En la concreción del negocio, las redes sociales jugaron un papel clave y fueron el puntapié inicial. A eso se sumó la confianza del comprador que adquirió ejemplares sin verlos, confiando en la palabra de La Lucha, quedando muy conformes con la adquisición.
Este mes, Perú volvió a recibir un embarque de genética Corriedale de cabaña La Lucha, adquirido por el establecimiento Pacocha de la familia Hermitaño, una cabaña de punta ubicado al norte del país.
Rubén Echeverría de La Lucha dijo a La Mañana que la cabaña ya realizó dos envíos con ese destino. La primera exportación se realizó el año pasado, pero por los meses que lleva la cuarentena recién se pudo concretar en marzo de este año.
“En el primer envío fueron 8 animales: 4 carneros de 4 diente y 4 borregas de 2 dientes; y la semana pasada fueron 9 animales: un carnero de 4 dientes, 2 corderos nacidos en 2022, 2 borregas de 4 dientes servidas, preñadas con ecografías, y 4 borregas 4 dientes de leche nacidas en 2022”, precisó, en total se han enviado 17 animales.
“Para nosotros es un orgullo muy grande poder exportar genética, pero no solo para la cabaña sino por el Uruguay donde el Corriedale tiene muy buen nivel. Acá la Sociedad de Criadores está trabajando muy bien y ese buen trabajo se ve en el resultado”, comentó.
Ese orgullo no se limita a la exportación en sí, sino que tiene que ver con las exigencias peruanas sobre lo sanitario como en la documentación: “Es un país bastante exigente. Los animales llegan allá y permanecen encerrados casi un día verificando que todo esté correcto”.
Uruguay no exportaba a Perú desde 2013, y justamente fue La Lucha el establecimiento que hizo la última exportación aquel año.
Por otra parte, “la familia Hermitaño está muy conforme con nuestros Corriedale”. Entre los animales adquiridos por la cabaña Pacocha se encuentran “el Gran Campeón del Prado del año pasado, el Tercer Mejor Macho, el Gran Campeón Nacional Corriedale de marzo. Incluso “una borrega exportada en marzo fue Gran Campeona en Perú”, contó Echeverría.
Advirtió que él no ha ido a Perú por lo que no tiene un conocimiento directo, pero que tanto sus hermanos “que han ido como jurados como un sobrino que estuvo de visita, me comentan que el nivel es muy bueno”.
Al parecer no hay homogeneidad porque se ve “una carnerada de punta y animales que están en la cola con distinta preparación, también hay cabañas de punta que están invirtiendo en genética y esas son las que sobresalen”. De cualquier manera, “en Perú hay mucho entusiasmo por el tema ovino” cumpliendo la carne un papel protagónico.
El origen del negocio: redes sociales y confianza.
El contacto de las cabañas La Lucha y Pacocha comenzó a través de las redes sociales, lo que ratifica el valor de ese instrumento como forma de difusión y conocimiento. “Paul Hermitaño nos contactó” y así comenzó el vínculo, dijo Rubén Echeverría. En la Expo Prado de 2022 Paul “apareció sin avisar, miró la jura, y le gustó el Gran Campeón y la línea de trabajo de La Lucha”.
En ese momento comenzó a desarrollarse el vínculo que a pesar de ser corto en el tiempo implica una relación de confianza mutua. Prueba de eso es que la familia Hermitaño adquirió sin ver y confiando en los valores productivos de La Lucha, un borrego y 4 borregas “que nosotros elegimos a criterio nuestro”, expresó, “hicieron confianza y quedaron muy conformes”.
El ovino no está en su mejor momento
Sobre la situación del ovino en general, el productor dijo que “no es un buen momento” como tampoco lo es para las industrias “porque sean de lana o de carne, no están pasando buenos precios”.
“Hay mucha lana, hasta 3 o 4 zafras guardadas en los galpones. También somos conscientes que la rentabilidad del ovino pasa más -en un 80 o 90%- por la carne que por la lana, y eso está afectando porque el precio de US$ 2,85 que están pasando los frigoríficos no es buena señal para los productores que tienen los corderos prontos”. “En términos generales los corderos se están vendiendo a la mitad que hace un año, y eso no es bueno”.
Echeverría razonó que “la tonelada ovina está arriba de los US$ 5.000 por lo que se podría, sin regalarnos nada, dar buenas señales para que el cordero pesado pueda venderse bien, teniendo en cuenta que su calidad está muy bien conceptuada. Mejorar un poco el precio es una forma de incentivar para que se produzca más y con calidad”, subrayó.
Sobre la lana dijo que “la Merino es la que vale más, y aquella que supere las 21 micras está complicada porque no tiene demanda”. Eso llevó a que “todas las razas quieren afinar”, sin embargo “hasta el Merino bajó a la mitad el precio y eso nos da una muestra de cómo podrán estar el resto de las lanas”.
Finalizó indicando que en ese panorama “somos optimistas, porque somos productores y sabemos que cada rubro tiene sus ciclos y en cualquier instante los malos momentos pueden cambiar y abrirse los mercados, pero ojalá que primero haya una apertura para la carne que es lo que más impacta y luego se pueda colocar tanta lana guardada en los galpones. Eso levantaría mucho el ánimo de todo el sector”.
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