El área de invierno se va a repartir en tercios similares de trigo, cebada y colza, las tres “son muy atractivas por los precios”, dijo el Ing. Agr. Simean de Copagrán.
El país agrícola ofrece escenarios diferentes según el punto del país que se observe. Por un lado se avanza en la cosecha de los cultivos de verano, pero también en la siembra de los de invierno.
Luis Simean, ingeniero agrónomo y gerente comercial de filial Paysandú de Copagran dijo que esa institución es testigo de los diferentes ritmos y situaciones agrícolas al trabajar un área tan amplia como la de los departamentos de Paysandú, Río Negro, Soriano y Colonia.
Pero esa extensión a lo largo del litoral no implica que haya mayor diferencia entre un extremo y otro respecto a los cultivos. “Puede haber sí diferencia de tipo climático con años en que una zona puede ser más afectada que otra por la falta de precipitaciones, también puede haber alguna diferencia en la fecha de siembra” con el norte más tempranero algunos años, lo cual también genera diferencias al momento de la cosecha.
“Por ejemplo en soja, al norte ahora estamos con un avance de cosecha cerca del 80% y en el sur el área cosechada capaz va en el 60%; ese tipo de diferencia a veces se da. Otra diferencia puede ser la del manejo de variedades porque hay algunas que se adaptan mejor al norte y otras más al sur, pero son cosas muy puntuales, en general el manejo es similar”, subrayó.
Otra diferencia entre el norte y sur “puede darse en el potencial de rendimiento” con “el norte más marginal al ser en el límite de la zona agrícola con campos que empiezan a ser más ganaderos, de menor profundidad, que acumulan menos agua, y eso se expresa en el potencial del cultivo”.
En la zona norte de Paysandú el potencial es de 2.500 kilos, contra el corazón agrícola que tiene chacras de 3.500 o 4.000 kilos, son realidades que se asocian al tipo de suelos.
En el norte y también por las características del suelo, “se puede dar que la agricultura esté más integrada a la ganadería, con rotaciones que pueden ser más cortas: Un par de años de agricultura, luego una fase de pasturas para recuperar el suelo”, eso es más apropiado en un año como el actual en el cual la ganadería está muy fuerte y los números cierran.
Cultivos de verano y cultivos de inverno
Sobre los cultivos de verano, dijo que el girasol “se cosechó todo en febrero y marzo”, pero “diferente es el maíz que tiene una amplitud de siembra y cosecha muy grande con los primeros cosechados en febrero y los últimos seguramente se terminen en junio”.
En cuanto al sorgo, “hay productores que ya cosecharon y otros van a llegar en junio porque son cultivos de segunda”; y “volviendo a la soja, ésta presenta el área más importante, este año se sembraron 1.200.000 hectáreas en todo el Uruguay y es un cultivo bastante más concentrado en las fechas de siembra y cosecha”.
Cebada, trigo y colza son los principales cultivos de invierno, aunque hay otras alternativas como lupino que es de uso forrajero, también la cebada, “pero este año se destacará la colza con un crecimiento del 50% respecto al año pasado, mientras que la cebada y trigo se mantendrán en áreas similares”, dijo.
Sobre los costos, además de que “están muy altos”, puntualizó que “este año va a haber un escalón más por hectárea por la suba de los fertilizantes y los agroquímicos” además “de las semillas que van asociadas al precio del grano. De todas maneras, los buenos precios de todos los granos hacen que los números sean positivos”, pero hay una variante que puede dar sorpresas y es “el clima, los productores necesitan que haya un acompañamiento para que se logren los kilos de rendimiento y las cuentas cierren”.
En cebada, el rendimiento para cubrir costos debe ser de 3.000 kilos por hectárea, el trigo 3.500 y la colza 1.100 kilos.
Los insumos están caros y hay mucha incertidumbre, de todas formas, Simean estimó que “no habrá problema de disponibilidad. La incertidumbre es por lo que pueda pasar con los precios por lo cual cada productor ya está comprando, preparándose para el invierno, y algunos para la próxima zafra de verano”.
La forma de asegurarse insumos y evitar que una caída de precios de los granos les complique las cuentas es que “a medida que compra fertilizantes y agroquímicos ir vendiendo granos al precio de hoy, así se evitan tener sorpresas desagradables si hay una baja”.
Es por eso que “con los cultivos de invierno se está tomando mucha posición vendedora sobre lo que se va sembrando, justamente para cubrirse de los altos costos de los insumos”.
Costo de los fletes y la imposibilidad de usar los puertos
Consultado sobre cuánto inciden los fletes en las chacras del norte y si es posible el uso del puerto de Paysandú, Simean dijo que actualmente el traslado de lo producido se hace por camión, y que “las experiencias por río y con barcazas, no dieron resultado”.
“A medida que uno se aleja de los puertos el costo del flete pasa a tener mayor incidencia”, pero éste “no es tan significativo en la actualidad dado los valores de los granos, que permiten diluir el costo”.
Desde Paysandú el flete de soja en camión “es del orden de 35 o 36 dólares la tonelada” y con “con la soja a US$ 600 no se siente, pero cuando el valor era de US$ 280 o US$ 300 ahí es cuando se hace más pesado y complica la ecuación de las chacras más alejadas”.
En cuanto a por qué no se usan los puertos de los departamentos del litoral, el Ing. Simean dijo que “los buques de ultramar no pueden entrar a los puertos del norte lo que obliga a hacer trasbordos costosos: El grano se lleva en un flete corto de camión al puerto de Paysandú, luego hay un costo de trasbordo a la barcaza, la barcaza va a Nueva Palmira y allí se hace otro trasbordo al buque. Son costos que se van sumando y finalmente no cierran”, concluyó.
El precio de la colza supera los US$ 700 la tonelada
En cuanto a la colza Copagrán produce para el mercado interno y la exportación. “Las perspectivas de este cultivo son muy buenas y habrá un aumento de área respecto al año pasado”, dijo a La Mañana el Ing. Agr. Simean. “Los buenos precios, que se espera se mantengan, explican que el área se duplique”.
Explicó que el precio de este cultivo “se fija en base a los mercados de futuro” que cotiza en el Mercado a Término Internacional de Francia (Matif) de referencia obligada para la colza. Su valor “está afectado por el precio de los aceites vegetales, que están demandados y hay poca oferta, por eso estos valores”, y con una proyección que indica que se mantendrían en los niveles actuales.
A partir de la guerra Rusia-Ucrania se han “afectado todos los precios de los commodities, incluso los aceites vegetales porque Ucrania es un gran productor de girasol, pero la valorización de la colza es anterior” al conflicto bélico, “hay otros factores que juegan como la demanda del mercado asiático”.
El precio de la colza hoy está arriba de los US$ 700. Según el último boletín de la Cámara Mercantil de Productos del País, el precio para exportación de la zafra 2022, puesta en el puerto Nueva Palmira o su equivalente a levantar se ubica e US$ 750 la tonelada.
Respecto a la carinata, Copagrán no trabaja dicho cultivo, los registros muestran un área muy menor y por contrato con una empresa forestal.
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