De consolidarse este escenario de buenas precipitaciones, la producción agrícola transitará una segunda zafra con buenos rendimientos, aunque hasta el momento los precios de los granos no acompañan este nuevo escenario. Muy lentamente los productores van saliendo de los números en rojo que dejó el verano 2022-2023.
Contrario a lo que sucedía hace exactamente un año atrás, cuando el fenómeno de La Niña dejaba tras de sí un panorama desolador sobre la zafra agrícola de verano, este año los cultivos están con todo su esplendor, aunque para ganar el partido aún falta un medio tiempo. El maíz de primera presenta un muy buen potencial, mientras que el de segunda se encuentra con un excelente desarrollo. Por el mismo camino transita la soja de primera, con algunos sectores iniciando la floración, sobre todo aquellas que se implantaron detrás de la cosecha de colza y la cebada, mientras que la de segunda presenta un escenario más disperso, desde plantas más enlentecidas a aquellas con un mejor desarrollo. Con menor área, pero con buen desarrollo de calidad, aparecen las producciones de sorgo y girasol, que también atraviesan un escenario muy auspicioso. En una zafra prometedora, los anuncios de lluvias para esta semana mantienen esperanzados a los productores que necesitan de buenos rendimientos para salir del complejo escenario económico de los últimos años. Los episodios de lluvias mas importantes para la soja deberían aparecer en los meses de febrero y marzo, cuando se juega el segundo tiempo de la oleaginosa y se desarrolla la concreción definitiva de rendimientos.
Sin embargo, el auspicioso desarrollo de los cultivos no está siendo acompañados por los precios, dejando a su paso “un manto de duda”, dijo a La Mañana Juan Manuel García presidente de la Cooperativa Agraria Nacional (Copagran). De confirmarse los buenos rendimientos que se proyectan y “si los precios no se desploman aún más”, no habría mayores problemas, aseguró el ejecutivo. Algunas de las empresas ya están pagando cuatrocientos dólares por tonelada. En la visión de García, el precio del maíz, que incrementó su área con niveles de producción interesantes, dependerá de la demanda interna y cuánto produzca Argentina, uno de los principales jugadores del mundo. El escenario para el sorgo tiene en el mercado de China una nueva vía de escape tras el reciente ingreso de este producto al gigante asiático. Con este nuevo mercado se produjo un giro interesante para este cultivo, que había quedado relegado por los bajos precios y retrasos en su desarrollo genético y utilización de tecnologías. Contrario fue lo que sucedió con el maíz, que traccionado por los altos precios y altas cargas genéticas y tecnológicas se lograron cultivos menos riesgosos, pisos de rendimientos más altos e implantados en suelos marginales, donde antes se suponía muy difícil desarrollar la oleaginosa. García adelantó que el escenario del girasol presenta una colocación total en el mercado interno.
Una buena zafra de invierno
La zafra de invierno se cerró con excelentes rendimientos, costos relativamente bajos y una menor utilización de los insumos. Si algo dejó de bueno la sequía fueron los altos niveles de nutrientes en el suelo. En términos numéricos, el entrevistado consideró una caída del cincuenta por ciento en la utilización de fertilizantes, sobre todo nitrógeno, permitiendo un abaratamiento de los cultivos. Salvo en el caso de la colza, que sufrió una caída de sus rendimientos y una baja en el precio final (hubo salgo negativo y en el mejor de los casos empate técnico), hubo márgenes positivos en todos los demás cultivos. Justamente esa zafra fue el punto de inflexión para comenzar a encaminarse a una lenta recuperación que, según el presidente de la cooperativa, llevará varias zafras. Los niveles de precipitaciones de los últimos meses con el avance del fenómeno del El Niño son la esperanza, porque “con esta zafra de invierno no se logra cubrir lo que se perdió en el verano pasado”.
Pasando raya, los rendimientos de los cultivos de invierno de Copagran muestran cinco mil kilos para el trigo, en cebada 4700 kilos por hectárea y 1700 para la colza. García dijo mantener alguna duda sobre los datos que anticipó la Oficina de Estadísticas Agropecuarias del Ministerio de Ganadería, según los cuales el promedio nacional superaba los cinco mil kilos para el trigo. De acuerdo con diferentes contactos en la órbita privada, tanto en área de producción como los rendimientos del cereal serían aún mayores. El 85 por ciento del trigo presentó buena calidad, mientras que el restante quince por ciento tendrá destino forrajero. Por su parte, las tres cuartas partes de la producción de cebada de la Copagran es para la industria, mientras que el restante veinticinco por ciento, sin la calidad maltera, o bien irá en su gran mayoría para exportación o bien quedará en el mercado local (apenas dos por ciento) por tener altas cargas de malezas cuarentenarias.
Retrasos en la siembra
Las precipitaciones provocaron retrasos antes y durante el periodo de siembra. Mientras que en el norte provocaron distorsiones en las fechas de implantación, en el sur los dos o tres episodios de diciembre retrasaron las siembras de soja y maíz de segunda. A pesar de estos contratiempos, los productores continuaron con la planificación y los cultivos gozan de buena salud. En la retina de los productores aún está presente el saldo negativo que dejó la zafra de verano pasada, dominada por una de las mayores sequías de la historia del país, con la peor zafra de que se tiene registro. A pesar de rendimientos cero, con muchas de las chacras sin poder cosechar, los ejercicios anteriores (zafra de invierno y verano) fueron récord y los productores tuvieron la espalda suficiente para afrontar ese desafío.
Previsiones regionales
En la región, las perspectivas de cosecha de soja y maíz son alentadoras, lo que deteriora el precio de estos cultivos. En Argentina las expectativas de cosecha de soja ascendieron a cincuenta millones de toneladas contra los veinticinco millones de la zafra anterior. Las perspectivas para el maíz son de 55 millones de toneladas, cuando en la última zafra se cosecharon 35 millones. De confirmarse las estimaciones argentinas y las lluvias en Brasil que comenzaron hace algunas semanas, la producción de soja en América del Sur podría crecer 35 millones de toneladas. En Brasil es alentador el escenario para el cultivo de maíz de primera y la safrinha, para la que los analistas advierten una cosecha de 118 millones de toneladas, lejos de los 137 millones del año pasado. La Compañía Nacional de Abastecimiento, dependiente del Ministerio de Desarrollo Agrario de Brasil, recortó de 160 millones de toneladas a 155 millones su previsión de cosecha de soja zafra 2023/2024 y provocó reacciones en la Bolsa de Chicago. Las pizarras mostraron ajustes en las posiciones de marzo-abril. Para el tercer mes del año se fijó un precio de 454,34 dólares por tonelada, mientras que abril fue de 458,38.
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