Si bien el Banco República (BROU) brinda atención a todos los sectores, la agroindustria concentra una parte muy importante del negocio porque es el “motor” de la economía, de acuerdo con su presidente, Salvador Ferrer. Entrevistado por La Mañana, se refirió a los principales logros de la entidad hasta el momento y las metas planteadas para lo que resta del quinquenio. Además, destacó la importancia del BROU como banco de desarrollo del país.
Ya estamos prácticamente a mitad del período de gobierno. ¿Cómo evalúa la gestión del BROU hasta el momento?
Vamos bien, pero estamos convencidos de que tenemos mucho camino para recorrer todavía. El banco tiene la obligación de impulsar un mayor desarrollo del negocio, y eso es parte de lo que venimos haciendo desde el primer momento. Nosotros definimos básicamente tres líneas de acción.
La primera es todo lo que tiene que ver con el crecimiento del negocio, tanto el área de empresas como el de familias o personas. A nivel de empresas, hemos dado algunas señales muy fuertes en materia de baja de tasas, de extensiones de plazos, el reposicionamiento comercial con la definición de estructuras de gerencias comerciales regionales y departamentales, y un foco muy especial en el sector agropecuario por historia y por relevancia económica. A nivel de personas podría destacar el reposicionamiento en el mundo de las tarjetas de crédito, un negocio en el que el banco tenía una presencia muy marginal hace un tiempo y hoy, de la mano de Mastercard BROU Recompensa, hemos logrado ser un actor relevante nuevamente, o el reciente lanzamiento del “Préstamo fácil”, que es facilitarles a nuestros clientes el acceso al financiamiento.
La segunda línea de acción, más vinculada a la digitalización, tiene que ver con la experiencia del cliente desde el punto de vista transaccional, es decir, mejoras en el sistema de pagos, ayudar a operar de mejor manera. ¿Hacia dónde va el mundo? Hacia la operativa digital y transaccional.
Y la tercera línea de acción que definimos es todo lo relativo al rol del banco de desarrollo. El BROU, más allá de ser un banco comercial, de competir con otros actores del mercado, es, por mandato, el banco de desarrollo del país.
Se percibe que el BROU está más presente en el interior y ha revivido su vínculo con el sector agroindustrial nacional. ¿Qué podemos esperar para los próximos dos años y medio en ese sentido?
Si bien el banco les da atención a todos los sectores, naturalmente la agroindustria concentra una parte muy importante del negocio porque es el motor de la economía nacional, por lo tanto, debe intentar ser su principal soporte. Por eso hemos insistido mucho con el mensaje de que con el BROU el campo crece, porque las mejores soluciones para el agro están en el banco. En ese contexto hemos venido insistiendo en nuestra variada oferta de productos para cubrir todo el espectro de la producción agropecuaria. Otra cosa que resalto es la presencia territorial, que también contribuye con este rol en un rubro tan importante como el agro. Estamos convencidos de que en el BROU existen soluciones para todas las necesidades del sector.
El BROU lanzó hace poco una línea para compra de tierras con plazos que van hasta los 20 años, y tengo entendido que se aprobó extender el plazo hasta 30 años. ¿A qué productores apuntan con esta línea?
Como te decía, el BROU financia lo que sea viable dentro del marco regulatorio existente, todos aquellos proyectos que tengan perspectivas positivas y que sirvan para mejorar la productividad y ser más eficientes. En este directorio se ha trabajado con el afán de poner a disposición de nuestros potenciales clientes las mejores condiciones de financiamiento y eso ha tenido mucho que ver con la extensión de plazos, con ajustes de tasas y garantías de acuerdo a cada negocio.
El financiamiento para la compra de campos es a largo plazo, que es algo relativamente innovador. Fue muy bien recibido cuando anunciamos un plazo de 15 y hasta 20 años para los pequeños productores, pero nos llegaron planteos de diferentes sectores de que en algunos casos necesitarían incluso plazos superiores. Por eso nos estamos animando, en determinadas compras de campos más pequeños, de hasta 300 hectáreas, a ir hacia los 30 años. También hemos flexibilizado el aporte de capital propio, que en general era el 30%; entiendo que no todos estos jugadores pueden contar con ese capital para poder hacer una inversión de este tipo y, basados en la muy buena garantía que implica el valor de la tierra, hemos actuado para poder llegar incluso hasta el 90% del financiamiento.
¿Cuáles fueron los rubros que más solicitaron esta línea?
En general ha sido todo el sector agropecuario, pero es cierto que ha sido más utilizada a nivel de mayor escala, por lo cual estamos buscando la forma de que los productores de menor escala también tengan mejor capacidad de acceso.
Al BROU se lo ve muy activo con los problemas que aquejan al norte del país. Estuvo en los incendios de Río Negro y Paysandú, más tarde con la sequía en Artigas. Parecería ir más allá de un banco tradicional. ¿Qué puede decir de estas experiencias?
Precisamente, es así, es más que un banco tradicional. Como decía al comienzo, es un banco comercial y en plena competencia con todos los rubros, con otros jugadores del mercado, y a su vez es el banco de desarrollo del país. En esa línea, se nos encontró a comienzo de año con los incendios que afectaron Río Negro, Paysandú, o la turbonada más recientemente en este departamento, intentando dar soluciones. El BROU cuenta con productos adecuados para atender todo ese tipo de problemáticas y lo que hicimos en estas ocasiones, además de estar presentes, fue pedirles a los gerentes y funcionarios que estuvieran a disposición para asesorar y facilitar la atención a todos los que la han pedido.
¿Cuál es el rol de República Microfinanzas en este contexto?
A través de República Microfinanzas se llega a otro público de microempresarios, se cuenta con productos de financiamiento que en muchos casos han dado muy buenas soluciones que me interesa remarcar, porque ha tenido un rol activo muy importante, por ejemplo, en el sector de la granja. Hemos trabajado varias veces en estrecha colaboración con el Ministerio de Ganadería en la implementación de medidas de apoyo para estos sectores, entonces, ese rol de banco de desarrollo nos ha hecho poner foco en situaciones complejas que otros bancos no atienden de la misma manera.
¿En qué casos se ha dado este apoyo, por ejemplo?
Me refiero, por ejemplo, a Citrícola Salteña. La semana pasada estuve en Salto visitando el proyecto, conociendo cómo está funcionando, y es un caso emblemático para el tipo de salida que se encontró porque no hay muchos antecedentes. En estos días que tanto preocupa lo que está pasando a nivel del litoral en aspectos más comerciales, porque la situación de fronteras es más preocupante, pensemos qué habría pasado si no hubiéramos podido resolver el caso de esta empresa, si hubiéramos tenido toda esa cantidad de familias afectadas en su fuente laboral. Ahí hay una parte importante del trabajo que el directorio viene haciendo hace tiempo.
¿Cómo evalúa el funcionamiento del directorio?
Ha sido muy bueno. Los miembros fueron impulsados por diferentes partidos políticos de la coalición, pero también subrayo el rol de la oposición. Creo que es un directorio que ha tenido un buen accionar político, que ha logrado conjugar los focos que cada miembro mantiene, y ha conseguido un funcionamiento orgánico armónico, en una misma dirección, operando por consenso en casi la totalidad de las decisiones, y habiendo manejado con muy buen criterio las discrepancias.
¿Cuáles son los desafíos para el negocio agroindustrial en esta compleja coyuntura política y económica mundial?
Estamos en un mundo de gran incertidumbre, pasamos una pandemia muy compleja, vino la guerra. En cuanto al agro, se está aprovechando nuestra esencia de ser un productor de alimentos para el mundo, y la búsqueda permanente del gobierno de una mayor apertura comercial para las principales exportaciones es muy importante. El banco seguirá siendo soporte de este sector tan crítico para el desarrollo económico, porque cuando el agro anda bien, derrama de gran forma hacia toda la economía, y lo hemos podido apreciar en la salida de la pandemia.
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