Hay buen nivel de humedad a nivel del suelo lo que augura la mejor producción de mieles de los últimos años en el litoral norte del país. De todos modos, las bajas temperaturas por la noche no han permitido desarrollar las colmenas como se esperaba. Los bajos precios son el mayor desencadenante de la caída de productores pequeños. También en la apicultura se avizora una mayor concentración en pocos grandes productores.
Con mayor optimismo desde el punto de vista productivo el apicultor Santiago Schneider espera una zafra contundentemente mejor que la del año pasado donde con un contexto de sequía “la producción fracasó muchísimo” en el litoral norte del país. Lo que más preocupa al sector de cara a este período es la escalada de frentes fríos que se extienden durante la noche y que provocan que “las colmenas no terminen de desarrollarse” sostuvo el productor que atiende a más de 1100 colmenas en una extensión que va desde la Meseta de Artigas hasta parte del Río Negro cerca de San Javier en el departamento de Río Negro. En toda esa extensión produce mieles con floraciones de montes nativos, praderas, distintos tipos de malezas y desde el 20 de febrero con eucaliptus en la zona de Piedras Coloradas en Paysandú donde vive. Una de las mieles que produce pertenece a la floración de colza. Este tipo de praderas es bastante reciente en el país. Por sus características sus mieles son de las más tempranas del año y sirven para desarrollar las colmenas. Pero también son de fácil cristalización por lo que obliga a los productores a desarrollar un tipo de maniobra especial que implica un mayor trabajo.
Precios deprimidos
El precio que reciben los productores por las mieles sigue siendo una de las mayores preocupaciones si se tiene en cuenta que en los últimos años los costos siguen estando bastante por encima de los US$ 1,40 o US$ 1,45 que actualmente reciben por su producto. El empresario agropecuario señaló que con estos valores no son rentables para la actividad y ha sido una de las causas para que muchos pequeños apicultores abandonen el negocio. “Si no tenés cierta escala es muy difícil” sostenerte porque con este escenario de precios “necesitamos sacar volumen” subrayó. Las últimas tres zafras fueron bastante malas y provocó “desanimo, se empieza a descuidar un poco las unidades productivas” graficó Schneider. Si los precios permanecen en estos guarimos “yo creo que vamos hacia una concentración en menos productores”.
Apuntó que para sostenerse en este contexto es necesario una buena escala que debe superar las mil colmenas. Hace algunos años con 500 colmenas bien atendidas los productores se podían sostener fácilmente. Pero tener un mayor número de unidades productivas también implica un mayor nivel de actividad que incrementa los costos de producción. De lo contrario podés tener dos mil colmenas “pero si no las trabajas vas a producir como 500 buenas”.
El principal mercado para las mieles uruguayas es Estados Unidos. Las trazas de glifosato siguen siendo el principal impedimento para la producción local ingrese en Europa. Schneider se quejó que “te ponen en un nivel competitivo con países que tienen mieles de menor calidad”. Agregó que “lamentablemente Uruguay se ha devaluado en su nivel porque supuestamente tiene glifosato, aunque una gran parte no lo tenga, es una propaganda en contra”. Sostuvo que hay una corriente orgánica que podría pagar mejor, pero se han trasformado en “buenas promesas que no han tenido los precios que se manejaban”.
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