Julio Antognazza, uno de los cabañeros más galardonados de los últimos años en la raza Holando se prepara para esta nueva edición de la Expo Prado. Además, maneja dos cabañas lecheras en Colombia y cuenta las características del sector en ese país.
Como ha venido sucediendo en los últimos años, la cabaña El Chivo de Antognazza se prepara para nuevamente ser animadores de esta nueva Expo Prado. Su historia y los galardones que ha cosechado no solo en la mayor muestra ganadera del país, sino también en las diferentes exposiciones del interior han dejado la vara muy alta y las expectativas así lo demuestran. Julio Antognazza confirmó que nuevamente van por el gran campeonato y los lauros obtenidos y el trabajo que llevan adelante es la principal carta de presentación.
En esta oportunidad se presentará seis vacas en lactancia, dos jóvenes de dos partos, una de tres y las restantes de cuatro partos. Estas ultimas son “las cartas fuertes que llevamos” sostuvo el productor maragato. Una de las vacas vitalicias fue la Gran Campeona en 2022 y otra Reservada Gran Campeona en 2020.
Antognazza dijo que en esta oportunidad se trata de un gran esfuerzo que la Cabaña hace para hacerse presente en la muestra mas importante del país. A las complicaciones habituales de este segundo semestre se le sumó la baja en el precio de la leche, que impactó fuertemente en las finanzas del establecimiento. De todos modos, la firma continúa con su objetivo de brindar la mejor genética posible al rodeo nacional con animales que sean “cada día mas rentables”.
Con una perspectiva colombiana
Julio Antognazza maneja desde hace 10 años dos cabañas Holando y Jersey en las zonas de Bogotá y Medellín en Colombia. Justamente La Mañana lo contactó cuando regresaba de una revisación y selección de animales que se rematarán en el mes de noviembre. Las condiciones climáticas de esa zona del mundo favorecen la producción pastoril, mucho más rentable y eficiente que la uruguaya. Con un clima cálido y buenos niveles de precipitaciones, las praderas pueden alcanzar una duración de 10 años. Asociado a este beneficio, los establecimientos ocupan entre tres y cinco veces más vacas por hectárea que en nuestro país.
En cuanto a la genética, el productor y cabañero del departamento de San José indicó que es muy similar a la que se puede ver en Uruguay, con la ventaja de estar mar cerca de Estados Unidos y Canadá desde donde la importan. Esa cercanía provoca mayor entusiasmo entre los cabañeros cafeteros.
Aunque no es el rubro mas fuerte de ese país, ni ser una producción autosuficiente, las características son también similares a las locales. Por ser un país con altos índices de desigualdad, el rubro es altamente competitivo. Además de los bajos costos de mano de obra, ambientan este aspecto los bajos niveles de inversión que requiere el sector por las condiciones climáticas y la colocación total de su producción en el mercado interno. Los tambos que promedialmente no superan las 25 vacas son atendidos en menor porcentaje por sus propios dueños y en la gran mayoría de los casos tienen un buen numero de dependientes.
En los últimos tiempos se ha desarrollado una alta urbanización que provoca una migración de este tipo de explotaciones a las llamadas tierras calientes. Los altos precios que se pagan por la tierra son uno de los causantes de este corrimiento. Se trata de un clima mucho mas exigente para la lechería y por ello menos productivo. Básicamente los tambos funcionan con ganados Giroholando y Girojersey, mejor ambientados a las altas temperaturas, aunque con menos productividad.
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