José Mantero, presidente de la CEV, señaló que “la utilización en algunos rubros específicos está por debajo de los parámetros que se manejan en la región, mientras que en otros sectores según los planes sanitarios y la estrategia de control”.
Ese comunicado, según Mantero, está dirigida a los productores por el riesgo que existe hoy sobre los mercados que piden un cumplimento de normas en cuanto a residuos veterinarios, que los productos de contrabando no cumplen para el Uruguay.
El especialista dijo que “con algunas de las normas que nos piden a nosotros los mercados a los que accedemos, ahí vemos un riesgo, porque estamos en una situación privilegiada en cuanto a precios tanto a nivel internacional como en el mercado interno respecto a la carne, creo que debemos conservar eso porque los mercados a los que les vendemos por un tema de inocuidad podríamos perderlos”.
Estos productos son todos los asociados a la mosca del cuerno en vacunos, garrapata y la sarna, ya que son rubros donde se nota la baja en la venta y a su vez el uso de productos que quizás por diferentes motivos se traigan.
Ante esto subrayó que “Uruguay exporta y como es un país chico debe cumplir con todas las exigencias que se le imponen” y ante esto, hay que tener en cuenta que los tiempos de espera de los productos en los países vecinos son diferentes para una misma droga y una misma concentración, “lo que nos lleva a pensar que no exportan a esos mercados, ya que no creo que tengan diferentes exigencias para los países, pero de repente viendo el destino para la producción de carne”.
Según dijo, esta alerta responde a un “interés de no perder mercados, ya que el 85% de lo que produce Uruguay se exporta, y por eso tenemos que tener cuidado de cumplir con esas exigencias”.
“Con la situación que se dio hace 3 años con el ethión fue que todos estos temas se pusieron arriba de la mesa y son temas prioritarios en el desarrollo de un producto, en su registro o venta. Eso fue la alarma de esa situación y en casi 3 años se ha trabajado tanto a nivel de empresas, como a nivel del Ministerio de Ganadería, y ahí la industria frigorífica ha colaborado mucho en los ensayos y en pruebas” informó.
Pese a esto, señaló que “ese uso de productos de contrabando se da por desconocimiento”.
En cuanto al precio, señaló que siempre se dieron casos de personas que traían productos de la frontera, pero hoy el tema es más serio que hablar de los costos, porque hay algunos productos que se utilizan y que no están permitidos por los mercados a los que se vende y son más caros”.
Hay sanciones para los productores que no cumplen con la reglamentación dispuesta, y hoy hay importantes controles por parte del Ministerio de Ganadería, monitoreando la parte de residuos y al productor que se le detectan y ahí se lo retira de la lista de frigoríficos exportadores y entra un monitoreo continuo hasta que no presente restos.
Por último reiteró que se trata de “un tema de desconocimiento y por eso la cámara y la asociación de comercios veterinarios estamos preocupados y quisimos poner el tema arriba de la mesa para que desde el próximo año se pueda trabajar para poner en conocimiento del productos sobre los riesgos que se corren a nivel individual para el país en su conjunto con productos que están fuera de control y fuera de las normativas que el Uruguay debe cumplir”.
En el documento se agrega que “se trata de productos que no han sido registrados por nuestras autoridades sanitarias, y su utilización por parte de los productores implica un riesgo que seguramente está siendo subestimado por el que los utiliza. La consecuencia más grave de esta mala práctica podría ser la pérdida de mercados cárnicos obtenidos luego de mucho esfuerzo, ya que el uso de productos de contrabando, que no han pasado por los debidos controles, puede afectar directamente la inocuidad alimentaria, con sus consecuencias sobre la salud de los consumidores y sobre el comercio internacional de nuestras carnes”
Por lo tanto, “muchos de los productos que ingresan de contrabando contienen en su formulación principios activos cuyo uso no ha sido aprobado por el MGAP, por lo que la sola aparición de residuos de esa droga impactará negativamente en la imagen de Uruguay como productor de alimentos, con consecuencias que ya conocemos: impacto directo en el precio de los productos agropecuarios y perjuicios a todo el resto de la economía”
Agrega que “en otro casos, aun teniendo igualdad de principios activos, los tienen en diferente concentración, lo que determina que el productor termine sub o sobre dosificando sus animales, en ambos casos con consecuencias negativas para la producción: aceleración de la generación de resistencia de los parásitos a esa droga, o aparición de residuos por estar suministrando más droga de la que pensaba, con la consecuencia ya descrita en el mercado cárnico internacional. Más allá de los controles y la responsabilidad que el estado tiene frente al contrabando, la construcción de la imagen de Uruguay productor de alimentos ha sido una tarea de toda la cadena agropecuaria, y en especial es fruto del esfuerzo y trabajo responsable que día a día hacen la gran mayoría de los productores agropecuarios en sus establecimientos. Es por eso que convocamos a todos los actores del sector a seguir fortaleciendo nuestra cadena agropecuaria, trabajando con responsabilidad y asumiendo el rol de cada uno, más allá de los controles o la ausencia de los mismos”.
La CEV es una gremial que está integrada por empresas tanto nacionales como internacionales que fabrican sus productos en diversos países y la mayoría de empresas que venden específicos al mercado uruguayo.
Federación Rural sigue de cerca contrabando de específicos veterinarios
Julio Armand Ugón, presidente de la Federación Rural, consultado sobre el tema dijo que la gremial sigue de cerca esta situación. Señaló que si bien no ha sido tratado dentro de la Junta Directiva, es fundamental que el productor sea consciente del uso de los principios activos.
Sobre la diferencia de precios de algunos productos, como Dectomax, que en Uruguay se comercializa a US$ 110 y en Brasil se consigue en la misma composición y cantidad a US$ 48, dijo que se debe trabajar más en la materia y deben buscarse explicaciones de por qué pasa y cuáles son las medidas para intentar revertirlo.
Sobre los tiempos de espera, dijo que “eso es lo peligroso de usar productos brasileros o argentinos de igual nombre o laboratorio pero con tiempos de espera diferentes en Uruguay. El Ministerio hace estos estudios en estos países que te nombré, no se quien lo hace y si los hacen”.
Por último, recordó que “existe un laboratorio privado que está hace tiempo intentando habilitar un producto nuevo, y no lo ha conseguido. ¿Por qué el Estado a veces demora tanto en habilitar ciertos específicos?”.
Seguramente en las próximas semanas este tema sea el centro de discusión en la gremial.