Pablo González contó a La Mañana cómo se está trabajando con la instalación de pozos en instituciones ubicadas en el medio rural, “para que la próxima seca no nos agarre desprevenidos”.
La Intendencia de Canelones, a través de la Agencia de Desarrollo Rural, cuyo director es el ingeniero agrónomo Pablo González, se ha puesto como uno de sus objetivos descentralizar el acceso al agua en el medio rural. Luego de la peor sequía en muchos años y tratando de prevenir situaciones similares a futuro, se planificó la realización de diez pozos semisurgentes en enclaves rurales estratégicos, de los que ya están funcionando tres: en la Sociedad de Fomento de Tapia, la Sociedad Fomento de Los Arenales y el club El Gallo sobre la ruta 32.
“Como país y para todos los rubros, necesitamos incorporar el concepto de cosechar agua”, dijo González a La Mañana. Agregó que “Canelones es un departamento muy diverso con producciones muy variadas y con ellas hay múltiples organizaciones de productores, poblaciones, trabajadores de todos los rubros y de todas las edades, por lo que hay un montón de aspectos sobre los que debemos trabajar, ya sea en lo productivo como en lo social”.
En ese sentido destacó que “hay una carencia muy grande en temas de extensión rural” y que a él le gusta “darle ese toque a la Intendencia a través de la Agencia de Desarrollo Rural, acompañando proceso productivos y sociales que son fundamentales”.
Partiendo de ese punto “tenemos una cantidad de proyectos y programas en diferentes rubros” de la producción: en ganadería, quesería, ovinocultura, sustitución de importaciones, difusión de las pasturas permanentes, entre otras. González destacó la relevancia que tienen las pasturas permanentes, “más ahora con el tema del cambio climático. Hay muchas pasturas que se pueden instalar una vez y con un buen manejo se pueden mantener por muchos años”. También “apoyamos junto con el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) procesos de exportación como del calabacín para Italia”.
Otra arista “es lo vinculado a la organización de los productores” sobre lo que González destacó que en la Mesa de Desarrollo que la Intendencia integra hay treinta sociedades de fomento”, además del Consejo Agropecuario Departamental que también integran el MGAP, INIA, Digegra y otras instituciones públicas de trabajan sobre el territorio.
González destacó que, entre tanta institucionalidad, “necesitamos mucho de las sociedades fomento para lograr llegar a la gente con nuestras políticas públicas”, ya sean por lo productivo como por el lado social. En lo social, una de las preocupaciones es que los jóvenes “se queden en el medio rural”, añadió.
Estamos hablando de “la ruralidad productiva y social, porque si queremos que los jóvenes se mantengan en el campo debemos darles salud, conectividad, recreación y trabajo. Son cuatro aspectos claves en los cuales el agua es un componente clave para trabajar y vivir. Si no somos capaces de asegurarle esos cuatro puntos, sucede que las personas se van a las ciudades, que es lo que está pasando”.
Acciones concretas
Saliendo del marco teórico, todo lo mencionado “se traduce en acciones concretas”, que luego de tres años de sequía obligan a aterrizar haciendo cosas y dando soluciones pensadas y planificadas. “La sequía nos llevó a actuar por la cantidad enorme de emergencias que se generaron, invertimos en la limpieza de tajamares y pozos locales, entregamos bebederos, malla sombra, todo para afrontar la emergencia de ese momento”.
Esa emergencia fue superada a un costo alto para todos y actualmente “seguimos con el problema del déficit hídrico, pero desde la Agencia de Desarrollo Rural de nuestro departamento queremos comenzar a generar obras estructurales, que se mantengan el tiempo y si la sequía se repite nos encuentre mejor preparados”, aseguró el jerarca.
Desde la Intendencia se observó que “en Tala hubo pozos comunitarios que dieron buen resultado, y entendemos que tenemos que repetir esa experiencia”, para lo cual se elaboró un plan, primero de diez pozos que ahora son once, los que “están distribuidos en diferentes lugares de la ruralidad de Canelones”, utilizando las sociedades de fomento o clubes agrarios o deportivos para su instalación.
Pozos comunitarios son aquellos que se realizan para ser utilizados por esa institución en la que se instala con la gente de los alrededores, correspondiendo a las autoridades la administración según un reglamento de uso en el que se está trabajando.
El uso de los pozos es variado
El uso del agua que se extrae del pozo puede tener diversos usos, ya sea en la producción o el consumo humano en caso de ser necesario y previos análisis que aseguren la potabilidad del agua.
Otro aspecto que se ha considerado es el peligro de incendio que se incrementa en períodos de seca. “Ante un incendio se llama a las Bomberos y muchas veces estos llegan sin la cantidad de agua suficiente, pensamos que estos pozos pueden ser de ayuda en ese sentido”, añadió.
González explicó que primero se pensó en diez pozos y con ese objetivo se hizo una licitación con una empresa por quinientos metros de profundidad. “Pensábamos que el promedio sería de cincuenta metros cada uno, lo que significa que se harían diez pozos, pero resultó que ya se hicieron cuatro y todos por debajo de cuarenta metros, lo que nos permitió agregar un pozo más y llegamos a once”.
El mayor inconveniente con que se han encontrada es la situación jurídica de los predios en que están las instituciones en donde se realizarán los pozos: “Hay clubes cuyo padrón se compró por socios que nunca hicieron la transferencia a pesar del tiempo transcurrido. Todos asumen y reconocen ese lugar como propiedad del club o la institución, pero legalmente el dueño es uno o más socios y se debe abrir sucesión y hacer el trámite correspondiente lo que demora y retrasa” lo planificado. “En otro caso no se tramitó la personería jurídica, y así hay problemáticas variadas que nos impiden avanzar rápidamente como quisiéramos”.
De todas maneras, la Intendencia está trabajando y muy comprometida con esa tarea que hace al fortalecimiento de las instituciones en el medio rural.
Los pozos se entregarán con la habilitación de la Dirección Nacional de Aguas y prontos para usar, correspondiendo a cada institución pagar la energía eléctrica para el uso de la bomba.
Incorporación de bombas solares
Otro aspecto de esa misma política de agua introduce bombas solares. El director de Desarrollo Rural dijo que el año pasado se hizo entrega de bebederos para animales, con lo cual se busca preservar la fuente de agua y asegurarse que el ganado pueda beber agua limpia y fresca.
“Durante la sequía los animales ingresaban a los tajamares y ensuciaban la poca agua que había, además muchas veces no podían salir e incluso morían, causando contaminación y complicando aún más las cosas”, recordó.
Para solucionar ese problema e inculcar al productor en el cuidado del agua, la estrategia fue “evitar que los animales abreven en las fuentes de agua de forma directa” y la mejor manera de lograrlo fue “entregar bebederos” pero se debía “llevar el agua hasta ellos y para eso se contó con bombas de agua alimentadas con energía solar”.
El resultado es que el ganado no ensucia ni contamina la fuente de agua y accede a ella limpia, con una “mejor ganancia de carne. O sea que nos vemos beneficiados por un mejor cuidado ambiental, menor uso de energía eléctrica y por una mayor producción de carne”, sintetizó.
Continúa el déficit hídrico
El ingeniero González agregó que en Canelones como en otras zonas del país no ha llovido lo suficiente y “no hemos tenido suficiente reposición de agua, lo que se siente en la producción como en la vida cotidiana de las familias que tienen los pozos de balde secos. No se han recuperado y eso genera carencia de agua para el consumo humano o alguna producción chica en algún invernáculo o algún animal”.
Por eso es necesario que en la medida de lo posible se apliquen herramientas productivas que están al alcance de todos. “Por ejemplo se debe considerar la pastura permanente que genera una cantidad de raíces que no tiene la planta anual. Ante los desafíos por falta de agua, esa planta permanente por tener más raíces va a tener más posibilidades de resistir y recuperarse. Esas son cosas que debemos seguir trabajando con la agricultura familiar para que toda esa gente permanezca” en el campo.
Por otro lado, es importante “no esperar tiempos de seca para actuar”. En tiempos de normalidad hídrica “es mucho más difícil encontrar recursos para generar soluciones que nos permitan prepararnos para nuevos tiempos de crisis. Por lo tanto, sería importante que cuando tengamos lluvias adecuadas, aunque no tengamos recursos, pensemos y sepamos con antelación qué es lo que vamos a hacer cuando el agua nos falte y no tengamos que improvisar o salir a tomar medidas que no están suficientemente pensadas y analizadas”, planteó.
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