El sábado 4 de julio se celebró el Día Internacional de las Cooperativas, el presidente de las Cooperativas Agrarias Federadas (CAF) Pablo Perdomo en dialogo con La Mañana, destacó el papel clave de las cooperativas en el país basadas en principios como la solidaridad y la ayuda mutua, tan vigentes de forma permanente, pero particularmente en circunstancias tan especiales como las que atraviesa el mundo debido a la pandemia por COVID-19.
“CAF se fundó el 9 de abril de 1984”, tratándose “de una de las instituciones rurales más jóvenes” que tiene el país, “pero somos diferentes porque nucleamos cooperativas e indirectamente representamos también a sus productores”, comentó.
“Las cooperativas agrarias tienen en su historia más de 60 años, algunas tienen más, pero básicamente en los años 1955 o 1960 se formaron varias de nuestras socias”, aunque hay “sociedades fomento rural que tienen más de 100 años”, destacó Perdomo.
El peso económico de CAF es de casi 2,5 % del PBI, incluyendo cooperativas pequeñas hasta “la principal empresa del país, Conaprole, que también es una cooperativa”.
“El cooperativismo incide en la parte económica” pero también tienen un peso fuerte “en lo social” porque una de las características es que “siempre estamos en el territorio, somos desarrollo territorial a pleno, somos una usina para el desarrollo de los productores y de sus familias, en todo el país”.
Geográficamente las socias de CAF “están en el litoral y en el centro y sur del país” con una “gran presencia agrícola, fuerte presencia lanera a través de la Central Lanera Uruguaya que es una cooperativa de segundo grado que nuclea a otras cooperativas de base. En la fruticultura tenemos a Jumecal y a Cava, dos cooperativas cercanas a Montevideo. También estamos en la cadena ganadera abarcando todo el país con fuerte presencia en el territorio”, dijo.
Destacó que “a pesar de las crisis las cooperativas no se retiramos, estamos metidos en el territorio, en el interior rural y pese a los avatares de las economías y de las crisis, somos capital genuinos”, valoró. “Para nuestras familias el cooperativismo es una forma de ver las cosas de manera diferente”, apuntó, y en esa diferencia también está la valoración de “un medio ambiente cada vez más atacado. Los cooperativistas convivimos y tratamos de mantener nuestra forma de vida respetando la naturaleza y nuestra fuente de producción de insumos que es la tierra y en ese camino estamos establecidos”, subrayó.
De las dificultades “salimos produciendo”
Consultado sobre los problemas que tiene el cooperativismo productivo dijo que las dificultades a la que se enfrenta ese sector “son los viejos, conocidos y trillados problemas que tiene toda la producción: el costo país, de competitividad, hasta hace un tiempo del tipo de cambio real pero ahora hace un tiempo ha mejorado en parte, vivimos en un país caro donde nuestra producción tiene problemas de competitividad con los vecinos sobre todo por la devaluación que han tenido, somos caros para vivir, y l costo del Estado es muy pesado y fuerte”, expresó. Ese es el “largo diagnóstico hecho por técnicos, por la academia, por directivos de cooperativas, la gerencia que cada 5 años aporta su visión”.
Son dificultades serias de las que “sabemos que salimos produciendo, porque las crisis son oportunidades”.
A esas dificultades se suma “la pandemia en la cual entendemos que la herramienta cooperativa se va a ver mejorada porque necesitamos innovar, necesitamos seguir produciendo”, reflexionó. “El sector productivo es uno de los motores de la economía que no se paró, y rápidamente debimos aggiornarnos a la nueva normalidad y ahí estamos trabajando”.
Consultado sobre el tamaño de los productores que integran las diferentes cooperativas del país, Perdomo dijo que “el 80 % son productores rurales medianos y chicos, familiares, por lo cual todo esto incide de forma muy fuerte”.
Pero CAF también cuenta con productores grandes “que nos vienen muy bien por un tema de escala, porque a su vez la producción cooperativa se siente respaldada en los servicios que brinda. No hay que olvidarse que las cooperativas tienen fuentes de financiamiento, fondos que provienen de Inacoop (Instituto Nacional del Cooperativismo) que son un fortalecimiento y a su vez brindan formación y capacitación para los directivos, para los empleados de las cooperativas, entonces es un ida y vuelta que a veces nos da un plus”.
Asimismo destacó el vínculo de las cooperativas con la producción familiar. Un ejemplo claro es Conaprole, que “es la empresa más grande del país y que recibe el premio del Banco República por ser la principal exportadora”, sin embargo “debemos decir con orgullo que el 80 % de sus productores son familiares, pequeños y medianos, y de no existir la herramienta cooperativa, probablemente esos productores, muchos más aún de los que han desaparecidos ya no estarían, pero están gracias a que existe Conaprole” que es “una cooperativa fuerte, líder en innovación, líder en transparencia para con los productores cuando se fija el precio”, porque “siempre en una cooperativa el productor va a recibir el precio justo para todas las partes, para que la cooperativa siga funcionando”.
“Pasa lo mismo en el resto: en las laneras, agrícolas, hortifrutícolas, en todas la cooperativas”, y eso es una característica del cooperativismo. Ahí “cada persona, cada socio, es un voto, no hacemos diferencias en cuanto a su capital sin que una de las fortalezas de las cooperativas es un socio un voto y de esa manera entendemos que socialmente somos una herramienta potente”, afirmó.
El futuro es de complejidad
El futuro y las perspectivas son “de complejidad”, pero “no solo para las cooperativas sino para todos porque esta pandemia nos va a enseñar a tratar de innovar, a encontrar las oportunidades, pero seguramente vamos a vernos económicamente afectados porque no sabemos cómo seguirá en el mundo el consumo de lo que nosotros exportamos, estoy hablando de tops de lana, de la carne, de los granos”.
Por el momento la afectación ha sido mínima en comparación con otros sectores como el turismo que ha debido parar por completo, pero eso “nos compromete”.
Destacó la actitud de “responsabilidad” de las cooperativas que “rápidamente” adaptaron los “protocolos y tratamos de salir adelante, por ejemplo los protocolos de cosecha, de transporte de granos, en los tambos donde la producción no para y hay que seguir ordeñando y por suerte pudimos seguir trabajando”.
Pero mirando al exterior vemos “un escenario complejo”, insistió. “Es lo que nos informan los directivos de nuestras cooperativas” y por eso “hay que ser cautos a la hora de ver la posibilidades de inversiones o innovaciones que se deban hacer y que no se comprometa la viabilidad de los negocios y se mantengan las fuentes laborales. Eso es primordial para el país”.
Solidaridad y la ayuda mutua
El presidente de CAF destacó la solidaridad de las cooperativas ante la pandemia. A modo de ejemplo recordó que Conaprole no daba abasto con la leche en polvo que donó o haciendo precios módicos a quienes querían comprarla para usar en comedores, un productor que Conaprole exporta.
Jumecal por su parte donó frutas y verduras varias veces para comedores; la cooperativa Cava de vinos hizo donaciones de uva a comedores escolares; Calsal donó mil kilos de arroz a los comedores del Sistema Nacional de Emergencia de Salto; otra donación importante fueron las 90 toneladas de trigo que contó con participación de molinos y distribuidores que hacían el traslado en camiones. También hubo acuerdos con cooperativas como Fucerep o Fucac.
“En las cooperativas la solidaridad está todo el año y en toda circunstancias, uno de nuestros principios es la solidaridad además de los valores como la ayuda mutua”, concluyó.
El 12 % de la población mundial es parte de alguna cooperativa
El cooperativismo moderno nació en Inglaterra en 1844 aunque hay registros de iniciativas previas. En Uruguay la primera cooperativa se remonta a 1870 a impulso de los inmigrantes europeos que trajeron la idea desde el viejo continente.
El éxito de las cooperativas se sustenta en que adopta la solidaridad como principio fundamental, la igualdad de las partes participantes y que los miembros comparten beneficios en tanto minimizan las dificultades.
Mundialmente se han comprobado y no hay dudas sobre los beneficios de las instituciones cooperativas.
En el mundo hay más de 3 millones de cooperativas, más del 12 % de la población mundial es parte de alguna de ellas y emplean a 280 millones de personas (10 % de la población activa mundial). Las 300 cooperativas y mutuales más grandes generan un volumen de negocio de casi 2.035 billones de dólares.
Desde 1923 se celebra, cada primer sábado de julio, el Día Internacional de las Cooperativas con el objetivo de generar y aumentar la conciencia social sobre esa forma de asociación capaz de resolver los problemas de sus integrantes.
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