Hay varios factores que pueden implicar una menor producción en la próxima zafra, si eso sucede el que más pierde es el país porque de los productos agropecuarios ninguno devuelve a la sociedad tanto como el arroz.
La cosecha de arroz está finalizando. Los desafíos de la zafra 2021/2022 desde las primeras siembras hasta la última cosecha parecen haber sido superados y se cierra con buenos rendimientos. Lo que preocupa es lo que puede llegar a ocurrir a partir de la próxima siembra con los precios desmedidos de los insumos. Todas las materias primas han subiendo a excepción del arroz que se mantiene estático.
El historico directivo de la Asociacion Cultivadores de Arroz (ACA), Rafael Bottaro, productor cuyo establecimiento se ubica en la zona de Fraile Muerto, Cerro Largo, dijo a La Mañana que en números gruesos, la cosecha anterior implicó un costo de US$ 1.800 por hectárea; este año rondó los US$ 1.900 con una fuerte suba de los fertilizantes. “Subió el gasoil, el fertilizante y el glifosato, pero muchas cosas ya las habíamos comprado a un precio alto, pero no tanto como luego se dio. O sea que vamos a cerrar un año con costos crecientes, pero no disparatados”, resumió.
La preocupación está en “el presupuesto para la próxima siembra, que se va a ir a US$ 2.100 o US$ 2.150 por hectarea, porque no vamos a escapar de la suba de insumos otra vez”. Lo que sí es muy probable que el fertilizante, la urea, el glifosato y el gasoil lo tengamos que comprar mucho más caro que el año pasado, por eso en costos lo que nos preocupa es la siembra que viene”.
Por otra parte señaló, que la cosecha que ya está en su etapa final “vino bien con rendimientos muy buenos”, diferente es el tema precio que “aún se está comercializando y se da que el arroz no acompaña la suba importante que están teniendo otros granos”.
La soja y la ganadería como complemento
Es verdad que “el arroz está con buenos precios en el estándar histórico, pero hoy es un rubro relegado en relación a otros. Sube la soja, el trigo, el maíz, la carne, el petróleo, la urea, el fertilizante, el glifosato, pero no sube el arroz”, lo que asegura “un aumento de costos y nos falta la certeza de qué esperar al momento de cerrar los números”.
En esa situación de incertidumbre los productores “tienen que cuidar sus gastos, no pasarse de riesgos y mirar hacia los otros rubros”, o sea no descartar plantar soja. Es una elección cuidadosa que puede significar bajar un poco el área de arroz para dedicarla a la soja”.
Para el arroz, “este sería el tercer año con margen positivo y el que viene no necesariamente tendrá que ser de margen negativo”.
Hay algunos productores que cultivan soja. La diferencia está en que unos destinan un área para arroz y otra diferente para la soja, y hay otros que hacen los dos cultivos en el mismo suelo. “Antes la rotación era arroz-pastura, hoy hay rotaciones arroz-soja, también arroz-soja-pastura. En ese esquema el productor puede ver que en condiciones favorables la soja podría ser en alguna oportunidad mejor negocio. Si esa rotación fuera rentable el productor la aplicará, el problema es que ahí pierde el país”, remarcó.
Mano de obra, fletes y trabajo en Uruguay
La perdida del país se da por que el arroz, por más castigado que esté, su valor agregado final, por hectárea, es superior a cualquier otra actividad: “En el arroz el valor por hectárea a nivel de exportación es de US$ 4.000 y la soja por mejor que esté su precio, como no se le agrega valor como mucho la hectárea va a facturar entre US$ 1.500 y US$ 2.000 sacando buenos rendimientos. Esa diferencia entre US$ 2.000 y los US$ 4.000 es mano de obra, flete, trabajo en Uruguay”, todo lo cual se pierde en la medida que se haga menos arroz.
En cuanto a la rotación con ganado con arroz Bottaro dijo que él no hace ganadería y por lo tanto no conoce el tema a fondo, aunque hay muchos de sus colegas que sí lo hacen.
Observando el tema de afuera comentó que su percepción es que la ganadería “es un paso más a largo plazo”, en tanto que “plantar soja es más táctico y puede se asocia más a la coyuntura agrícola”.
De todos modos, “por más que la carne valga, el valor final de esa hectárea no va a igualar los US$ 4.000 del arroz”.
Puede bajar la producción de arroz en el mundo
Reportes internacionales advierten sobre una posible baja en la producción de arroz. El Instituto Internacional de Investigación del Arroz predijo que los rendimientos podrían caer un 10% en la próxima temporada, lo que significaría 36 millones de toneladas menos, el equivalente para alimentar a 500 millones de personas.
Consultado sobre ese fenómeno, el Ing. Bottaro dijo que con los insumos tan caros “todos en todo el mundo van a tratar de ajustar su uso y eso implica menos producción a nivel global, no tanto porque se reduzca el área sino porque cada hectárea va a producir menos debido al alto costo de las aplicaciones”.
La pregunta es si esa menor producción va a ser suficiente reducción como para cambiar el precio del arroz. “Si los productores supieran que la caída impactará en el precio, si yo supiera que esa baja productiva impulsará el precio no reduzco los insumos, pero entonces si todos hacemos eso la producción no decaerá y tampoco subirá el precio”, razonó, y resumió: “No soy analista de mercados, pero como productor de Uruguay lo que veo es que la situación no es clara”.
En Estados Unidos hay productores que se pasaron del arroz a la soja o el maíz porque es mejor la relación de precios, pero lo que pase en un lugar no se tiene por qué repetir en otras regiones. “No está claro si eso que vemos en Estados Unidos pasará en Asia, porque hay muchos países que cuando ven esa amenaza comienzan a subsidiar considerando el rol social tan importante que cumple el arroz en esos países”.
En resumen, si se mantiene esta relación arroz-insumo, la producción mundial bajaría, pero no es tan obvio ni tan claro, concluyó.
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