En 2018 todos los partidos políticos estuvieron de acuerdo en crear la Comisión Nacional de Agroecología. Su actual presidente, el Ing. Agr. Eduardo Blasina, dijo que la agronomía “debe tener en cuenta los principios agroecológicos porque es algo que los mercados cada vez nos van a exigir más, además de que nos permitirá lograr un mejor posicionamiento en el mundo”.
Pero todo lo que se haga en ese sentido “debe ser inclusivo, laico y basarse en la ciencia”, y “con esa postura estamos trabajando en un Plan Nacional definitivo. Eso es lo que he propuesto en la Comisión buscando un consenso porque creo que es un acuerdo al que podemos llegar todos. Hemos logrado un acuerdo para tratar de llegar a ese Plan Nacional y espero que podamos avanzar en no mucho más de un mes”.
Destacó que “la agroecología es transversal, abarca a todos y tenemos que aterrizarla en todos los rubros”, aunque la granja tiene características particulares porque incluye productos “que son de consumo humano directo y por eso son más fáciles de valorizar, pero la agroecología tiene que incorporarse científicamente en todos los sistemas de producción”, incluso a “la ganadería con pastoreo rotativo, o la lechería con manejo de efluentes”, ejemplificó.
Respecto a los rangos de evaluación que se utilizan, Blasina dijo que no es un tema que corresponda a la Comisión que preside, sino a la Dirección de Servicios Agrícolas del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), pero comentó que es un tema que “lo vamos a trabajar con INIA para ver los indicadores sobre los rubros, y veremos si el nombre es orgánico o agroecológico, pero estamos trabajando en lo que llamamos transiciones agroecológicas, para ver qué cambios hacer y qué indicadores tenemos que medir”.
“Son parámetros que pone Uruguay utilizando la experiencia internacional. No vamos a inventar la rueda cuando en la producción orgánica tanto la Unión Europea como Estados Unidos tienen sus parámetros”, comentó.
Hay “una polémica de abogados”
Consultado sobre si la Red de Agroecología integra la Comisión y sobre el señalamiento de que no estaría autorizada a certificar productos orgánicos y menos aún de origen animal, Blasina respondió que la Red sí integra la Comisión a través de la Asociación Certificadora de Agricultura Ecológica de Uruguay (Acaeu) que es la que tiene la personería jurídica, y aclaró que “esa es una polémica entre abogados, nosotros consultamos a los servicios jurídicos del MGAP y nos dijeron que la personería jurídica está a nombre de Acaeu y como hay un acuerdo entre ambas instituciones la Red tenía derecho a participar”.
Asimismo, aclaró que “una cosa es la habilitación de la Red como entidad certificadora y otra la Comisión” que presiden y que la Red integra.
Entre el mercado local y la exportación
El 15 de junio concurrió a la Comisión Especial de Ambiente de la Cámara de Diputados una delegación de la Red Nacional de Semillas Nativas y Criollas. Uno de los integrantes de la delegación fue Juan Pablo Carbone, un productor agroecológico de la zona de Rincón de Pando quien expreso que la “visión” del Plan Nacional de Agroecología refiere a la “exportación, para la élite de Europa o de Japón” cuando la ley “determina que los productores familiares son el sujeto principal y que la población de nuestro país es la beneficiaria”.
Al respecto Blasina enfatizó que “nunca” se refirió “a una elite, sino que debe ser inclusiva” y que el productor familiar también pude exportar. “¿Por qué un pequeño productor familiar no podría?, hay miles de productores familiares que exportan carne, miel, un montón de cosas. Eso no tiene nada de elitista. Uruguay es un país que es exportador y no va a discriminar en contra de alguien que tenga la aspiración de producir peras, manzanas, zapallos, lo que sea, para exportar. Tanto apoyamos la producción para el mercado interno como para la exportación”, remarcó.
Explicó que el plan preliminar que recibió al asumir “era muy crítico de la exportación y nosotros entendemos que es una actividad totalmente válida, no hay razón para que el productor familiar tenga que estar impedido de exportar, yo conozco un montón de productores familiares cuyo trabajo termina en la exportación, eso permite crecer en la producción sin que los precios caigan porque el mercado no se satura. No son actividades contrapuestas: se puede apoyar tanto al productor agroecológico que quiere exportar como el que quiere apuntar al mercado interno”, concluyó Blasina.
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