Desde sus pequeñas localidades o en el propio medio rural desarrollan su actividad que pueden comercializar en todo el país gracias al avance de las nuevas tecnologías. De esta manera lograron sortear el obstáculo de las distancias y aseguran que sin estas nuevas herramientas sería muy difícil dar a conocer sus emprendimientos. La Mañana dialogó con tres emprendedoras que luchan para abrirse camino desde el interior del país.
Las historias de Romina, María y Rosa nos acercan la realidad de emprendedoras que llevan adelante pequeñas empresas ubicadas en el interior del país y el desafío que supone comenzar con un negocio, la comercialización, inversión y subsistencia en cada uno de sus rubros.
Romina Rodríguez: “Me la jugué”
Romina Rodríguez vive en la pequeña localidad de Pintado o Pueblo Parceló de 400 habitante en el departamento de Florida. Hace seis años decidió darle un giro a su vida y dejó su trabajo en el medio rural para dedicarse a su propio emprendimiento. Con los recursos de su liquidación compró los primeros insumos para su propia papelería, un rubro con buena demanda en la zona a la cual posteriormente le agregó sublimaciones e impresiones de vinilo. “Me la jugué” le dijo a La Mañana en momento en que lo que abundaba era la incertidumbre si le iría bien.
Hasta el momento no reniega de la decisión que tomó, aunque a veces hay momentos como el actual donde el negocio no tiene mucho movimiento. Lejos de las grandes urbes recurre a las redes sociales para asegurarse una clientela que es cada vez mayor. Dijo que las redes sociales han sido determinantes para captar nuevos clientes y los pagos también se desarrollan en forma digital. Para eso tiene el servicio de POS, link de pagos y trasferencias. Aunque no desestima el “boca a boca” que desde el inicio ha sido fundamental para continuar con la actividad.
Los días especiales y temporadas de fin de año es cuando más desarrolla los trabajos de sublimación y vinilo. Con la ayuda de la Agencia de Desarrollo de Florida (ADEF) adquirió una impresora nueva a través de un préstamo de bajo interés. Pero también apuesta a su propia alcancía para incorporar nuevos materiales apartando algunos pesitos de sus ganancias. Para asegurarse una agenda de contactos y adquirir nuevos conocimientos en el área empresarial dijo que participa activamente en todas las charlas que puede. Desde que comenzó con el emprendimiento se ha vinculado con ADEF, el programa Sembrando y el Centro Comercial de Florida. Aunque los ingresos aún no son suficientes para cubrir las necesidades de su familia, Romina dijo que seguirá adelante en un rubro con el cual se siente muy satisfecha.
María Hernández: “Soy una mujer que vive en campaña”
Desde hace dieciséis años María Hernández se dedica a la marroquinería, un rubro que ha sido un complemento en los ingresos familiares. Mujer rural, aunque no se define como tal porque siempre se ha dedicado a las tareas del hogar y algunos quehaceres del medio, descubrió su pasión por los artículos en cuero cuando trabajaba de niñera en Sarandí del Yí en el departamento de Durazno. “No tenía más que la imaginación y la creación” dijo y desde entonces empezó a probar con distintos artículos.
“Soy una mujer que vive en campaña” y los ingresos que iban surgiendo de sus trabajos fueron importantes para cubrir algunas necesidades familiares y personales. Por tratarse de productores rurales en un pequeño predio de Colonización, remarcó que no tienen ingresos fijos y esta actividad les ha servido para mantener algunos gastos domésticos. Aunque reconoció que existe un pequeño segmento de la sociedad que prefiere los sintéticos, el cuero es un producto con muchos adeptos.
Para confeccionar los artículos, se abastece en una casa especializada y como sucede con los productos de Romina Rodríguez, las redes sociales son su principal aliado para llegar a lugares más alejados. En su página de Facebook “Artesanías María. Cuero 100%” no solo la pueden contactar sino también apreciar sus trabajos y ver los lugares donde dicta talleres. Le fascina compartir los saberes de la marroquinería. Sus primeras ventas fueron a conocidos y amigos. Le siguieron clientes de Durazno, Florida, San Ramón en Canelones donde viajaba una vez al mes. Desde esos inicios muchas otras puertas se le han abierto. Dijo a La Mañana que nunca ha recibido ayuda del Estado ni ha participado en grupos de emprendedores.
Actualmente se encuentra al frente de un proyecto que involucra escuelas rurales de todo el país. “A ellos les encanta” señaló haciendo referencia a los niños que aprenden a fabricar sus portalápices y marcadores. Su última actividad fue hace unos días en la Escuela Rural de Cerro Pelado en Rivera donde se atiende a 35 niños. Dijo que es la forma de devolverle algo de lo que el medio rural le ha dado donde vivió toda la vida y construyó su familia.
Rosa Lamadrid: “Tomar un crédito es difícil cuando las ventas no son tan buenas”
Tejiendo Sueños, así se llama el emprendimiento de Rosa Lamadrid que desde Cerro Chato ciudad limítrofe entre Treinta y Tres, Durazno y Florida llega con sus prendas de lana a todo el país e inclusive fuera de fronteras. Le dedica tiempo full time y se resumió sumamente detallista para que le llegue al cliente un articulo de excelente calidad. Si bien el invierno es de temporada alta para sus prendas de lana cruda, Rosa aseguró que tiene trabajo todo el año y que muchas de ellas son encargues para regalos especiales de Navidad u otras fechas claves.
La mayoría de sus prendas comienzan desde el propio vellón de la oveja que esquila en su propia casa. Continua con la clasificación de los vellones, el hilado y el resto del proceso de esa lana cruda que recibe los colores con vegetales que se pueden obtener en la zona. Yerba, carqueja, marcela o eucaliptus blanco son algunos de los utilizados que por no agredir al medio ambiente son muy buscados entre sus clientes.
Ser muy detallista es otro plus que sirve como diferencial. “Nunca he tenido un problema con el cliente” dijo a La Mañana y aseguró que sus devoluciones “no tienen precio” porque son el reflejo del trabajo y el cariño con que elabora cada una de las prendas. Su principal cliente son las damas, pero también confecciona para niños y hombres. Cubre pies, mantas, ponchos, ruanas son algunos de los artículos que produce para clientes de todo el país. A veces realiza algunos trabajos para determinadas empresas como las tres alfombras de lana cruda adquiridas por clientes de Inglaterra y Estados Unidos. Sus principales canales de comercialización son el contacto directo o a través de Facebook e Instagram y se la puede encontrar a través de Tejiendo Sueños o Rosa Lamadrid.
Rosa también expresó que lograr un precio adecuado “no es tarea fácil, sobre todo cuando vive en una zona de baja oferta laboral”. Para tener su material de trabajo y las materias primas, utiliza parte de sus ganancias porque aseguró que “meterse en un crédito” puede tornarse un tanto incomodo sobre todo cuando las ventas no son tan buenas.
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