En la zona arrocera tradicional, de influencia de la Laguna Merín, con sistemas de riego consolidados en base a bombeo, se encuentra un establecimiento de producción diversificada que viene desarrollando producciones en rotación con el de arroz. Esta semana comenzó a distribuir el agua sobre los cultivos de soja sembrados en camellones. En diálogo con La Mañana los directivos del establecimiento expresaron que el objetivo es otorgar cierta estabilidad a la producción tanto en años de déficit hídrico como en aquellos que presentan exceso de agua.
El establecimiento agrícola ganadero La Miní, situado en el Rincón de Ramírez en el departamento de Treinta y Tres, ha contrarrestado el déficit hídrico que se instaló en el país desde el mes de diciembre, adaptando el sistema de riego utilizado para el cultivo del arroz. La oleaginosa se planta en camellones, un sistema que ha dado muy buenos resultados desde que se instaló en el lugar.
Si bien el rendimiento es muy importante en cualquier sistema productivo, el Ing. Agr. Eduardo Apolinario, administrador de la empresa le informó a La Mañana que “que más que apuntar al rinde, se busca estabilidad y piso alto”. Los objetivos no son obtener 5.500 kilos o 6.000 por hectárea, sino apuntar a la estabilidad productiva y que tanto años donde escasea el agua como este, y aquellos donde los excesos de lluvias son importantes, la producción sea pareja y ronde entre los 2.700 kilos y los 3.100 kilos.
Una de las condiciones necesarias para obtener una buena producción de soja en suelos arroceros de la cuenca de la laguna Merín, implica que el suelo no esté durante mucho tiempo en condiciones de anegamiento. Al ser una producción de secano es indispensable un buen drenaje en el suelo, y la utilización de este sistema es óptimo para tales fines. Es importante destacar que el mismo personal que se dispone para el riego en el arroz, por su conocimiento es pieza clave en este sistema de riego en soja o en el drenaje de la misma.
Beneficios de la rotación soja-arroz
Arrozal La Miní goza de buenas estructuras de riego y drenaje que permiten desarrollar las producciones de arroz y soja utilizando el mismo sistema ya existente. Se trata de parcelas dimensionadas entre 15 y 20 hectáreas, la mayoría en forma rectangular rodeadas por desagües para el drenaje y con un canal de riego que se ubica en la zona más alta de dicha parcela, los camellones se trazan en el sentido de la pendiente (que en estos terrenos es casi nula) y el agua fluye hacia la parte baja donde en su paso va mojando transversalmente la parte alta del camellón donde se encuentra el cultivo.
Apolinario dijo que se trata de una tecnología de bajos costos, donde no se deben realizar grandes inversiones (no requiere energía eléctrica, tuberías etc.) y además se aprovechan los recursos de maquinaria y mano de obra calificada para ambas producciones.
Actualmente se está desarrollando el primer riego del año y dependiendo de la demanda atmosférica y las ocurrencias de lluvias, se decidirá cuando se continue con esta tarea. De continuar con las actuales condiciones del tiempo, presumiblemente en 20 días más se esté comenzando con el segundo baño al cultivo.
Las producciones de arroz y soja están muy arraigadas en la zona debido a los beneficios que aporta la rotación de cultivos, como forma de minimizar aparición de malezas resistentes en el cultivo de arroz y los beneficios de la soja como antecesor de praderas o simplemente verdeos para el invierno. Y aqui surge la tercera pata que es la producción de carne. “El desarrollo de ambas producciones es un factor decisivo para amortizar la maquinaria y otros costos fijos de las empresas, así como también es un dinamizador más de mano de obra y servicios para la región”, concluyó el Ing. Apolinario.
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