El pasado 29 de julio se realizó un evento en la Sala 17 del Anexo al Palacio Legislativo que no debe pasar desapercibido. Organizado por el Centro de Viticultores del Uruguay (CVU), fueron invitados representantes de los cuatro partidos políticos con representación en el Senado. Asistieron los Senadores Tabaré Viera por el Partido Colorado, Oscar Andrade por el Frente Amplio, Guido Manini Ríos por Cabildo Abierto y Richard Charamelo (Director de ANCAP) por el Partido Nacional.
El objetivo del encuentro fue presentar por parte del CVU la realidad del sector viticultor en general e intercambiar ideas en líneas de salida para el mismo. Después de una reconversión en los años 90 que contó con buen suceso, la viticultura vive un momento de dificultades, en especial los medianos y pequeños productores.
Fernando Imperiale y Aramir Silva, Presidente y Secretario General del CVU respectivamente, detallaron en breves cifras la coyuntura. “De 770 bodegas pasamos hoy a menos de 150. De 1.400 productores quedan hoy menos de la mitad. Existe hoy un vacío productivo y social y esta realidad de sufrimiento de nuestro sector, columna vertebral de la Granja, pone en riesgo la ocupación de la mano de obra que continúa su éxodo, en especial de jóvenes y el destino de trabajo y conocimiento acumulado. Estamos sometidos a la presencia del vino argentino, que por razones conocidas entra en nuestra plaza a precios muy menores que el nuestro y que resultará casi mortal cuando el comercio intrafronterizo restablezca su normalidad”.
Imperiale y Silva manifestaron la necesidad de crear una nueva Ley de INAVI que tome en cuenta esta realidad, tanto desde lo productivo, lo económico como lo gremial y su representatividad. Además comentaron de unas dos mil hectáreas de vid que necesitan reconversión, con un costo no menor a los 25 mil dólares por hectárea. Para ello plantearon la necesidad de ayuda financiera. Finalmente presentaron la necesidad de construcción de una “planta de mosto”, que sería de gran utilidad para todo el sector.
Los Senadores y autoridades presentes manifestaron la firme voluntad de acompañar el esfuerzo del Centro de Viticultores del Uruguay, por la pertinencia del planteo y como forma de (palabras de Aramir Silva) “evitar la desaparición del sector vitivinícola nacional”.
Como se aprecia todos los días, la gente de trabajo rural siente la necesidad de no bajar los brazos. Solo precisan la comprensión de sus representantes.
* Ingeniero Agrónomo
TE PUEDE INTERESAR