Las lluvias cambiaron el paisaje del país y ahora los productores juegan en primera intentando capitalizar los pastos que se vienen.
Las lluvias marcaron un escenario ganadero auspicioso traccionando sobre el ánimo de los productores y provocando un quiebre en la oferta forrajera para las haciendas. Esto se tradujo en mayor interés en la demanda de ganados de reposición para atender las pasturas que aparecerán tras las lluvias. En la otra punta del negocio quienes disponen de ganados ya no están presionados por la falta de pastos y esperan expectantes que sucederá con este mercado. Este escenario trajo consigo aumentos en todas las categorías de la reposición. El ternero cotizó a US$ 2,28, la ternera US$ 2,12 y la vaca de invernada US$ 1,75.
La industria continúa demandando ganados favorecidos por las posibilidades de colocación en el mercado exterior. Pero el cambio de escenario provocado por las lluvias ya no obliga a los productores a deshacerse de sus haciendas para alivianar los campos. Es más, muchos de los productores están decididos a capitalizar el pasto que se viene tras las lluvias y ganarle más kilos a esos ganados que la semana pasada tenían destino de industria. El novillo cotizó a US$ 4,40, la vaca US$ 4,10 y la vaquillona US$ 4,19.
Cómo sucede en esta época del año con los ovinos, la industria se muestra más selectiva en la elección de las categorías que busca pero con negocios muy ágiles. Esta semana se faenaron 47.536 animales, cifra menor que la semana pasada. En contrapartida la industria faenó 24.707 ovinos cuando la semana pasada pasaron por la industria 17.643.
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