Las investigaciones del INIA ofrecen oportunidades de desarrollo de nuevas variedades cítricas con muy buena adaptación al clima y con un potencial enorme, dijo el director general de la empresa.
Nació en los años 70 y se convirtió en una de las principales industrias de Paysandú como generadora de trabajo todo el año y fuente de ingresos genuinos con exportaciones de citrus a más de 15 destinos. “Azucitrus es hija de Azucarlito”, dijo a La Mañana el director general de la empresa, Ing. Carlos M Fraschini. “En los 70 con la globalización se vio que iba a ser imposible plantar remolacha azucarera en el litoral y Azucarlito decidió diversificarse a un rubro con perfil exportador y en el sector agro. Así es como nace Azucitrus”, explicó.
En aquella época “los pioneros estaban haciendo las primeras experiencias de exportación de citrus a Europa a contraestación, es cuando surge la idea de armar el proyecto, se buscaron los mejores campos para producir frutales en el litoral, se compraron 5.000 Has. de campo y se desarrolló de cero”, precisó.
En esa época “se diseñó la plantación apuntando a la conservación de los suelos y un sistema de riego, fuimos pioneros en esa época con sistemas de riego de Estados Unidos, también se desarrolló el proyecto con puentes de agua, se diseñaron lagos para la acumulación de agua durante el invierno y el riego durante el verano, se instalaron viveros propios y se siguió con el desarrollo de la plantación además de la infraestructura necesaria”.
Las plantaciones empezaron a producir en 1985 iniciándose la fase industrial con una planta de empaque que se ocupa de la limpieza, clasificación, empacado de la fruta a exportar, y la que por sus características no pueda ser exportada se destina a producciones alternativas como jugos, aceite, secado de cascara para alimentos de ganado o exportación de cáscara deshidratada como base para la producción de pectinas.
“El costo anual es de los US$ 3.000 por Ha., solo de producción sin contar la cosecha, lo que implica actividades de riego, fertilización, poda, mantenimiento sanitario y mantenimiento en general; y la cosecha implica otros US$ 3.000 por Ha. principalmente en mano de obra y logística”.
Desde sus inicios Azucitrus ha debido desarrollar un proceso de recambio continuo porque en el mercado van apareciendo nuevas tendencias, nuevas variedades y la producción tiene que adaptarse a esos cambios, señaló. “Básicamente por un tema de clima ya no producimos pomelo, pero seguimos produciendo naranjas aunque en los últimos 15 o 20 años hubo un aumento de consumo de mandarinas a nivel global y los productores en general están en el recambio varietal acompañando las tendencias de los diferentes mercados. Estamos en un constante proceso de reconversión” buscando productos de “alta demanda y mejores valores de venta”.
La empresa también trabaja “una pequeña producción de arándanos que es un buen complemento para los cítricos porque se cosecha en octubre y noviembre”, cuando la zafra de cítricos está terminando y “permite estirar la temporada además de usar toda la infraestructura poscosecha”. Sin embargo “en Uruguay los proyectos de arándanos son muy intensivos y han sufrido el aumento de costos” que han hecho “muy difícil competir a nivel internacional con otros países productores”.
Estados Unidos es el principal destino
Hace más de 50 años que los cítricos uruguayos participan en el mercado internacional generando “diferentes especies y variedades, y dentro del proceso de packing también se generan diferentes calidades, tamaños, productos con diferentes características a los que hay que buscarles nichos en diferentes mercados”, expresó el Ing. Fraschini.
“Durante 20 o 30 años el foco era el mercado europeo, pero fuimos perdiendo capacidad de competir por un tema arancelario. Nuestros competidores, principalmente Sudáfrica, Chile y Perú, fueron bajando aranceles y hoy no los pagan para entrar a Europa, y Uruguay los paga altos, por ejemplo el arancel de las mandarinas es del 16% y eso nos deja prácticamente fuera de mercado”, advirtió.
Pero hubo un cambio a partir de 2014 cuando se abrió el mercado estadounidense que hoy “pasó a ser el principal destino de los cítricos uruguayos. Hubo un cambio muy fuerte en los destinos, pasando de Europa a Estados Unidos como principal mercado”.
De todas formas la citricultura tiene una amplia diversificación de mercados. “Exportamos a más de 15 países y en el ranking de volúmenes está EE.UU. seguido de España, Holanda, Italia, Alemania, más atrás está Brasil con el 15 o 20 % de participación, también Rusia, Canadá y Medio Oriente”.
Lo que se envía a China es muy “puntual”. A pesar de ser el principal socio en comercial exterior de Uruguay, en los envíos de cítricos no lo es porque es un rubro que tiene “una dificultad logística que es el tiempo de viaje que es muy largo y se compromete la buena llegada de un producto fresco”.
La cáscara como alimento animal
El foco productivo de Azucitrus está en la fruta fresca, “toda nuestra actividad está focalizada en producir fruta para exportar principalmente naranja, mandarina y limones. Al estar en el sur producimos cítricos en inverno con la intención de venderlos al norte cuando están en verano. Lo que no se exporta se envía a la industria de jugos o aceites, ésta última es una producción menor de la actividad.
“Cada tonelada de cítrico tiene 4 o 5 kilos de aceite en la piel. Ese aceite se recupera y se emplea en áreas alimenticia y cosmética, se usa mucho en bebidas y como aromatizante. Los principales consumidores del mundo son los fabricantes de bebida, y el principal consumidor es Coca Cola, sobre todo de limón, pero en el caso de las naranjas y mandarinas se usa en cosmética, aromatizante o perfumería”, explicó el empresario.
La cáscara también tiene su utilidad. “Se pasa por un proceso de secado y peletizado para aumentar el porcentaje de materia seca” siendo de mucho interés para los tambos “por el alto contenido de fibra y por ser un excelente alimento”. Pero el secado “consume mucha energía y el costo energético ha sido una limitante importante para ofrecer un producto competitivo, entonces hemos tenido problemas para seguir abasteciendo a los productores de leche con un producto de excelente calidad por un tema de costos”, explicó.
El desafío ahora es “trabajar en colocar la producción sin secar” lo que “nos genera ahorro de energía pero también dificultades para los productores en cuanto al manipuleo aunque sigue siendo un alimento de excelente de calidad. Estamos haciendo una experiencia interesante, sobre todo pensando que en los próximos años el volumen va a seguir aumentando”.
“En promedio, la citricultura ocupa 1 persona por hectárea, en promedio; en Uruguay es un rubro con 15.000 Has. y genera 15.000 puestos de forma directa, combinando la parte agrícola con la poscosecha”
En ese sentido en Uruguay “hay mucho trabajo de investigación” sobre “el efecto que tiene en la nutrición animal y los resultados son muy buenos, sobre todo a nivel lechero”.
Por otra parte Fraschini resaltó que “INIA y privados están trabajando en un plan de mejoramiento genético y desarrollo de variedades; y eso es una forma interesante de diferenciarnos y recuperar competitividad”, apuntó.
El tema arancelario es crítico
El Ing. Fraschini resaltó como un tema clave a atender el de los aranceles. “Es un planteo sobre las reglas de juego que hoy tenemos y que está presente en cada dialogo que mantenemos con las autoridades. El presidente (Luis Lacalle) ha manifestado (la necesidad de bajar los aranceles) que no solo son un problema de los cítricos sino de muchos rubros que hoy deben pagar para ingresar a los mercados, y cuando nuestros países competidores logran acuerdos para dejar de pagar aranceles corremos el riesgo de perder mercados. El tema arancelario es crítico para la exportación uruguaya”.
Asimismo dijo que la citricultura puede ser “una solución ante una problemática global que tiene que ver con el empleo y la inversión” en cuanto está radicada “en el interior y con un potencial para generar puestos de trabajo, enfocado a la exportación y generando divisas, sin afectación por la pandemia porque la demanda está más firme que nunca. Tenemos el potencial de seguir invirtiendo y reconvirtiéndose” pero se necesitan “mecanismos financieros para desarrollar inversiones. Ese es un punto central: el sector por sus características de ciclo del cultivo, requiere financiamiento de largo plazo que tienen que estar acompañados de tasas bajas para que los proyectos sean viables”.
INIA desarrolló variedades nuevas de cítricos
Por otra parte Fraschini resaltó el papel jugado por el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) que lleva adelante investigaciones que ofrecen oportunidades de desarrollo con nuevas variedades cítricas “de muy buena adaptación al clima y con un potencial enorme”.
“INIA y privados están trabajando en un plan de mejoramiento genético y desarrollo de variedades; ya es una realidad la liberación de variedades de mandarinas que cumplen con las demandas del mercado. Son variedades que pueden estar disponibles para los productores a bajo costo”, apuntó.
El Instituto “está agregando materiales de producción nacional probados a nivel local, con características de sabor, color, contenido de simillas y facilidad de pelados que es lo que el consumidor demanda; y eso es una forma interesante de diferenciarnos y recuperar competitividad. Hay países y empresas interesados en invertir y plantar esos materiales. Es un buen ejemplo de desarrollo en investigación que mejora la competitividad”.
TE PUEDE INTERESAR