El Ing. Agr. Alexis González dijo que hay muy buenas expectativas para la soja y los cultivos de invierno, la preocupación de ahora es lo que se debió invertir por los altos precios de los fertilizantes.
La agricultura está poniendo toda su atención en la cosecha de los cultivos de verano y la siembra de los cultivos de invierno, además “estamos refertilizando las colzas tempranas sembradas desde el 15 de marzo”, y “el lunes se largó la siembra de trigo”, dijo a La Mañana el Ing. Agr. Alexis González, gerente general de Dalmas Agro cuya área de actividad es fundamentalmente en Colonia y San José.
Las chacras ya recogieron el maíz de primera con resultados magros: “Fue el cultivo más golpeado por la seca, sacamos 4.400 kilos, fue un año muy malo frente al promedio de los últimos que se ubicó entre 6 y 7 toneladas” por hectárea.
Pero el de segunda no se ha cosechado aún, “se trilla primero la soja y luego el maíz de segunda que pinta muy bien, se esperan muy buenos rendimientos aunque aún están húmedos”, y las chacras que lo están recogiendo lo hacen para grano húmedo, comentó.
Respecto a la soja, Dalmas Agro, lleva cosechada el 30% del área total, dicho de otra forma, 45% en el área de primera y el 24% la de segunda.
El rendimiento esperado “es que vamos a tener un muy buen año” al punto de que “para la empresa puede ser un rendimiento récord, viene pintando que podemos sacar un rendimiento mayor al de años anteriores”, estimó, y detalló que “el 45% de la soja de primera tiene un rendimiento promedio de 3.500 kilos por hectárea, y el de segunda 3.200 por hectárea” y “se espera que esos rendimientos se emparejen al final” de la cosecha.
Consultado sobre cómo pueden afectar las lluvias a la agricultura, González dijo que el problema no está en los cultivos sino en el avance de la cosecha “porque los campos quedaron muy mojados debido a las últimas lluvias, luego de las cuales ha costado ingresar a las chacas, los campos están marcados porque están muy mojados”.
“Muy buenas expectativas” para los cultivos de invierno
Respecto a los cultivos de invierno, este año “trabajamos trigo, colza, carinata y cebada” además de “algo de avena y estamos incursionando en algún forrajero, probando nuevas alternativas”.
Las expectativas con que llegamos a la siembra “son muy buenas”, pero se da la doble situación de que “hay buenos precios y también los costos son altos, eso genera un poco de temor” en razón de que “se invierte mucho por hectárea de trigo, cebada o colza, con mucha diferencia respecto al año pasado y por tanto tenemos un mayor riesgo” porque si te va mal se genera un endeudamiento importante.
O sea que “si los precios de los granos no bajan puede ser un buen año, pero hay un riesgo de que los precios bajen y quedar enganchado con los costos altos. Ese es un temor que hay”, destacó.
Compra de insumos y maquinaria
Como forma de contrarrestar esa situación y evitar quedar rehenes se han hecho inversiones en compra de fertilizantes que es de los insumos que más subieron. “Ya los compramos y cubrimos ese costo extra del fertilizante vendiendo granos de la próxima campaña: aprovechando los precios altos de trigo, cebada y colza calculamos la proporción que teníamos que vender para cubrir el fertilizante, vendimos la producción pero ahora hay que producirla”. El beneficio es que de esa manera se logró dejar un precio fijo para los insumos que no se sabe qué techo tendrán.
El buen margen que se espera para la soja permitiría a las empresas agrícolas renovar parte de su equipo y actualizarse: “La tecnología avanzó mucho con la agricultura por ambiente, nosotros tenemos todos los campos ambientados y se necesita renovar la tecnología, este es un buen momento” para eso.
Agricultura por ambiente
La agricultura por ambiente, como su nombre lo dice, consiste en “estudiar cada ambiente, saber detalladamente qué precisa”, dijo el gerente general de Dalmas Agro, Ing. Agr. Alexis González.
Para determinarlo con precisión se realiza “el análisis detallado del suelo”. Ese análisis permite aplicar el fertilizante necesario para obtener una mayor producción “y con eso se evita sobrefertilizar y contaminar, a la vez que se reducen costos por tonelada producida. A más kilos se bajan los costos por tonelada, que es lo que tenemos que hacer, que la tonelada de grano tenga costos los más bajos posibles”.
“Cuando las chacras se estudian por ambiente vemos que cada chacra es muy diferente, hay una variabilidad enorme en los niveles de fosforo, de potasio, todo varía mucho y eso lleva a que las aplicaciones se realicen según los requerimientos, uno se centra donde esta el problema y pone lo que la tierra precisa”.
En los departamentos de Colonia y Soriano la agricultura por ambiente “se ha extendido mucho”, es una zona del país con gran desarrollo agrícola, sin embargo, “tal vez falte que su aplicación llegue al resto del territorio, pero es algo en lo cual Uruguay ha avanzado mucho. Fue en los años 2007 o 2008 que se arrancó a trabajar de esta forma y se ha progresado, se ha incorporado nueva tecnología que apuntan a no contaminar, no gastar más de lo que se debe y con eso lograr mejores rendimientos”.
“A veces no hay una baja de costo por hectárea, pero lo que sí veo es un aumento de los rendimientos que lleva a una baja del costo de la tonelada producida, se genera más eficiencia produciendo”.
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