Con la disertación de la Ing. Agr. Alda Rodríguez de BIO Uruguay un buen número de productores participaron ayer martes de la actividad de capacitación en Aiguá, departamento de Lavalleja. Hongos patógenos extraídos de los propios predios donde se encuentra el parásito serán los encargados de eliminar la garrapata.
La batalla contra la garrapata en el rodeo vacuno del país sigue su curso y permanentemente se busca nuevas opciones para alcanzar mejores resultados. Este martes en la localidad de Aiguá en el departamento de Lavalleja se desarrolló una jornada de capacitación sobre la integración de bio garrapaticidas. Esta nueva herramienta que comenzó a pensarse en 2020, camina hacia una etapa práctica a través de acciones concretas en aquellos lugares donde la situación es más compleja.
La estrategia consiste en tomar muestras de garrapatas que estén infectando a los animales y la máxima cantidad y variedad de hongos que crecen en los predios contaminados. A través de la intervención del equipo técnico de Batoví Instituto Orgánico (BIO Uruguay), se podrán conocer a través de un testeo especifico cuáles de estos hongos eliminan las garrapatas para después establecer un sistema en el cual se lo pueda aplicar sobre el lomo de los animales y que a través de ellos se disperse donde pastan. Para ello se utilizaran drones de uno de los planes agrarios de UTU en la zona.
El trabajo comenzó con un intercambio con los productores donde el equipo técnico de BIO Uruguay encabezado por la Ing. Agr. Alda Rodríguez presenta los detalles del proyecto. Además se generan instancias de discusión en el cual los productores aportan datos sobre las herramientas que han utilizado hasta el momento para combatir el problema.
Cuidando el medio ambiente
Desde el arranque de esta administración se vio oportuno explorar otro tipo de herramientas no convencionales para enfrentar la situación. En ese sentido desde mediados de 2020 la Dirección de Desarrollo Rural del Ministerio de Ganadería encabezada por Carlos Rydström y BIO Uruguay han estrechado el relacionamiento buscando alternativas asociadas al cuidado del medio ambiente para eliminar la garrapata del rodeo vacuno. A partir de entonces comenzaron a explorar la posibilidad de utilizar los hongos que crecen en las praderas del país y que sean beneficiosos para la eliminación de los parásitos. La idea original era encontrar dentro de estos hongos aquellos patógenos de la garrapata.
Rydström subrayó el trabajo que se llevaron adelante en las administraciones anteriores y desde el inicio de su gestión puso foco en intentar avanzar hacia el área del trabajo más específicamente. Desde ese entonces la decisión fue sacar este producto innovador y protector del medio ambiente desde una lógica meramente de investigación al campo “para que tenga toda una impronta de extensión”. El jerarca enfatizó que se trata de que los productores tengan disponibles todas las herramientas posibles para ser más rentables y eficientes.
Se identificaron dos lugares específicos
La idea original fue trabajar el tema en aquellos lugares donde el problema fuera realmente crítico. Para eso utilizaron un mapa que además les permitió desarrollar actividades con un enfoque comunitario. El responsable de Desarrollo Rural del MGAP explicó que la instancia inicial era trabajar con un número reducido pero “que la semilla que estábamos sembrando llegue a más productores”. En esa primera instancia trabajaron con la Liga del Trabajo de Guichón y la Liga del Trabajo de Fraile Muerto. En ese trabajo abordado dentro del marco del Sistema Nacional de Innovación y Desarrollo Rural (SNIDER) se identificaron otros actores relevantes en el territorio que sirvieron como aliados para el desafío que estaba planteado. Rydström destacó la presencia de la División de Sanidad Animal del MGAP, las Escuelas Agrarias de UTU presentes en las zonas con estudiantes participando en el proyecto, el Instituto de Plan Agropecuario y las organizaciones de productores. El trabajo que comenzó en 2021 y cerró el año pasado derivó en acciones de las Mesas de Desarrollo Rural y otros mecanismos con productores donde se identificó toda la zona de influencia de Pan de Azúcar para llevar adelante los siguientes pasos del proyecto. Se identificó además la zona de Minas de Corrales en el departamento de Rivera.
Aunque el proyecto aún está lejos de finalizar los indicadores técnicos y sociológicos han demostrado resultados exitosos. Rydström está convencido que el país está encaminado a demostrarle al mundo que el cuidado del medio ambiente y la producción agropecuaria “no son antagónicos”. Sostuvo que “podemos ser más rentables, más competitivos y más verdes a la vez” y esta herramienta claramente se encuentra en esa línea.
Una herramienta complementaria
Esta nueva herramienta sostenible con el medio ambiente es un complemento al uso de productos químicos pero con un crecimiento paulatino de su aplicación. Se trata de apostar a un cambio de paradigma pensando más hacia largo plazo y “tratar de encauzar los equilibrios naturales que hay en el campo”. Para Rydström son vías de entrada a procesos de extensión para determinar cuál es el trabajo de la institucionalidad pública para promover a los productores mejores prácticas individuales y para el país.
Quienes intervienen en el proyecto tienen presente que el productor piensa desde una lógica del siglo XX donde existen fórmulas químicas muy marcadas para cada problema de salud existente. Desde Desarrollo Rural se intenta cambiar ese paradigma dejando de lado la lógica del subsidio directo para enfrentar determinadas situaciones (construcción de tajamares, montes de abrigo para los animales) por la del subsidio de la asistencia técnica, la capacitación y el acompañamiento. El jerarca tiene claro que este camino puede generar resistencia entre los productores. A la vez que señaló que es necesario que estas nuevas herramientas entren por intermedio del fomento o de la fuerza, porque está en juego mantener presentes los mercados de la carne que se han logrado y encontrar nuevos nichos para estos productos. Cuando en alguno de estos destinos se encuentran trazas de productos químicos que no fueron habilitados, entonces el país desciende varios escalones que luego cuesta mucho volver a escalar.
Un parásito que genera pérdidas millonarias
Lejos de bajar la presencia de la garrapata en el rodeo vacuno “está creciendo”. Los periodos de sequía como los que vive el país desde hace meses son un caldo de cultivo para el desarrollo del parásito. Una de las causas es la resistencia que presentan algunos activos puntuales “que en muchos casos es producto del mal uso de los productores”. Rydström entiende que hay que reforzar los controles sobre la aplicación de esos químicos porque “nos trae un problema a la hora de la exportación de esa carne”. Y sobre todo tener presente los tiempos de espera (entre 45 y 60 días) necesarios antes de enviar esos animales a frigorífico. El problema es que muchas veces los productores envían los vacunos sin tener presente estos elementos porque están utilizando productos no habilitados en el país sostuvo el entrevistado. Lamentablemente la presencia de estos productos químicos se detecta cuando esa carne ya llegó a destino y las consecuencias recaen sobre todo el país.
Cuanto más al norte del país mayor es la presencia de la garrapata en el rodeo. Esto se da “por una cuestión de temperaturas” asociadas a los ciclos reproductivos de la garrapata. También existen otras regiones como algunas zonas de quebradas donde hay manejos mal hechos por parte de los productores individualmente o en forma colectiva. No se trata de casos que se puedan aislar fácilmente, porque un alambrado no es una barrera suficiente como para que la presencia del parásito en un predio donde se controla mal la situación pase a otro donde su productor sea lo suficientemente responsable como para mantener sanos a sus animales. Esa situación es más compleja aun en zonas de frontera.
Aunque Rydström no advirtió cifras exactas, las pérdidas por la presencia de la garrapata en los vacunos del país se pueden contar por decenas de millones de dólares. Explicó que un ganado muerto por tristeza parasitaria se puede cuantificar, pero la pérdida de kilos que el animal no gana cuando está infectado son cálculos de grandes variaciones con respecto a cuanto debería ganar en situaciones normales.
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