El pasado 27 de junio se reunió en el local de INIA Treinta y Tres la Asamblea Anual Extraordinaria de la Asociación Cultivadores de Arroz. Con una nutrida concurrencia (más de 100 productores) a las 10:30 se abrió la asamblea y se mantuvo en sesión hasta las 5 de la tarde sin parar.
Los rostros adustos y contraídos de los participantes delataban la preocupación y la gravedad de la situación que está viviendo aquel otrora dinámico y respetado sector productivo.
Siempre escuchado y aún elogiado por muchos dirigentes políticos -ya estuvieran en el gobierno o desde la oposición – punto de referencia ineludible, como modelo de cadena productiva integrada…
Para cualquier observador externo desprevenido – que son la mayoría- se visualiza la situación como la consecuencia de la caída de los precios internacionales y se ubica el problema en el plano de las calamidades irremediables, donde cualquier atisbo de buscar alguna solución aparece como una actitud de estéril voluntarismo.
¿Qué hay de cierto en este enfoque?
¿Valdrá la pena buscar soluciones a este cultivo? O se trata de una realidad económica obsoleta como en una época sucedió con algunas industrias artificiales que sobrevivían a fuerza de los subsidios de cambios diferenciales? O de cultivos climáticamente inviables como la remolacha azucarera que lo mejor que se pude hacer es dejarla desaparecer sin pena ni gloria…?
Uruguay un país arrocero
En la década de los 90 –casi finalizando el siglo XX- la Asociación de Cultivadores de Arroz después de dejar claro que este noble cultivo era amigable con el medio ambiente, había lanzado un sticker que rezaba: “Uruguay País Arrocero”. Y esta pequeña afirmación logro un éxito formidable. La mayoría de los vehículos que la lucían en sus parabrisas o sus lunetas traseras no eran propiamente agricultores del sector, ni siquiera gente de campo. Pero se había difundido un genuino orgullo de cerrar el siglo con un producto nuestro, que competía en el mundo entre los mejores.
Y tenía fundamento lo del país arrocero? Sí que lo tiene. Como aseverar que la ganadería es una de nuestras riquezas genuinas y Uruguay es productor de las mejores carnes del Mundo. Con la diferencia que esta última se inicio hace 400 años con Hernandarias y el arroz se inicio en el siglo pasado y comenzó a constituirse en un rubro de tangible riqueza nacional a partir de los años 1930.
Dos empresas –llamadas a hacer historia- se instalaron en el departamento de Treinta y Tres, CIPA y ARROZAL 33, (se les llamó ingenios) e hicieron del arroz un producto agroindustrial de exportación, que lentamente se consolidando como gran generador de divisas. Se podía decir ufanamente en los 80, que el arroz en el 1% del territorio nacional generaba el 10% de los ingresos de las exportaciones…!
A partir de la zafra 1935/36 se siembran 4.735 Has con una producción de 14.965 toneladas, que abastecen el consumo interno y se comienzan a exportar 2.300 toneladas al mercado limítrofe. A partir de ahí hasta la década de los 70 no paró de crecer el área de cultivo y las toneladas. Y el saldo exportable hasta nos convirtió en el séptimo exportador del mundo (algunas veces el sexto u octavo) .
Y esta área arrocera no paró de crecer, consolidándose en una zona considerada no apta o poco apta para la agricultura. Que comenzaba en Rocha en la zona de Lazcano y Cebollatí, se deslizaba por Treinta y Tres, Cerro Largo y llegaba hasta Rivera, lo que califico como la Región de la Cuenca de la Laguna Merin. Configurando una media luna simétrica, a la otra zona la del litoral del Río Uruguay ,la tradicionalmente agrícola, que iba desde Rio Negro a San Jose…
Un sistema integrado
Y así como se alimentaba la autoestima de los agricultores del arroz — muchos de ellos era verdaderos pioneros, que construían carreteras, hacían puentes, sostenían escuelas– eran presentados como integrantes de un sector generador de riqueza genuina para todo el país. Además mirados de afuera se los mostraba como paradigma de una autentica cadena agro-industrial. Un sector verticalmente integrado, se lo señalaba como modelo para ser aplicado a otros rubros de la producción.
Pero una cadena para que funcione se tiene que apoyar por igual en sus tres patas : los productores, los industriales y el Estado. Si alguna de estas tres patas flaquea se comienza a derrumbar el sistema. Y este el drama que esta viviendo este sector.
Hace 5 años que los agricultores con buenas cosechas tienen números rojos. No nos olvidemos que estamos obteniendo los mejores rendimientos del mundo y que el 95 % de lo que se produce de un arroz de alta calidad en el Uruguay tiene como destino la exportación, que esta diversificada en mas de 50 mercados. Para poder medir la magnitud del desastre financiero que esto significa, piénsese que si no se obtiene lo indispensable para cubrir los costos del cultivo en cada zafra, como se hace entonces para hacer frente a los compromisos de renovación del parque de maquinaria, de reparación del sistema de riego y bombeo, etc. Solo un dato a tener en cuenta hasta el 2002 el costo de producir una hectárea de arroz era menor a U$S 1.000 por Ha, y a partir del 2010 supera los U$S 1.800 por Ha. Pensar que en el 2002 el valor pormedio de la tn. apenas superaba los USD 200 y en la última campaña al 28 de febrero de 2019 el promedio fué USD 491.
Y otro punto a tener en cuenta en un producto que en su mayoría se entrega a las industrias para que lo procesen y lo exporten, el costo industrial en el 2008 era de U$S 60 por tonelada exportada y hoy las mismas industrias alegan que tienen un costo de U$S 147 por tonelada. Por ahí esta en crisis una de las patas, con respecto a la otra , la del Estado, nos remitimos a las palabras del Presidente de la Asociacion Cultivadores de Arroz Alfredo Lago con motivo de la inauguración de la Cosecha 2019 en el campo experimental de INIA Treinta y Tres:
“Falta la acción del Estado, urge una mirada desde el hacer de las políticas macroeconómicas que nos permita continuar la actividad, equilibrar costos de la cadena arrocera a la realidad de nuestro negocio y a la de nuestros competidores, hoy vemos como otros países de la región nos están desplazando de mercados, aun con menor eficiencia productiva, pero lo hacen gracias a su mejor competitividad, sin esto no hay posibilidad de negocio y por lo tanto de producir… Es imperioso tomar medidas, varias, que generen un shock de competitividad…”
El tema da para mucho mas. Lo continuaremos…