“Maldonado Trabaja puede tener una proyección nacional y tiene varias aristas”, dijo el legislador de Cabildo Abierto. Además de repoblar el campo, genera fuentes de trabajo e impulsa la producción agropecuaria, explicó.
El despoblamiento del medio rural es un
serio problema para un país agropecuario como Uruguay. El fenómeno se da desde
hace años y no ha cesado, sumando familias en las ciudades lo que tiene
consecuencias económicas y sociales, negativas y graves. El hecho ha sido
denunciado en varias oportunidades por diferentes actores políticos, y ha sido
una preocupación central para Cabildo Abierto, dijo el diputado Sebastián Cal,
legislador de Maldonado por ese partido y que presentó ante la Junta
Departamental fernandina una iniciativa denominada Maldonado Trabaja.
Lo que sucede es contradictorio, “la gente emigra a la ciudad buscando oportunidades que la ciudad no está en condiciones de dar, pero que el campo del que se va sí tiene ese potencial”, observó el legislador.
“El senador Guido Manini Ríos, líder de Cabildo Abierto, lo ha manifestado muchísimas veces y es uno de los conceptos que más comparto con él”, dijo en referencia a que “uno de los mayores flagelos que ha tenido Uruguay en los últimos años es la despoblación del medio rural”.
Cal dijo a La Mañana que Maldonado Trabaja no es un proyecto de ley, sino una iniciativa que presentó ante los ediles de Maldonado y al intendente Enrique Antía. “Estuve reunido con la Comisión de Ganadería, Agricultura, Pesca y Trabajo de la Junta Departamental, se lo entregué a todos los ediles que estaban presentes, algunos integrantes de la comisión y otros no, y al otro día se lo entregué al intendente”.
Explicó que durante toda la campaña a la Intendencia de Maldonado trabajó sobre esa iniciativa, la que considera “muy oportuna” debido al momento que está atravesando el departamento. “Maldonado es, por lejos, el más golpeado por esta emergencia sanitaria que afectó nuestra principal fuente de generación de empleo que es el turismo”.
El diputado precisó que esta iniciativa no surge por la pandemia, sino que siempre ha estado en su preocupación, hizo “mucho hincapié en darle a Maldonado nuevas fuentes laborales que no sea solo una economía tan dependiente de los países vecinos como es el caso del turismo y la construcción”.
No depender del turismo y la construcción no es descuidar esas áreas que sin duda son importantes, sino ampliar las posibilidades de desarrollo incluyendo al campo, eso significa “dejar de darle las espaldas y colocarlo en el lugar de importancia que se merece”.
Lo que sucede es contradictorio, “la gente emigra a la ciudad buscando oportunidades que la ciudad no está en condiciones de dar, pero que el campo del que se va sí tiene ese potencial”
Proyecto de cooperativismo agrario
“Lamentablemente hemos visto cómo poco a poco los escasos productores rurales que quedaban han ido migrando hacia la ciudad”. Enfatizó que “eso tiene que revertirse, y para hacerlo hay varias patas a considerar”; “ya dejé el camino allanado, tuve reuniones con la ministra de Vivienda, Irene Moreira, con el ministro de Ganadería, Carlos Uriarte, con Colonización, Mevir. A todos les presentamos la iniciativa”.
Maldonado Trabaja “es un proyecto de cooperativismo productivo agrario que busca solucionar varios problemas, el primero de ellos es el desempleo, porque los niveles que tenemos de cara al próximo invierno no son para nada menores”. “Otro tema relevante es el de la vivienda y la revinculación con el medio rural”.
El diputado pretende generar las herramientas que permitan crear cooperativas de producción agropecuaria en las que se puedan instalar familias y en eso es fundamental el rol que podrán jugar Colonización poniendo la tierra y Mevir las viviendas. La propuesta implica una “mesa multidisciplinaria encabezada por la Intendencia de Maldonado, si es que ellos aceptan este proyecto”.
“Maldonado tiene un gasto aproximado de US$ 200 millones por año en la compra de frutas y verduras fuera del departamento, son frutas y verduras que pueden ser producidas dentro del mismo departamento por familias afincadas en el departamento”, aseguró.
“Nuestro proyecto lo planteamos para que sea un modelo de prueba de unas 50 familias que trabajarían de forma cooperativa con un asesoramiento técnico”. “El Instituto Nacional de la Granja que se está por crear puede ser un actor interviniente muy importante”.
Al afincamiento de familias en el medio rural produciendo se añade la generación de empleo y, a su vez, se lograría “alguna cercanía con puntos del departamento que de a poco han tenido un proceso de ausencia del Estado como consecuencia de la disminución de la población”.
Hay zonas, y alguna ciudad, que “han empezado a ver la ausencia de los servicios del Estado: bancos, oficinas públicas que no abren todos los días, hospitales convertirse en centros de atención auxiliar primaria con servicios cada vez más básicos. Eso puede revertirse si se instala una cooperativa de productores en esa zona, y así se ayudaría a que el Estado pudiera tener más presencia”, estimó.
Hay muchísima gente interesada en volver a su origen, regresar al campo, pero se necesita voluntad política para que puedan retornar y volver a producir
Aplicación a nivel nacional
Cal no descartó que Maldonado Trabaja se pueda adecuar a cada departamento por lo que puede ser “el inicio de algo mucho más grande”.
Las zonas en que se puede aplicar “dependerá de dónde Colonización posee tierras, y la producción dependerá de qué tierras se ocupan y del apoyo técnico que reciban los involucrados”, pero nada de eso impide que “se pueda implementar como política de Estado”.
“Hay muchísima gente interesada en volver a su origen, regresar al campo, pero se necesita voluntad política para que puedan retornar y volver a producir”, concluyó.
Cal enfatizó que para generar esta
iniciativa se inspiró en otras partes del mundo: “hemos visto comunidades salir
adelante plantando a mitad de un desierto, y nosotros con la
tierra que tenemos es increíble que no le demos la importancia que tiene.
Espero que el intendente Antía y la Junta Departamental de Maldonado consideren
nuestra propuesta que hay que pulir, pero no necesita mucho más que cada uno de
los actores intervinientes ponga su granito de arena”.
Ahora está en manos del intendente que se comprometió a generar un expediente sobre el documento presentado por Cal, y la Junta Departamental de Maldonado donde Cabildo Abierto no tiene ediles.
“El intendente no desconoce lo crítico que es la situación en el medio rural y tengo mucha fe en que pueda llevar adelante sin banderas políticas y con el apoyo de todos los partidos”, dijo el diputado.
“Chacras productivas transformadas en casas de descanso”
A 15 kilómetros de San Carlos, en Maldonado, Víctor Fabián De León, de 44 años, lleva adelante junto a su señora un tambo familiar con 20 vacas en producción. “Esta era una zona tambera”, dijo al ser preguntado sobre las características del lugar, “hace unos años había unos 20 tambos, pero han ido cerrando y actualmente solo quedamos 4, todos establecimientos familiares, el más grande tiene 60 vacas”.
Las chacras de la zona son compradas y usadas fundamentalmente “como casas de descanso”, dijo. “No es que estén abandonadas, pero tampoco se explota el potencial productivo a pesar de que cuentan con buenas tierras”.
Uno de los problemas es que “no se mantiene mucho la gente de trabajo, la gente mayor deja el campo y se va a la ciudad, y los jóvenes también porque no ven mucho futuro en esto y no siguen la empresa familiar que iniciaron sus padres”, describió.
“Acá en la zona no hay ninguna industria a no ser Conaprole en San Carlos”.
Hasta los medios de transporte parecen ser escasos, por lo cual “los jóvenes para estudiar cuentan con una camioneta que puso la Intendencia de Maldonado”.
Uno de los grandes desafíos es el alto costo de vida. “Antes, con una hectárea de boniato y papas se vivía, hoy hay que incorporar ciencia y tecnología para no quedarse atrasado y eso es todo costo, plata que hay que poner y no siempre se tiene”.
“El que quiere plantar maíz tiene que contar con riego para no arriesgarse a perder todo en una sequía, y un buen equipo de riego implica mucho dinero. Un tambo chico necesita 50 hectáreas y el arrendamiento es muy caro, más las semillas y los abonos, porque todo eso es necesario ya que la leche de las vacas depende de lo que comen y si no comen bien no producen”, dijo el productor.
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