La situación de conflicto en la industria cárnica parece no tener puntos de acuerdo. La inflexibilidad de las partes, Foica (Federación de Obreros de la Industria de la Carne y Afines) y productores ganaderos, ha obligado a decretar los laudos acordes a las leyes vigentes, lo que no fue aceptado.
El Dr. Federico Daverede, como director nacional de Trabajo, tuvo bajo su responsabilidad la negociación que a pesar del tiempo transcurrido no tuvo resultados positivos, de acuerdo con lo expresado por el jerarca en nota concedida a La Mañana.
¿Cómo está la situación del conflicto que mantiene la Foica y que ha generado preocupación en los productores ganaderos?
Esta situación, como ya es de público conocimiento, desde el punto de vista formal de la negociación del Ministerio de Trabajo, ha llegado a su fin. Es una ronda de Consejos de Salarios que empezó por el mes de julio del 2024, después de aproximadamente entre 25 y 30 reuniones e instancias que hemos tenido en el Ministerio de Trabajo y donde no hemos podido encontrar los puntos de entendimiento. Por ese motivo tuvo que laudar, como marca la ley, los salarios mínimos de categorías del sector de la industria frigorífica. Eso ha generado que los trabajadores hayan anunciado que van a seguir un plan de lucha o de medidas que van a tomar. En definitiva, al no encontrar los puntos de acuerdo en los temas de fondo que competen a las partes, el ministerio ha tenido que tomar la resolución de encaminar la solución que le da la ley para fijar los salarios de la industria frigorífica.
Para que la gente entienda un poquito, en el mundo de los Consejos de Salarios tenemos dos cosas distintas. Una es lo que son los ajustes salariales puros y duros. Es decir, el salario mínimo por categoría que se le da a un trabajador, que es hasta donde el Poder Ejecutivo puede llegar motu proprio. Es lo único que puede resolver el Poder Ejecutivo por sí mismo, que fue lo que hizo a través de este decreto. Después, lo que nos pasó, lo que nos sucedió en todas las negociaciones es que todo lo que tiene que ver con los beneficios, que también constituyen al final del camino lo que el trabajador gana, pero que no son salario, sino que tienen autoridad salarial, pero no son salario como pueden ser, por ejemplo, el presentismo, la nocturnidad, el sustitutivo de carne, una cantidad de beneficios que tienen los trabajadores de la industria frigorífica, eso requiere exclusivamente un acuerdo de partes entre trabajadores y empresarios. En esas cosas son las que empresarios y trabajadores no se han puesto de acuerdo.
El ministerio ha presentado, a lo largo de toda esta negociación, por lo menos cinco o seis propuestas que han sido rechazadas por una o por otra parte y al no poder encontrar esos caminos de entendimiento entre las partes, el Poder Ejecutivo ha tomado la decisión de desencadenar este proceso de generar el decreto y es lo que hemos hecho la semana pasada.
La medida no ha sido aceptada por la Foica, que anuncia, de acuerdo con la información que tenemos, que va a seguir con este conflicto hasta febrero, lo que sería realmente una calamidad para la producción ganadera. ¿El decreto pretendió resolver la situación?
Estas son cosas que nosotros hemos hablado en la interna también. El Ministerio de Trabajo nunca se afina en generar un decreto de estas características. De hecho, en los cinco años de gobierno prácticamente que tenemos arriba las veces que hemos tenido que decretar han sido excepcionales.
El interés del Ministerio de Trabajo es llegar siempre a un acuerdo. ¿Qué pasa cuando no se logra?
Primero, cuando se llega a un acuerdo siempre hay de las dos partes cierto grado de conformidad, no voy a decir un 7% y eso hace que las tensiones bajen. El segundo punto es que cada vez que se llega a un acuerdo se establecen también en ese documento las cláusulas de paz y de prevención de conflicto. Eso hace que la conflictividad baje y que se pueda trabajar durante, en este caso, dos años con la normalidad que requiere cualquier sector de actividad.
Entonces, al no llegar a un acuerdo, el decreto no puede incorporar ni la cláusula de paz ni la de prevención de conflicto, como tampoco puede incorporar ningún tipo de mejoras en los beneficios que los trabajadores estaban pretendiendo. Así que hoy tenemos una situación de tensión, sí, es verdad. Ante esto yo siempre digo lo mismo: formalmente la instancia del Consejo de Salarios con el decreto ya quedó cerrada, pero siempre el Ministerio de Trabajo sigue tratando de encontrar los puntos de acuerdo que se necesitan.
Ahora, ¿qué necesitamos del Ministerio de Trabajo? Porque reitero que lo que falta acá es que las partes se pongan de acuerdo en cosas que el Poder Ejecutivo no puede intervenir, que son los beneficios que la Foica está reclamando. Entonces, hasta tanto y cuanto las partes no se muevan de sus posiciones y nosotros podamos encontrar en el Ministerio de Trabajo un punto de encuentro o de equilibrio que nos permita generar un camino de diálogo para ver si podemos entrar a las dos partes. Mientras ese movimiento de posiciones de las partes no suceda, nosotros en el ministerio no tenemos herramientas ni material para volver a convocar.
¿Cuál es el argumento de los empresarios para negarse a acercar las partes?
Primero, hay que recordar que en este sector de actividad los trabajadores y los empresarios venían de un acuerdo de Consejo de Salarios de tres años en donde, al finalizar, los trabajadores terminan con un aumento de salario real del 2,25%. Es decir, un aumento de salario del 2,25% por encima de la inflación que se originó en esos tres años. Ese es el primer argumento por el que dicen los empresarios que no pueden seguir aumentando costos en este próximo acuerdo. Eso es lo primero que hay.
Lo segundo que hay es que, en definitiva, de los pocos movimientos que hubo, la última propuesta que presentó el Ministerio de Trabajo, el 16 de diciembre, tenía la modificación o la incorporación de algunos beneficios, pero en ese caso la Foica los declaró absolutamente insuficientes y pidió una partida de 15.000 pesos para todos los trabajadores, cosa que el sector empleador dijo que definitivamente no. De hecho, hace tres años atrás había surgido una partida que los trabajadores exigieron y que regañadamente la industria tuvo que dar. Esto en esta oportunidad no estaba dispuesta a darlo porque, entre otras cosas, no podía hacer frente a eso. Ese es un poco el panorama en un sector de actividad en el que todos los trabajadores terminaban con un aumento salarial importante y que las industrias no estaban dispuestas a asumir, a aumentar más costos.
¿Cuál es el paso final? Porque si este conflicto no se detiene, alguna medida se tiene que tomar para no afectar. Hablamos de todo: exportación, mercado interno y demás.
Yo creo que los trabajadores, si dicen que lo van a llevar durante todo el mes de febrero, es porque deben de estar esperanzados con que el nuevo gobierno tome cartas en el asunto. Yo reitero una cosa: llevamos seis meses de negociación, aproximadamente 30 reuniones. El punto más importante es que las partes no pudieron avanzar en lo que tenían que acordar, no en lo que el Ministerio de Trabajo puede incidir.
En lo que el Ministerio de Trabajo puede incidir ya incidió, que es el laudo de los salarios. Y, de hecho, en su plataforma reivindicativa la Foica estaba de acuerdo con los ajustes salariales. En lo que no pudieron avanzar es sobre esos beneficios por los que se tienen que poner de acuerdo trabajadores y empresarios. Y nada tiene que ver el Ministerio de Trabajo. Entonces, ¿qué nos queda a nosotros? Seguir teniendo los contactos informales para ver si alguna de las partes logra moverse de su posición y ahí el ministerio pueda visualizar un nuevo camino de entendimiento para recorrer y firmar un acuerdo que nos permita tener paz por los próximos dos años en este centro de actividad. Hoy no tenemos otra herramienta en el Ministerio de Trabajo para avanzar que no sea esa.
¿Desde dónde llega la decisión final para tomar alguna medida alternativa para que no se corte la venta?
La decisión estará en los trabajadores, si van a seguir con la conflictividad o no. Y después estará por empresa, si las empresas pueden lograr con sus trabajadores un acuerdo para trabajar en paz. A nivel del sector o del Consejo de Salarios, hoy no tenemos ninguna posibilidad de avanzar en eso, reitero, hasta tanto y cuanto las partes no se muevan de sus posiciones.
Quiero decir una cosa para dejarla clara: el Ministerio de Trabajo está maniatado en este estado porque si nosotros pudiésemos avanzar sobre los beneficios y pudiésemos firmar un acuerdo con una de las dos partes que nos asegure la paz, sería otra cosa, pero legalmente nosotros no podemos avanzar sobre eso. Por eso digo que los beneficios que se están reclamando por parte de los trabajadores requieren sí o sí la aceptación del sector empleador. Y en cuanto eso no pase, si las partes no se ponen de acuerdo en eso, es materialmente inviable, imposible llegar a un acuerdo que nos traiga paz en el sector.
En un período en el que el diálogo estuvo presente y ustedes realmente gestionaron y acordaron en conflictos bastante importantes, ¿se vieron enfrentados antes con semejante inflexibilidad de ambas partes?
Específicamente en este sector, en esta última ronda, ha sido muy difícil por las posiciones que han traído las partes. De hecho, aclaro, en el Ministerio de Trabajo, después de mucho diálogo y muchas conversaciones con ambas partes, hemos ido presentando en el transcurso de estos seis o siete meses de negociación distintas propuestas, y a veces nos sucedió que la rechazaba el sector empleador y a veces el sector trabajador. De hecho, la última que presentamos el 16 de diciembre fue rechazada por el sector trabajador. Entonces, no hemos podido encontrar en el Ministerio de Trabajo el punto de encuentro que nos permita llegar a una solución.
¿Cómo ve el conflicto de la Foica que afecta directamente a los productores ganaderos?
Yo creo que este conflicto, que hace más de siete meses que están en negociación por un tema de laudo de sueldos, se recrudeció este último mes y esto ha llevado a tomar medidas por parte de la Foica con paros sorpresivos. Eso hace que, lamentablemente, a los ganaderos les levanten el ganado, llegue a planta y al haber un paro sorpresivo ese ganado es devuelto, con todo lo que eso trae aparejado en cuanto al bienestar animal, como problemas para ese ganado, pues es devuelto a los productores y recién a los 45 días de que llegó al establecimiento puede ser nuevamente embarcado. Eso nosotros decimos que es un disparate, por eso tratamos de hablar con la Foica, con la industria y con el Ministerio de Trabajo para saber cuáles eran los problemas en que podíamos ayudar.
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