Lo que comenzó como producción de lanas finas ahora incorpora la carne en un proceso que genera calidad en el producto, valor económico y ambiental.
El martes 19 se realizó el lanzamiento de la segunda edición del Consorcio Regional de Innovación de Lana Ultrafina (Crilu) en el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) Las Brujas, en Canelones. De esa forma se inició una nueva etapa enfocada en potenciar la innovación y el agronegocio de lanas y carne Merino de alto valor.
El Ing. Agr. Fabio Montossi, investigador de INIA Tacuarembó explicó en el programa radial La voz de La Mañana que Crilu es una asociación público privada cogobernada y cofinanciada por productores, inició su trabajo hace 20 años pero a partir de los últimos 10 se puso énfasis en capturar más valor -precio- para las lanas a medida que éstas se iban afinando. Es ahí cuando interviene la investigación porque había que demostrar que en Uruguay era posible producir ese tipo de lanas a cielo abierto, que con la seda es la fibra de mayor valor en el mundo.
Eso se logró y tuvo incidencia en el país. Montossi recordó Uruguay pasó de los 80 millones de kilos producidos a 23 millones, una reducción del entorno al 60%, pero ese tipo de lanas tuvieron un aumento de 134%, incluso se generó lana que Uruguay no producía a nivel comercial, por debajo de las 16 micras que es donde están los mayores valores.
“Hoy con mucho orgullo y agrado estamos exportando lana de altísimo valor que van a las prendas de alta confección en Europa y Estados Unidos, mercados donde un traje o un vestido tienen mucho valor por el producto con el que se generan. Antes a eso lo veíamos con lanas de Australia, ahora el productor uruguayo que se dedica a ese negocio ya es conocido en esa corriente de producción”, comentó.
Luego de haber llegado hasta aquí, “hay otros desafíos ante los cuales existen áreas de mejoras”.
“Para nosotros era importante probar que estas lanas terminaban en productos de alto valor y logramos demostrar que era posible producir buzos de altísimo valor”, también son utilizadas “en trajes que tiene valor de € 3.000”, todo eso con lanas uruguayas.
En otro orden dijo que en una primera etapa el trabajo “se pensó para el norte del país que es donde se concentra la producción ovina”; además de que al comenzar la lana estaba “en el medio de una crisis y una gallina valía más que una oveja, pero hoy dos ovejas -que producen esa lana fina- por hectárea, pagan una renta ganadera. Entonces ha sido una revolución productiva y con un impacto importante”.
Ese impacto fue medido a través de “una evaluación externa de una consultoría y para aquellos que están directamente vinculados este proyecto generó un impacto de US$ 50 millones”.
“Todo eso nos permite ser una plataforma de aterrizaje o de vuelo para proyectos que están continuamente apareciendo, oportunidades que algunas las hacemos nosotros y otras las hacemos con otros actores. Esa es una de las grandes virtudes, trabajar con otro instituto de investigación dentro y fuera del Uruguay, también trabajamos con productores que no son integrantes de consorcio, con organismos de transferencia como el SUL (Secretariado Uruguayo de la Lana), en proyectos de responsabilidad social con productores chicos para que les pueda llegar este tipo de genética que de otra manera no lo podrían hacer, formamos y capacitamos gente, son todas cosas que nos permiten tener una institución abierta, horizontal, vinculada con la realidad del negocio y productiva”, subrayó.
La carne es otro elemento de valorización
Montossi destacó que en la certificación que implica este tipo de producción no es el animal sino el predio, y es ahí donde se incorpora la carne. Los procesos de certificación de las lanas que son sobre campo natural en el 85%, requieren la certificación del predio, “entonces todo producto que sale de ese predio puede ser valorizado en el mercado” y eso incluye la carne.
“La carne ovina pasa a ser otro elemento para seguir valorizando la producción de estos sistemas productivos, de hecho mucha carne exportada es Merino por la importancia que tiene con el 40% de la majada nacional”.
Nuevas regiones y el llamado a nuevos productores
La oportunidad no es sólo para la lana y no se limita sólo a la carne, sino que están integrando productores de todo el país: “Es una oportunidad también para otras regiones, por ejemplo el este y ya no solo el norte” de Uruguay.
“Cuando se escuchan hablar del cambio climático, la huella del carbono, la biodiversidad en términos de la cantidad de especies que conforman un campo natural, hoy todo eso ya se empezó a medir. Eso nos lleva a pensar en agrandar, en incorporar nuevos productores que tengan esta orientación y quieran valorizar su producción”, para lo cual se abrió un llamado a interesados.
Las inscripciones están abiertas hasta el 19 de agosto. “Tenemos distintas categorías para incorporar a la nueva fase de Crilú”.
Se deben inscribir en la web www.crilu.org.uy donde está toda la información, las bases del llamado, los teléfonos y correo de contacto para estar en la lista de posibles candidatos para incorporarse.
Escuchá la entrevista completa de nuestro programa radial ⬇️
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