El presidente de CUS se refirió a la importancia de usar semillas legales. Además, comentó que “nunca se ha podido demostrar que el uso de la biotecnología tenga algunas de las consecuencias negativas que popularmente se exponen”.
El lunes 18 de marzo la Cámara Uruguaya de Semillas (CUS) renovó sus autoridades en el Consejo Directivo, reeligiéndose el ingeniero agrónomo Pablo Civetta como presidente de la institución, cargo que ocupará hasta 2026. Con más de veinticinco años trabajando con semillas, es socio fundador y director de Agrofuturo, una empresa de capitales uruguayos fundada en 2004.
En 2022 CUS realizó modificaciones en sus estatutos, pasando a un sistema de elección parcial de la directiva y no completa, con lo que se buscó facilitar la continuidad de los temas que se venían tratando.
Fundada el 29 de mayo de 1989, cuenta con 35 años, siendo CUS una de las gremiales más antiguas del sector semillerista y posee actualmente 38 socios. Su finalidad central es la “promoción del desarrollo y la comercialización de semillas legales, de calidad y genética conocida, combatiendo mucho la informalidad y bolsa blanca”. Con la expresión “bolsa blanca” se entiende la semilla que no cumple la normativa legal y tampoco está sometida a controles de calidad obligatorios.
El uso de semillas inadecuadas se da muchas veces por desconocimiento sobre el tema, por eso CUS e Inase (Instituto Nacional de Semillas, un instituto de derecho público no estatal, creado en 1997) trabajan en la difusión y en hacer conocer la normativa que Uruguay tiene sobre las semillas, de tal forma que todos tengan claro qué se puede y qué no se puede hacer.
“Hay muchos productores que comercializan su semilla cosechada por ellos, pero al hacerlo no están respetando las normas de certificación obligatoria en los casos que se exige, las normas de etiquetado de Inase o la propiedad de las variedades, porque no las puede vender cualquiera, sino quien tiene los derechos”, expresó.
Son temas que “se deben difundir mucho, CUS integra la directiva de Inase y ese es un ámbito en el que se trabaja sobre la normativa y su divulgación”.
Civetta explicó que el uso de semillas de bolsa blanca puede generar fundamentalmente dos problemas: “La contaminación por malezas y la falta de certezas de qué es lo que se está comprando”. En ambos casos, si hay problemas, el productor siempre sale perjudicado: si hubo germinación insuficiente, si la pastura o el cultivo no resultó, si ingresaron malezas al campo o si no es la variedad que se quiso comprar, “no hay dónde ir a reclamar o quejarse porque es todo ilegal”.
Exportación
Por otra parte, señaló que Uruguay tiene un papel importante en la exportación de semillas, con “negocios a contraestación”, que consiste en “empresas del hemisferio norte que contratan producción de Uruguay para acelerar procesos” en un mecanismo en el que ganan un año. “Ese negocio se hace básicamente con variedades nuevas con las cuales se necesita acelerar su llegada al mercado”.
También hay exportación de semillas forrajeras, y “para el tamaño que tenemos, Uruguay se ha convertido en un jugador importante en el mundo con las semillas de exportación”, dijo el presidente de CUS, con envíos a Argentina y Brasil en la región, pero también fuera de ella a destinos como Europa, China, Estados Unidos o Sudáfrica. Los volúmenes como los ingresos que se generan “son variables y están sujetos al clima”.
Biotecnología
Consultado sobre el desarrollo de la biotecnología en Uruguay, Civetta dijo que CUS ha sido “precursora en el tema de la biotecnología”, trabajando con la Dirección General de Bioseguridad e Inocuidad Alimentaria (Digebia), las empresas y los distintos gobiernos, tratando de fomentar la liberación de eventos.
“Hace más de veinte años que CUS lleva a cabo el programa de refugios en maíz”, una herramienta para el uso de biotecnología en protección de insectos. El objetivo es asegurar una población numerosa de insectos susceptibles, lo que logra disminuir la probabilidad de que insectos potencialmente resistentes al maíz se apareen entre sí y generen una descendencia resistente. “Es un programa de manejo de insectos que CUS lleva adelanta con más del noventa por ciento de ejecución”.
Cuando uno circula por Uruguay y observa los campos de maíz, “todos tienen programas de refugio que consiste en plantar un diez por ciento de la chacra con un maíz que no tenga ese evento para que ahí estén los insectos y los enemigos naturales. Lo mismo se hace en soja con BT, tecnología Intactata, que es resistente a insectos”.
Por otra parte, “en Uruguay la mayoría de la soja es transgénica, lo que se hace no transgénico es mínimo para un mercado muy chiquito, de nicho, igual el maíz”.
“En trigo hay un evento, también en colza, pero no hay aprobación”. La pertinencia o no de la aprobación lo determina Digebia y el Comité de Bioseguridad. “Es un tema que tiene muchas aristas”, por ejemplo “es clara la posición de los arroceros que no quieren transgénicos porque entienden que sería perjudicial para el mercado de exportación. Sí hay algunos eventos, pero no hay interés del productor ni de la industria ya que entienden que generaría un perjuicio más que un beneficio”, manifestó.
La biotecnología brinda seguridad y cuidado ambiental
Todos los eventos de biotecnología implican estudios muy importantes que se hacen a nivel internacional, y “nunca se ha podido demostrar que el uso de la biotecnología tenga algunas de las consecuencias que popularmente se exponen”, afirmó el ingeniero Civetta.
Cuando hablamos de biotecnología nos referimos a “herramientas que logran bajan el uso de agroquímicos”, o sea de productos químicos sean herbicidas o insecticidas. “Desde ese punto de vista es mucho más beneficioso que la planta se autodefienda de los insectos sin necesidad de aplicar insecticidas, eso ambientalmente es mucho más sano”.
Consultado sobre cómo está Uruguay en la aplicación de biotecnología, dijo que hemos avanzado en la aprobación y el uso, pero que es una decisión que escapa totalmente a CUS y “corresponde al Comité de Bioseguridad que integran varios ministerios, lo que hace que la decisión tenga un componente político además del técnico, que es muy importante”.
Semilla certificada o legal
El presidente de la Cámara Uruguaya de Semillas (CUS), ingeniero agrónomo Pablo Civetta, dijo que en el manejo de las semillas es diferente el concepto de semilla legal y semilla certificada, porque “hay semilla legal que no tiene por qué ser certificada. La legal puede ser comercial o certificada”, agregó. “Hay especies que tienen certificación obligatoria, de lo contrario no se pueden comercializar”.
TE PUEDE INTERESAR: