Comenzó la 108° edición de la Expo Prado, entre sus actividades, espectáculos y propuestas, se realizó la tradicional Misa Criolla que convocó a cientos de personas. En esta oportunidad, el cardenal Daniel Sturla fue el encargado de dar la palabra a los fieles y curiosos que se acercaron al galpón de ventas del predio. El mensaje se centró en la unión del campo y la Iglesia como partera de la patria.
Juan Carlos López, Lopecito, fue el encargado de presentar la Misa Criolla que se celebró el pasado domingo 10 de setiembre en la Expo Prado 2023, como hace más de 40 años gracias al padre Aníbal Rivero, quien la celebró por primera vez. Actualmente la tradición se ha consolidado y cada año cientos de personas, creyentes y no creyentes, se acercan a recibir la palabra como simples curiosos.
El campo y la Iglesia se unieron desde el inicio de la historia, esto se ve reflejado en referentes como el sacerdote y agricultor José Pérez Castellano, el sacerdote y botánico Dámaso Antonio Larrañaga y el recientemente beatificado Jacinto Vera, el primer obispo de Montevideo, y un hombre de campo que entendía el trabajo rural y recorrió Uruguay tres veces a caballo.
“La Iglesia estuvo antes, está en el principio de todo, no se entiende la historia oriental sin el proceso de la Iglesia y hoy está en una cantidad de barrios del país, entre ellos en la zona de Carrasco norte, específicamente en el barrio Santa Eugenia. La Asociación Rural del Uruguay, invitó especialmente para la misa a un grupo de orgullosos del lugar donde viven y de lo que están construyendo”, introdujo López para dar inicio a la santa misa.
Es que un par de docenas entre niños y adultos del barrio fueron los encargados de entregar las ofrendas. Entregaron una biblia y el libro de los 150 años de ARU como símbolo de unión de Dios y el campo, un pico y una pala que referían al trabajo rural, un poncho, un termo y un mate, y las vecinas de la zona elaboraron 200 magdalenas con impresiones de Jacinto Vera para repartir entre los presentes.
En el barrio Santa Eugenia los vecinos cuentan con una capilla de madera que fue construida por ellos durante la pandemia. Cabe recordar que hace unos siete años, el padre Juan Andrés Verde llegó al barrio con jóvenes de la parroquia Stella Maris y comenzaron a ayudar para cambiar el barrio. Se logró el alumbrado público, luz eléctrica, saneamiento, calles asfaltadas y atención médica; también casas-contenedores y ahora se encuentran con la construcción de 60 casas de material.
El cardenal Daniel Sturla estuvo a cargo de la misa criolla, con la imagen de la virgen de los Treinta y Tres –la patrona de la patria– a su izquierda y la de don Jacinto Vera a su derecha. Lo acompañaron Alfonso Baure, superior de los salesianos en Uruguay, el padre Juan Andrés Verde y Simón Gutiérrez, seminarista del arquidiócesis de Montevideo.
“La Iglesia no es pasado, sino también futuro, porque estará siempre presente como hace 400 años, cuando los primeros misioneros reunieron a las tribus indígenas. Desde las entrañas de la patria está presente la Iglesia, es partera de la patria”, expresó el cardenal Sturla. Y recordó que hoy en el campo la Iglesia sigue atendiendo obras, como la de Sarandí del Yi, en la que adolescentes pueden encontrar alojamiento mientras estudian, y aprender diversas cosas que tienen que ver con la vida del campo, mecánica, carpintería, esquilar ovejas, entre otras. “Se trata de una obra que mantiene viva la educación para chicos del campo”, subrayó.
Sturla rememoró que el 10 de setiembre de 1815, José Gervasio Artigas pidió al cabildo de Montevideo un cura para fundar la escuela de la patria y José Benito Lamas la inició. Ya en Uruguay había escuelas desde 1680 en Colonia del Sacramento, fundada por los jesuitas portugueses, y en 1746 en Montevideo fundaron el colegio de la Residencia, hasta que tomaron la posta los franciscanos y pasó a ser el colegio San Bernardino, al que Artigas fue y aprendió las primeras letras. Es por eso que cada 10 de setiembre se celebra el día de la educación católica en el país.
En el mensaje de Sturla en la santa misa, dijo que el que de verdad ama y pone primero a Dios, la familia, la patria y el trabajo, “toda la vida se ordena y entonces es posible vivir la alegría que, muchas veces, nos es esquiva a los uruguayos. Amar es cumplir la ley entera de Dios”.
A su vez, el cardenal llamó a desacreditar la idea que la Iglesia se opone a la ciencia y expuso que los primeros científicos del Uruguay fueron dos curas, José Pérez Castellano y Dámaso Antonio Larrañaga. “¿De dónde nace esa pelea de ciencia y fe? No existió en la historia, donde hubo tantos laicos que unieron la ciencia y la fe”, puntualizó.
“En la vida humana tantas veces la crítica nos destruye y la corrección fraterna es inversamente proporcional a la crítica, cuando le decimos al hermano cara a cara si hemos tenido una dificultad, eso es inverso a la crítica, es importante no hablar por atrás”, exhortó. Al mismo tiempo, llamó a las familias a no perder la tradición de rezar juntos, “aunque sean dos minutos al día, un Padre Nuestro, un Ave María o bendiciendo la comida”, afirmó.
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