De concretarse, el proyecto generará mano de obra todo el año y atenderá una producción que cada vez se solicita más por parte del consumidor, en un país de referencia natural como Uruguay.
Hubo un tiempo en el que se creyó que la producción de alimentos orgánicos era una moda que como tal pasaría y se olvidaría, pero la tendencia de los últimos años demostró que se trata de una realidad ya instalada como necesidad por muchos consumidores de todo el mundo y Uruguay no es ajeno.
En Artigas, el Ing. Agr. Hugo Hackembruch está trabajando junto con los trabajadores de UTAA, la Unión de Trabajadores Azucareros de Artigas, en dos cooperativas orgánicas, Avanza 2022 y Bella Unión Avanza. Consultado por La Mañana, sobre la importancia de la producción orgánica dijo que “es un tema muy importante”, sobre todo “después de las crisis que hemos vivido a nivel mundial y cuando en todo el mundo se habla de la escasez de alimentos”.
No todos los tipos de producción son válidos, afirmó, “desde hace años se ve el efecto nocivo de los agroquímicos sintetizados en los laboratorios”, son usados y son dañinos “tanto en la producción animal como vegetal, en productos primarios e incluso en productos secundarios procesados en la agroindustria”.
Debido a que su padre Hugo fue un pionero y fundador de Calnú, Hackembruch se crió conociendo la caña de azúcar desde muy cerca y siendo muy joven: “Al transcurrir mi niñez y juventud vi cómo la gente se contaminaba, enfermaba y hasta moría por los productos químicos” que usaban de mala manera. Por ejemplo, “cuando vaciaban un envase lo enjuagaban con cal y los usaban para beber agua sin pensar en los residuos que quedan en ellos”, contó.
Con el daño ya causado, el mundo entero comenzó a darse cuenta del peligro que representaba el uso de agroquímicos, y al salir de la Facultad comenzó a proclamar la agricultura orgánica.
Actualmente son varios los países que han tomado medidas, “por ejemplo Brasil, Argentina, Paraguay, y también Uruguay empezó a darse cuenta de esa contaminación, además de otros países desarrollados del mundo. Se hicieron análisis de residuos y se detectó que hay químicos nocivos y por eso el mercado de productos orgánicos, ecológicos y naturales crece cada vez mas en el mundo entero”.
“Uruguay tiene todo para desarrollar la producción orgánica”
En el caso de Uruguay hay una ley que promueve la producción con base agroecológica y “somos un país que tiene todo para transformarse en natural y con producción orgánica” porque tenemos “un menor nivel de contaminación que otros, contamos con fuentes naturales sin contaminar, porque la principal producción del país es la carne, la lana y la lechería que son actividades que usan muy pocos agroquímicos. Con 3,5 millones de habitantes producimos para 100 millones, entonces Uruguay tiene todas las condiciones para ser reconocido a nivel mundial y de hecho ya ocupa un puesto muy importante”, subrayó.
No en vano Uruguay está “entre los países que destina mayor cantidad de área a la producción orgánica en relación al porcentaje de hectáreas destinadas a la producción animal y vegetal. En ese sentido somos un país muy adelantado”, y eso es sustancial porque “al ser un país pequeño no podemos competir en cantidad, tenemos que hacerlo en calidad y Uruguay está tomando medidas en ese sentido y sabemos que es positivo”.
Como país y sociedad “debemos tener una cultura de agroecología, orgánica, debemos respetar la naturaleza y los procesos porque eso contribuye a la salud. La salud y la rentabilidad tienen que ir de la mano, no por ser más rentable tengo que perjudicar al productor, los trabadores y al consumidor. Eso no es sostenible, no garantiza calidad alimentaria y a la larga eso fracasa”.
Las cooperativas de UTAA
En ese marco es que surge la idea y la necesidad de desarrollar las cooperativas con UTAA. “La propuesta fue desarrollar producción orgánica para lo cual se elaboró un proyecto vegetal y animal que consiste en transformar la producción de la caña de azúcar convencional a la forma orgánica, sin el uso de agroquímicos”.
El proyecto Avanza 2022 fue presentado a Ancap y cuenta con el apoyo de ALUR, también del Banco de la República. “Hablamos con el ministro Fernando Mattos que también mostró todo su apoyo a la iniciativa” que además del cuidado ambiental pretende generar “trabajo todo el año, con un salario digno y en un ambiente sano, sin contaminación. Esto favorecerá el ecoturismo y creará un microclima especial en esta zona de frontera que es estratégica”.
La producción concreta de la cooperativa Avanza 2022, que es la que está aprobada y que aglutina a 14 familias, se centra en la caña de azúcar, boniatos y sorgo, aunque también sería importante la producción animal.
En azúcares Hackembruch mencionó el azúcar mascabo orgánico que se podría comercializar a menor precio del que se importa de Paraguay o Brasil, además de que sería de producción nacional.
El cultivo de boniatos sería un complemento porque “se trabaja en otra época del año, igual con el sorgo. Entonces, con caña de azúcar, boñato y sorgo habría tres zafras en el año y se podría trabajar los 12 meses, lo que indica una alta rentabilidad. Y como son microagroindustria los mismos trabajadores del campo serían los de la industria, algo buenísimo para las familias involucradas en el proyecto”.
El rubro animal no escapa a las metas de la cooperativa con una estación experimental “que prevé el engorde de corderos y producción de lana fina o extrafina, la lechería orgánica, el cáñamo medicinal o la piscicultura. Es potencial es muy amplio, pero los rubros principales son caña de azúcar, boniato y sorgo, luego la producción ovina y lechería”.
Respecto a la cooperativa Bella Unión Avanza que también es impulsada por UTAA, Hackembruch dijo que participan 10 familias.
Tanto en Avanza 2022 como en Bella Unión Avanza, las familias están “dispuestas a trabajar para cambiar las cosas aquí en la zona y si esto prospera la zona se transformará, se generarán varias fuentes de trabajo en un ambiente sano, con educación y capacitación”.
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