El problema central de los cultivos de verano es la falta de precipitaciones, especialmente en la zona sur.
El ingeniero agrónomo Alexis González, técnico de Dalmas Agro, dijo a La Mañana que “en el sur del país la seguía nunca terminó, nunca tuvimos reposición de las cañadas ni de los tajamares”. Contó que el año pasado la empresa instaló “un sistema de riego que se ha podido usar porque no hay agua”, solo hubo lluvias “muy justas y suficientes para mantener los cultivos, pero esas lluvias que era semanales se cortaron y comenzaron las altas temperaturas. La combinación de calor sin precipitaciones resulta en un combo muy peligroso”.
Consultado sobre el estado de los cultivos de verano, González dijo que el maíz de primera, sembrado en la segunda mitad de setiembre, fue el primer cultivo instalado: “Nosotros lo hacemos todo sobre cobertura de vicia que da beneficios en la rotación”, contó. No obstante, “las lluvias de primavera que dificultaron las cosechas de invierno fueron muy buenas para el maíz de primera, que venía muy lindo hasta enero, pero ahora nos desafía esta seca a finales del llenado del grano”.
De todas maneras, “hoy no se sabe cuánto van a impactar los días secos y de alta temperatura que estamos teniendo, pero es probable que el rendimiento baje, aunque algún maíz más temprano podría zafar sin problemas alcanzando una muy buena cosecha, mientras que los más tardíos pueden perder algunos kilos”. Asimismo, afirmó: “Veo una buena cosecha de maíz de primera”.
Sobre el precio, dijo que “hay mucho maíz, mucho grano forrajero y el precio ha bajado” por la oferta y la demanda. Ese menor precio nos lleva a un rendimiento equilibrio de nueve mik kilos por hectárea para cubrir costos y demás. González comentó que “nueve mil kilos es mucho, un rendimiento muy alto que nunca he logrado, pero de repente este es el año para lograrlo”.
Este mes de febrero se comenzará a ver si se llega a ese promedio porque inicia la cosecha de grano húmedo, pero en el caso de Dalmas Agro “la mayoría va como grano seco”, para lo cual la cosecha comenzará en marzo dependiendo de cómo se comporte el clima que juega mucho. Hay que tener presente que “cuando hay altas temperaturas y viento se seca muy rápido anticipando las chacras”.
Sobre el maíz de segunda dijo que se implantó un poco más tarde. El retraso de la cosecha de los cultivos previos hizo que la siembra fuera tardía, desde el 25 de diciembre al 5 de enero. “Esa no es una fecha mala para el sur ni significa que vaya a haber pérdida de rendimiento”. Las plantas “se implantaron bien y ahora estamos en el control de malezas y refertilizaciones”.
Un punto clave es “ver si se cumple con los pronósticos de lluvias de esta semana para hacer las refertilizaciones con nitrógeno, pero los cultivos están instalados. Tiene que llover para que sigan en buen camino”, insistió.
Soja de primera y de segunda
Sobre la soja de primera, el ingeniero González comentó que fue sembrada a partir de fines de octubre y los primeros días de noviembre. “En algunos lugares puntuales tuvimos algún problema con este cultivo por exceso hídrico, pero se implantaron bien. Hoy están entrando en floración”, lo que significa que “están ingresando en etapas críticas de fijación de rendimientos”.
Sanitariamente “están bien, no se han planteado enfermedades, hay sí algo de trips y arañuela” favorecidos por los días de calor, pero “volvemos a lo mismo, lo que necesitamos es que llueva”.
El inicio de la cosecha de este cultivo “dependerá del clima, pero en el sur comenzaría entre el 10 y 15 de abril”, evaluó. Respecto a los rendimientos esperados dijo que “a esta altura del cultivo es muy difícil, porque una lluvia puede cambiar el potencial”, de la misma forma que “es malo que continúen estos días de calor con lluvias escasas”.
En cuanto a la soja de segunda, “en el sur la siembra tuvo un atraso de unos quince días con respecto a años anteriores por las lluvias que se dieron en ese momento, pero logramos cultivos razonablemente bien para lo complicado que estuvo”, salvo “algún campo en particular”.
“La resiembra fue del nueve por ciento. En un momento pensamos que iba a ser mayor, lo que nos preocupó porque la disponibilidad de semillas no fue alta, pero logramos hacerlo y hoy estamos conformes con el cultivo que se está manteniendo bien, pero dependiendo de las lluvias de esta semana. Si no llueve el panorama puede ser muy feo”, advirtió.
Capacidad de resistencia de las plantas
La capacidad de resistencia de las plantas a la falta de agua o su margen de tolerancia “es muy variable y depende de muchas cosas, por ejemplo, el estado o tipo de campo en que se siembra, de la acumulación de agua que tenga, del estado fisiológico de la planta”, porque no es lo mismo si está en la etapa vegetativa o de floración ya que “los requerimientos de agua son distintos”.
“La temperatura ambiente” es otro factor que “en estos días es alta para todos los cultivos y ya se ven zonas de campo inferior, o sea que la roca está muy cerca, que los cultivos están sufriendo, aunque todavía no es algo grave”. De todas formas, “esta semana es clave y se va a notar día a día cómo los cultivos se ponen cada vez más feos, sintiendo el estrés hídrico”. Lo bueno es que “esta semana se aguantará la falta de lluvias sin tener grandes pérdidas de rendimientos por eso”.
Cultivos de invierno
González también se refirió a los cultivos de invierno que ya fueron cosechados en su totalidad, en algunos casos con algún retraso por las lluvias registradas al momento de la recolección, pero sin problemas mayores.
El trigo cerró así “un muy buen año con un rendimiento récord” en las chacras de la zona sur en las que González opera, con casi 6.400 kilos por hectárea: “Nunca habíamos llegado y nunca habíamos esperado sacar tanto trigo, por lo que es un número que sorprendió”.
En cebada y canola “tuvimos un año más normal, con rendimientos de 4.600 kilos de cebada y 2.000 en colza”.
Desde el punto de vista económico, la zafra puede definirse en “un empate técnico”, porque “si bien el trigo anduvo muy bien, la cebada y sobre todo la colza tiraron para atrás porque el precio bajó mucho y los costos estaban altos”.
El éxito del trigo se debió a varios factores, “algunos de ellos no los controlamos” como “el clima”. Pero hubo otros, por ejemplo, que “comenzamos con mucho nitrógeno en el suelo por la seca del año anterior; además las variedades que estamos sembrando se comportan muy bien y van aumentando su potencial, a eso se agrega una mejor sanidad”.
En el caso concreto de la colza, “dos mil kilos no es un mal rendimiento, pero no cubre los costos”, además hubo “mucha complicación con la implantación del cultivo, con mucho bicho bolita, mucha hormiga y heladas”, lo que causó que se perdieran varias hectáreas. Además, tuvimos que resembrar, “algunas zonas hasta tres veces” por el daño causado por insectos, y por más que se hiciera el tratamiento “había tanta población de bicho bolita y hormigas que se hizo difícil combatirlo”.
Agregó que “las colzas invernales rinden más que las primaverales” y en la zafra pasada que hubo “un rendimiento más bajo que lo esperado las invernales le sacaron por lo menos quinientos kilos a las primaverales”.
Consultado sobre qué va a pasar la próxima zafra de colza, González dijo que ya se están haciendo las estimaciones de las inversiones de los cultivos de invierno y en el caso concreto de la colza “el rendimiento equilibrio sería de 2.500 kilos, un número que no gusta mucho”. Así y todo “es posible que el área se mantenga” en los mismos guarismos de la zafra anterior porque es un cultivo que forma parte de la rotación.
En cuanto a la cebada, “este invierno en el sur hubo mucho daño de heladas, durante el llenado de granos tuvimos más del 33 por ciento del área afectada por esa razón”. Ese daño fue “cubierto por el seguro, pero tiró los rendimientos hacia abajo”.
Es clave que llueva
“Para la agricultura es clave que se cumplan los anuncios de lluvia para esta semana. La gente que es ajena a la producción no se imagina cuánto nos jugamos”, dijo el ingeniero agrónomo Alexis González a La Mañana.
“Para la soja el momento oportuno para recibir agua es ya, también para el maíz de segunda que aún no ha florecido”, en cabio al maíz de primera sembrado en setiembre no le va a impactar.
“Las lluvias son claves”, reiteró, “porque a pesar de todo el esfuerzo y buen manejo que haga el productor, su resultado va a depender de las lluvias”.
“Recordemos que la zafra pasada (2022-2023) se murieron chacras enteras y estuvimos con muy pocos kilos de rendimiento, pero la anterior (2021-2022) hubo una lluvia oportuna en febrero que generó rendimientos por encima de los 3.200 kilos en la soja de primera y de segunda, y de 7.200 de maíz de segunda”.
Ese año (2021-2022) “fue malo para el maíz de primera” con rendimientos de 4.400 kilos. El problema estuvo en que “las lluvias comenzaron el febrero, con un diciembre y enero fueron muy secos”.
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