La Mañana entrevistó al productor lechero de la región de la Sierra, Diego Granda, un rubro altamente perjudicado por el paro realizado por los pueblos indígenas durante 18 días. Los costos cada vez más altos para vivir y producir fueron los causantes de la movilización que hizo colapsar al país.
Casi con los mismos padecimientos que en Uruguay, la lechería ecuatoriana va camino a una inevitable reducción de predios y por ende productores en un sector que ya no es atractivo para las nuevas generaciones. La invasión que Rusia le propinó a Ucrania y el consecuente incremento en el precio de los fertilizantes, el cambio climático cada vez más inclemente con este rubro, la pandemia y los cada vez más altos costos de producción empujados básicamente por el aumento en el precio de los combustibles, desalienta a cada vez más productores. En los últimos años la producción de leche ha ido en franco descenso. En 2019 se produjeron 6,6 millones de litros, en 2020 6,1 millones y el último año cayó a 5,5 millones de litros. Un subsidio a la lechería podría ser una herramienta que ya se está planteando el sistema político de ese país y que serviría además para evitar la sangría de productores para “que quede algo en el bolsillo”, dijo el tambero Diego Granda a La Mañana.
En la Sierra se produce el 50% de la leche del país
Una de las regiones productoras de leche es la de la Sierra donde vive y tiene su emprendimiento Diego Granda y su familia (a 70 kilómetros de Quito y donde se produce el 50% de la leche del país). Se trata de un establecimiento (ellos lo denominan haciendas o fincas) de 5,5 hectáreas donde tiene 48 animales (desde la recría hasta la producción), de las cuales ordeña 15 vacas con un promedio de 22,6 litros diarios (fertiliza 250 kilos de mezcla cada 30 días). El 80% del rodeo de Granda está compuesto por Holando. Granda conoció Uruguay en 2006 cuando cursó un año lectivo en la facultad de agronomía de la Udelar y conoció los predios de nuestro país. Según el productor, esto le abrió la cabeza para aplicar muchos nuevos conocimientos en un país donde aún no existe cierto nivel de tecnificación en la ganadería.
Altos costos y predios pequeños exigen eficiencia
En la sierra ecuatoriana donde Granda se encuentra existen unos mil productores de leche cuyos predios tienen una extensión entre 1 y 10 hectáreas (el 80% del total), con un promedio que no supera los 9 litros de leche diarios por vaca. En la mayoría de los casos apenas se fertilizan dos o tres veces en el año. El precio que reciben los productores por litro de leche está compuesto por una base de US$ 0,42, calidad US$ 0,9, predio libre de brucelosis y tuberculosis US$ 0,1, buenas prácticas US$ 0,2 y grasa y proteína US$ 0,25. Aunque son predios pequeños y con baja productividad, igual “se puede vivir” porque se trata de un “trabajo en familia”. Se envía la producción a centros de acopios distribuidos en las regiones lecheras, que desde hace poco tiempo recibe el producto frío. El centro de acopio donde envía el producto la familia Granda tiene 360 socios y se reciben 32.000 litros diarios. El valor de la tierra es una de las mayores limitantes para que estos emprendimientos puedan crecer, donde el precio de una hectárea cuesta entre US$ 50 mil y US$ 60 mil. Los costos de producción afectan el desarrollo del sector por “lo que vamos a tener que ser eficientes en manejar nuestras praderas y en instaurar algo de tecnología” porque sino será complicado “seguir produciendo ganadería”.
Los pueblos indígenas pararon 18 adías y colapsó el país
Se desvanecía junio cuando un acuerdo entre el gobierno y la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (CONAIE) terminó con 18 días de paro total en ese país. “No había abastecimiento, todo estaba cerrado y colapsado” y se debieron tirar 18 millones de litros de leche –en un país que padece desnutrición infantil crónica–. El consumo de leche por habitante por año ronda entre 90 y 110 litros cuando la OMS aconseja que sea de 180 litros. “No son frecuentes, pero están siempre latentes” estas movilizaciones en un sector como el de los indígenas que son “muy unidos y organizados”. Si bien esta última marcha ya se había anunciado con seis meses de anticipación, “el gobierno no tomó ninguna solución” para paliar “el alto costo de vida” debido a que se “sigue subsidiando el combustible” que cada vez está más caro. Muchos de los indígenas que participan de las movilizaciones son productores lecheros, fruticultores y floricultores y aunque también pierden, “si ven que algo está mal actúan en beneficio de todo el país”. Granda fue muy crítico de los últimos gobiernos socialistas “que se han olvidado de los sectores productivos del campo”.
TE PUEDE INTERESAR: