La Mañana dialogó con el director de Prolesa, Eduardo Viera, quien expuso cuáles vienen siendo medidas que se están tomando para paliar la situación de los productores del sector lechero que remiten su producción a Conaprole, en un momento en que el sector enfrenta grandes dificultades.
En situaciones complejas es cuando ciertas instituciones juegan un papel indispensable para enfrentar esos desafíos que se ponen en el camino. Para el caso de aquellos tamberos remitentes a Conaprole, Prolesa SA (Productores de Leche Sociedad Anónima) se torna un jugador indispensable para que la “vaca siga produciendo” como lo expresó el productor Eduardo Viera, uno de sus directores.
Tan importante ha sido la gestión de la empresa durante este proceso de déficit hídrico que durante este escenario negativo para la producción de alimentos, se comercializó un 60% más de concentrados para el ganado. Viera explicó que durante tres meses la planta de elaboración estuvo trabajando a régimen de triple turno “y todas esas toneladas que se gastaron de más” sirvieron para que el productor no dejara caer la vaca y siguiera produciendo. Los tamberos tenían dos alternativas. Una de ellas era alimentar su ganado con materiales de mala calidad comprados en la chacra y a precios exorbitantes o utilizar “comida de calidad” como la que aporta Prolesa.
Eduardo Viera tiene claro al igual que sus compañeros de directiva y así lo hizo saber que “lo que no puede pasarle a Prolesa es no tener raciones para entregar a los productores de Conaprole”. En ese sentido tomaron una serie de definiciones que asegurasen la producción de concentrados tres meses hacia adelante temiendo que en algún momento faltaran algunos de los insumos necesarios.
En su mayoría los materiales para la elaboración de los concentrados son importados desde Argentina y Paraguay. Desde esos destinos llegan cascara de soja, maíz, harina de soja, expeller de girasol y afrechillo de trigo. Desde la producción local se utilizan básicamente canola y harina de soja.
Una situación nunca vista
Este fenómeno climático que actualmente persiste trajo consigo “cosas que no se habían visto nunca” como que la inmensa mayoría de los productores de la cuenca lechera tuvieran que encerrar los ganados “por no tener absolutamente ningún pastoreo”. Para Viera la lechería es muy dinámica y permanentemente hay que mejorar sus niveles de producción e incorporar nuevas tecnologías. Uno de esas incorporaciones se dio después de 2010 cuando creció el programa agua en las parcelas. En los últimos años se sumó la utilización de sombras para los rodeos con veranos cada vez más extremos.
“Prolesa es una herramienta formidable” porque te asegura la comida indicó el entrevistado, con precios “que los productores por sí solos tal vez no podrían llegar” a obtener en otros mercados. Otra de las ventajas que ofrece la empresa es que el precio de esa comida es el mismo para aquel productor que se lleve una tonelada que aquel que requiere mayores volúmenes. A estas ventajas Viera le sumó la de los planes y plazos de pago al cual pueden acceder estos productores.
Es todo un desafío alimentar el ganado en estas condiciones
La primera preocupación que debe afrontar un tambero está relacionada con la alimentación de sus ganados. El fenómeno de déficit hídrico impactó fuertemente durante la primavera, momento en el cual debería sobrar forraje si la situación climática fuera normal. Pero a contra pelo “fue una locura” porque hubo que salir a comprar cultivos de invierno con valores que estaban por encima de lo normal. Situación que transitó durante todo el verano y aún continúa por estos días. Lo peor es que no se está hablando de reservas alimenticias propiamente dichas, debido a que las urgencias diarias obligan a administrar ese alimento para los próximos días.
Este escenario fuerza a los productores a ser bastante cautos y desarrollar un manejo más ajustado de las reservas en momentos en que existe carencia importante de fibras. Viera señaló que actualmente existe una buena oferta de avenas y cebadas principalmente para picar y embolsar en silo pack. La peor situación no solo pasa por la falta de fibras “sino que hay que reponer el stock” porque eso de guardar alimentos para determinado tiempo, prácticamente, se perdió en estos últimos años.
Todo depende de una buena primavera
La escasez de alimentos provocó que los precios se fueran por las nubes, situación que el mercado no ha logrado acomodar aún. Para ser gráficos los materiales verdes “si lo llevamos a materia seca” tienen un valor similar al de los concentrados indicó el productos. Viera entiende que la enseñanza detrás de la seca es la importancia que hay que darle a la disponibilidad de reservas “para un tiempo prudencial”.
Las fichas están todas puestas en una buena primavera que les permita recuperar las economías de las empresas. Muchos de los corrimientos de los pagos fueron trasladados para esa época del año previendo una mejor situación climática y productiva. En el caso de Prolesa, una línea de raciones fue ofrecida a sus productores para comenzar a pagar en el mes de setiembre. Otras asistencias financieras tomadas por el sector fueron las de los créditos Brou, Microfinanzas, Conaprole o Proleco. Pero no solo basta con obtener los recursos para saldar estas obligaciones sino que además los productores deberá pensar y poner manos a la obra para reponer aquellas reservas que se utilizaron en la alimentación de sus rodeos.
Con las ultimas heladas el crecimiento de las pasturas “se paralizó por completo” y es cada vez más necesario que llueva “porque la humedad es muy superficial”. Para Viera la consigna es clara “cuando se esté saliendo del invierno que comience a llover” porque de no ser así, la situación sería mucho más complicada.
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