El 30 de junio es un día marcado en el calendario de todo productor arrocero y todos los involucrados en el sector, porque es la fecha de la fijación del precio provisorio del arroz. Esto se debe a que muchas veces escuchamos que el sector arrocero es una cadena integrada. Parte importante de esta integración se explica por el sistema de fijación de precio que tienen los productores socios de la Asociación Cultivadores de Arroz (ACA) y los principales cuatro molinos arroceros que son Saman, Coopar, Casarone y Glencore.
Este sistema que existe desde los años sesenta y setenta implica que se fija precio único para el arroz que los productores remiten a los molinos. Todos los productores sin importar la zona, el tamaño, su calidad de arrendatarios o propietarios delegan en la ACA la potestad de negociar un único precio con los molinos a lo cual remiten el arroz.
Existe un contrato que regula este vínculo y que marca las diferentes instancias, procedimientos y necesidades de información. El sistema como tal es modelo de integración y ha permitido desarrollar un conjunto de herramientas y programas que han sido parte relevante del desarrollo y trascendencia de la producción de arroz más allá de las fronteras nacionales.
Los productores siembran el arroz entre los meses de setiembre y noviembre y cosecha entre marzo y principios de mayo, ese arroz que va a los molinos prácticamente en un 95% se exporta y a partir de los datos de exportación en una mesa de negociación integrada por la ACA y los molinos se fija un precio provisorio al 30 de junio que permite acreditar en la cuenta de los productores el pago por el arroz que remitieron.
Durante el resto del año sigue el ejercicio comercial con la elaboración y exportación del arroz y pasado el 28 de febrero se negocia en función de los valores de exportación descontando el costo industrial y un margen de ganancia para los molinos el precio definitivo. En caso de no existir acuerdo de precio el propio contrato que regula el vínculo entre los productos y los molinos tienen previsto un mecanismo de arbitraje entre los privados.
En la actualidad y por cuarta vez en la historia del arroz en Uruguay el arroz remitido en el 2019 (zafra agrícola 2018/2019) no tuvo acuerdo de precio definitivo y el sector transita por un proceso de arbitraje lo que implica poder revisar y analizar el negocio. Más allá de los acuerdos y desacuerdos de cualquier vínculo comercial el mismo proceso de arbitraje muestra la fortaleza del precio convenio en sus propios mecanismos de vinculación y garantías para ambas partes del negocio, en particular para los productores.
A su vez, un proceso de arbitraje implica mejorar los niveles de información y capacidad de análisis del negocio. Esto último parece de suma relevancia luego en una zafra que se ha caracterizado por ser casi la sexta en ausencia de rentabilidad y por una disminución en el área que ha llevado a la contracción de casi un 30% del techo de área que se llegó a cultivar. No es menor destacar que el arbitraje del arroz es un mecanismo definido entre privados y que sin lugar a dudas puede hacerse solo en un sector sólido y maduro con una fuerte integración.
En simultáneo, y sin tener un cierre de la zafra 2018/2019 el arroz de la zafra 2019/2020 se cosechó y se encuentra en los molinos y ya se han concretado exportaciones casi de un 45% de la misma con lo que se han concretado las instancias de negociación con varias reuniones entre ACA y molinos y con una videoconferencia de productores el pasado lunes 29 que sustituyó a la tradicional Asamblea Extraordinaria de junio.
Asamblea de productores
En un escenario de fluidez en las ventas y mejoras en los precios de exportación, pero con la cautela que requieren los tiempos que corren, con fecha 30 de junio se acordó un nuevo precio provisorio. La propuesta de la negociación fue puesta a consideración en la Asamblea Videoconferencia que tuvo la participación de más de 150 productores conectados de todo el país algún representante regional acompañando a la directiva.
Durante casi cuatro horas se presentaron y discutieron la situación del sector y las alternativas, donde productores de los más variados y escondidos rincones arroceros del país escucharon y plantearon opiniones y consultas por diversos mecanismos. Una vez más, la institucionalidad arrocera y en particular la Asociación Cultivadores de Arroz mostro su fortaleza, unidad y capacidad de tener en consideración a todos sus socios.
Un ejemplo de fortaleza gremial empresarial y de sector con capacidades para crecer y poder generar derrames en momentos donde el país se encuentra en jaque. El sector arrocero y en particular su asociación de productores es un modelo de trabajo del tercer sector que muestra las capacidades empresariales fortalecidas que han trascendido los cambios de gobierno, las autoridades de la Asociación y las etapas de auge y crisis del sector y del país.
Asociación Cultivadores de Arroz
La ACA fue fundada por iniciativa privada en ocasión del primer Congreso Arrocero efectuado el 8 de febrero de 1947. Su forma jurídica es de Asociación civil sin fines de lucro. Es una organización de carácter nacional que aspira a reunir a todos los cultivadores de arroz de País y se constituye para protegerlos, orientarlos, representar sus intereses y tomar a su cargo la defensa y el fomento del cultivo del arroz y de sus industrias derivadas. Los ámbitos de actuación de la gremial a nivel del sector han sido diversos y en articulación con múltiples actores tanto a nivel público como privado.
Actividades que se desarrollan en el marco de la ACA:
1. ASAMBLEAS DE PRODUCTORES
2. GRUPOS DE PRODUCTORES
3. PUBLICACIONES. REVISTA ARROZ
4. CAPACITACIONES
5. PROYECTOS
6. INVESTIGACIÓN
7. Entre otros.
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