad de Criadores Hereford, donde estuvo varios años y en 2014 se convirtió en su presidente. Por esa fecha fue invitado a integrar la ARU donde se desempeñado en diferentes lugares, como directivo, director de Registros Genealógicos por dos períodos, vicepresidente y ahora encabezando la institución desde la Presidencia.
Es una institución “muy rica” y cuando se asume como presidente se hace con “la expectativa de poder servir, aportar todo lo que uno sea capaz, aportar ideas, ayudar en las buenas políticas agropecuarias para la permanente mejora del sistema”.
Eso se traduce en “mil ejemplos, como la aprobación de transgénicos para la producción agrícola”; en “campañas sanitarias” que incluyen el “envío de delegados” a la Organización Mundial de Sanidad Animal para “trabajar en el estatus sanitario del país”; en el “apoyo a las campañas sanitarias del Gobierno para que puedan llegar y que el productor esté del lado de la campaña sabiendo que a partir de ahí su producto de venta va a tener mejor precio y eso va a repercutir de forma positiva en la economía de su empresa”.
Un ejemplo concreto es el de la vacunación contra la aftosa, “hoy el productor está muy comprometido con el tema, la vacunación no se discute” y los distintos actores “la realizan y se preocupan por hacerla bien”.
En el futuro inmediato “está el armado del programa de la erradicación de la mosca de la bichera, toda esa campaña está para escribirse. La idea es colaborar desde la ARU para lograr una campaña que el productor la entienda positiva, que entienda la magnitud de la mejora que implicará erradicar la bichera en Uruguay, que participe y la cumpla para erradicar la bichera en el país”.
Temas ambientales y políticos
Otros temas que Cortabarría calificó como “importantes” y que afectarán su gestión al frente de ARU son los ambientales y políticos.
Respecto a los temas ambientales dijo que se creó el Ministerio de Ambiente y “la idea es trabajar” con esa Secretaría de Estado “para ver las políticas ambientales de Uruguay”, porque “tenemos que buscar y encontrar el equilibrio: hay que cuidar el ambiente, los recursos naturales, la riqueza hídrica, el monte nativo, el campo natural, pero sin afectar o afectando lo menos posible al productor rural” que también necesita desarrollar su trabajo que es fundamental para el desarrollo del país.
En ese mismo sentido consideró que “el mundo, principalmente Europa, se pone cada vez más exigente con respecto a los temas ambientales, el control de los gases de efecto invernadero, la fijación de carbono, todos esos temas tenemos que trabajarlos” y que “la ganadería uruguaya pueda mostrar al mundo su producción para que sea reconocida por ser ambientalmente sustentable”.
“En los últimos 20 años se bajó en 1 millones de hectáreas el área ganadera que pasaron a ser forestales. Esas áreas forestales bajaron carbono de la atmosfera para transformarlo en madera, a la vez que la ganadería no redujo su cantidad de cabezas. En menos área estamos produciendo más carne, pero sin liberar carbono a la atmósfera”, subrayó.
Para continuar en el buen camino ARU debe “trabajar con los ministerios de Ganadería y de Ambiente para definir las políticas a futuro y llegar al equilibrio económico, social y mejorar el marketing de nuestros productos demostrando que como país productor de carne, lana y granos cumplimos con los objetivos ambientales”.
Otro tema en el futuro inmediato es que “se viene una campaña electoral y la idea de la ARU es estar en contacto y hablar con los diferentes partidos políticos, aportarles lo que entendemos son mejoras para los sistemas de producción. Hay que armar bien la agenda y hacerles saber por qué queremos tal o cual cosa para el futuro de la agropecuaria. Eso es importante porque los programas que se están armando ahora serán las políticas agropecuarias que regirán de 2025 al 2030”.
El dólar le está pegando al sector agropecuario
Consultado sobre la evolución que ha tenido el tipo de cambio, Cortabarría dijo que para el agro la afectación es “mucha” y “le pega muchísimo al sector agropecuario”.
En el caso concreto de la ganadería comentó que “tiene un alto impacto en su estructura de costos, los costos en pesos son altos, principalmente de mano de obra. Si el dólar baja se necesitan más kilos del producto para pagar al mismo personal que se tenía hace un año”, además de que “el poder de compra se ve disminuido”.
“El atraso cambiario termina reduciendo la rentabilidad de las empresas y cuando eso pasa lo primero que se corta es la inversión. Invertir menos es dejar de arreglar alambrados, hacer menos pasturas, no suplementar y tirar para atrás el aumento potencial de producción. En la medida que eso se va sumando cada año, la baja de rentabilidad genera endeudamiento y provoca una crisis”.
Todo lo que sea parte del sector exportador, que se vende en dólares, tiene costos en pesos y un tipo de cambio desfasado hace que se pierda capacidad de competencia.
Aftosa, en Uruguay hay consenso para continuar vacunando
Consultado sobre cómo considera que debe pararse Uruguay ante la política que desarrolla Brasil respecto a la aftosa, el presidente de ARU dijo que “la política es la de seguir vacunando porque “es la mejor forma de protegernos contra esa enfermedad”, y vinculó la crisis sanitaria de 2002 con la sanitaria de 2001: “Tuvimos una crisis sanitaria en 2001 que no es muy difícil de atar con la crisis financiera de 2002”, aunque también hubo otros factores que incidieron.
Lo que pasa es que “cuando se detecta la enfermedad se pierden todos los mercados de alto valor y lo único que queda son los de muy bajo valor, no entran dólares y la economía se frena. Un país que vive de la agroexportación, con el 86% de las exportaciones de origen agroindustrial, la termina siendo un golpe muy grande”.
Por eso se debe “seguir vacunado” y ARU trabaja en una política sanitaria que enfatiza que “libre es libre” sea con o sin vacunación: “Es una política que estamos defendiendo a nivel de los diferentes organismos sanitarios a nivel mundial, para que se nos considere país libre de aftosa, no importa si es con o sin vacunación, que se nos considere libre de aftosa para acceder a mercados de alto valor y poder colocar mas carne con hueso en otros mercados. China compra con hueso, pero Europa no. Por eso el concepto ‘libre es libre’ busca declarar un país sin aftosa sin importar si es con o sin vacunación”, insistió.
Es un tema en el que Uruguay está unido, “la posición política no parece mostrar ninguna división, porque se empezó a vacunar con Jorge Batlle que era colorado, se mantuvo con el Frente Amplio y lo mantiene este Gobierno de coalición. Hay consenso entre los políticos”.
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