Los productores no se olvidan del daño causado por la chicharrita en el maíz. La soja sigue siendo el principal cultivo a pesar de que los precios no son buenos.
El Ing. Agr. Juan Diego Cano, técnico de Rutilan –representante de Corteva en Río Negro, Paysandú, Salto y Artigas–, comentó a La Mañana cómo se están comportando los cultivos de invierno y los de verano, los primeros en tiempo de cosecha y los segundos de siembra.
“En la zona litoral norte estamos en cosecha de los cultivos de invierno, con mayor avance en colza, cuya área tuvo un descenso, pero los rendimientos han sido aceptables, en el entorno de los 2500 kilos por hectárea”, expresó.
La cebada está para cosechar, pero “es demasiado pronto pare decir cómo serán los rendimientos”, de todas formas Cano estimó que “quizá sea algo por debajo de los últimos dos años, que habían sido excelentes”, por tanto ese año se pueden esperar “rendimiento buenos, no excelentes”. Advirtió que hay “preocupación por algunos temas de calidad por cómo se ha ido dando la primavera de forma lluviosa, sobre todo en el norte”.
En trigo, al igual que la cebada, “prácticamente no se ha cosechado nada”, estando a la espera de cómo resulta la calidad”, con observación sobre “el fusarium y otros parámetros”. En cuanto a las áreas, “la del trigo se sostuvo, igual que la cebada, solo bajó un poco la de colza”, y esa caída es debido a “las perspectivas de precios y de negocios al momento de la siembra”.
Cano insistió en que “las principales preocupaciones en este momento del año son las vinculadas a la calidad en trigo y cebada, porque si hay problemas en ese sentido se generan rechazos y dificultad en la colocación”.
En el norte llovió más que en el sur, eso hace pensar que “en el sur pueda haber problemas diferentes, como los calibres de la ceba”, que es una de las consecuencias de la falta de agua en la primavera, comentó.
Cultivos de verano
Respecto a los cultivos de verano, Cano dijo que el área de maíz de primera “es un poco superior a lo que se avizoraba al principio”, con “muy buen estado de los cultivos, con lluvias periódicas que están acompañando al igual que el clima, por lo que se ven cultivos muy buenos”.
“A su vez se ha realizado mucho monitoreo de la chicharrita” y el resultado es positivo porque “no se ha detectado, lo que da seguridad al área sembrada con maíz de primera y abre una oportunidad mayor al área de maíz de segunda, en un contexto regional con menos maíz y una perspectiva de mayor consumo por el sector ganadero y lechero”.
Sin embargo, Cano indicó que el mayor riesgo y daño por chicharrita está en el maíz de segunda. Por otro lado aseguró que “hoy estamos mucho más preparados que el año pasado, que nos tomó por sorpresa, y ese factor de ‘fenómeno inesperado’ hoy no se da porque hay muchos monitoreos en la región y de países vecinos”.
“El año pasado la población de chicharrita estaba descontrolada en toda la región, y ese no es el caso de este año. Los productores tomaron medidas en tiempo y forma, eligieron qué híbridos utilizar, observan y se actúan en caso de tener que hacerlo. Todas esas cosas que estamos haciendo ahora no se hicieron el año pasado, por tanto estamos mejor preparados”.
En la soja “vemos que hay un área sostenida” y la preocupación pasa por el tema de los precios. “El productor está sembrando con las perspectivas de que en algún momento pase algo en el mercado internacional y mejoren los valores actuales”, señaló.
La soja de primera ya deja ver “un avance importante de siembra, con lluvias que permitieron avanzar; hay chacras que ya terminaron la siembra y otras que están en proceso. El avance es bueno y queda por delante toda el área de la soja de segunda, que es muy importante”.
Sobre el sorgo dijo que “este año vemos un repunte moderado del área, en algunos casos influenciado por la búsqueda de alternativas de negocios, y en otros por temor a la chicharrita en el maíz, lo que hizo que hubiera un movimiento hacia el sorgo, pero fue muy medido y es lo que explica la mayor siembra de sorgo”.
Cano recordó la presencia del pulgón en el sorgo, que al igual que la chicharrita fue “sorpresivo en el primer año”, pero para las zafras siguientes el productor pudo tomar precauciones “y hoy no es un tema que influya en la decisión al momento de sembrar ni en el área total” dedicada a ese cultivo.
“Se seleccionaron los híbridos que se comportan mejor, se hacen las aplicaciones adecuadas. La conclusión es que la problemática del pulgón en el sorgo se maneja”.
Sobre el área de girasol, manifestó que la principal zona se concentra en el departamento de Río Negro, sobre todo en el área de influencia de Young aunque también se lo puede ver en otras zonas del país pero en menor volumen.
El girasol “sigue teniendo desafíos para lograr dar el salto que le permita mejores resultados. En los últimos tres o cuatro años el área se mantiene relativamente pequeña”, así y todo “es un cultivo interesante que ha logrado resultados positivos”.
Los pájaros son una de las amenazas que se debe enfrentar, lo que hace que se mantenga en un área reducida y sin expansión.
El uso “principal del girasol es el aceite y casi todo lo compra Cousa para procesarlo con ese destino”. Otro uso que se le puede dar, pero como “subproducto”, es el alimento animal.
¿Estamos preparados para las plagas inesperadas?
La chicharrita, el pulgón y algún caso de langosta llegaron a Uruguay de forma inesperada, causando daños por la falta de prevención. Consultado Cano si a Uruguay le falta desarrollar políticas de prevención para evitar sorpresas que causan grandes perjuicios productivos y económicos, dijo que “no es un problema de Uruguay, sino que la situación es más compleja”.
“De haber sido un caso de falta de prevención nuestra, esas plagas nos habrían agarrado desprevenidos solo a nosotros y eso no pasó, otros países de la región también las sufrieron. La chicharrita y el pulgón son plagas muy distintas, pero tienen en común que son de origen tropical y normalmente no sobreviven en nuestro invierno, pero llegaron como migrantes y eso también le pasó a Argentina”, sostuvo.
Ahora y por la experiencia de la zafra pasada “las tenemos en el radar”, pero mientras no aparecieron por acá no se las consideró. “Si la pregunta es cuál de las plagas tropicales va a llegar a Uruguay, eso no lo sé y no podemos estar monitoreando permanentemente plagas tropicales que hoy no existen por la eventualidad de que ingresen a nuestro país”.
Lo que sí es real es que el norte sufre más esas plagas que en el sur, porque es de donde vienen. Son fenómenos que se dan “por el aumento de la temperatura”, que “influye en el comportamiento de muchos insectos”; también hay “desequilibrios ecológicos que llevan a que alguna plaga aumente” en población, “migre y cause una situación inesperada en alguna otra parte”.
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