La ARU también decidió realizar trabajos de mantenimiento en los otros dos galpones, que son únicos en su arquitectura. Los trabajos están a cargo del arquitecto Carlos Pascual.
A comienzos de marzo, la Asociación Rural del Uruguay (ARU) reinauguró el Galpón 1 de la Rural del Prado, luego de un trabajo de casi un año que demandó una inversión de un millón de dólares. El trabajo estuvo a cargo del estudio Pascual & Pascual, de los arquitectos Carlos y Elisa Pascual, padre e hija.
La Mañana dialogó con Carlos Pascual a efectos de conocer detalles de la obra. Pascual es un arquitecto con experiencia en monumentos históricos y edificios protegidos. Algunos de sus trabajos se pueden visitar y disfrutar, como el Shopping Reus en el barrio Reus, el Mercado Agrícola de Montevideo, el Solar de Artigas o la Casa de Andalucía, entre muchos otros. Todos configuran sitios de referencia y atracciones turísticas, y cada uno de ellos merecería un artículo aparte.
El galpón remodelado es uno de los tres que se construyeron en 1913, en obra dirigida por el artista y arquitecto catalán Cayetano Buigas.
ARU tiene la custodia y el mantenimiento del predio, pero es propiedad de la Intendencia de Montevideo, por lo que trabajar en la reparación del Galpón 1 implicó negociaciones a varios niveles con la Intendencia, la Comisión del Prado y la Comisión de Patrimonio para que autorizaran las obras. Por ser un Monumento Histórico Nacional, se debieron cuidar muchos aspectos. “Yo hice la gestión y la ARU se hizo cargo del total de los costos”, dijo Pascual.
El proceso fue complejo porque el galpón presentó problemas estructurales. En el trabajo “se sustituyó el cien por ciento de las ventanas, los cuatro portones de madera, todas las cerchas y las tejas a nuevo, pero de manera respetuosa de lo que había originalmente. Si se compara con los otros galpones, quedó idéntico”, aseguró.
El arquitecto precisó que “se recuperó el techo, que había perdido algunas características, porque hace unos cincuenta o sesenta años alguien lo modificó, dejándolo uniforme, le tapó las ventilaciones y eso generó problemas enormes con el calor. Pero en la próxima exposición de setiembre ese problema ya no va a estar”.
Consultado sobre los materiales utilizados, Pascual dijo que con el tiempo se realizaron varios trabajos que implicaron modificaciones en los componentes: “De los portones ninguno estaba en funcionamiento y habían sido sustituidos, también se cambió la forma original”. En la reparación “se tomó la madera original del techo que se conservaba y se reconstruyeron los cuatro portones que están hechos tal cual, y con esa madera que tiene 110 años y que quedó a la vista”.
Sobre las ventanas, señaló que “estaban al borde del colapso y con deformaciones. Se cambiaron conservando el tamaño y color”, que es importante, porque “era propio de aquella época pintar y blanquear las construcciones rurales a la cal”. Lo hacían “por un tema sanitario y de higiene, por eso los visitantes van a ver el galpón blanco, toda la estructura de cerchas, el cielorraso y las paredes”.
Respecto a los materiales utilizados, Pascual dijo que “las cerchas nuevas no son de madera, sino metálicas, respetando el tamaño y la forma original. Que sean en hierro garantiza que van a pasar cien años más sin los problemas de las originales”.
Reparación de los galpones 2 y 3
Los trabajos en el predio no terminan con el Galón 1. La ARU resolvió realizar las gestiones para hacer trabajos de mantenimiento en el Galpón 3, con planes de comenzar inmediatamente después de la exposición de setiembre.
Sobre el estado de los galpones 2 y 3, Pascual dijo que también necesitan ser intervenidos y que se comenzará por el Galón 3. La diferencia es que cuando fueron construidos, los problemas que se vieron en el 1 se solucionaron y evitaron en los otros dos: “La estructura es mejor en el 2 y en el 3, por ejemplo, en el Galpón 1 las tejas empezaron a desprenderse solas, cosa que no pasó en los otros”, y eso es un detalle importante porque “perder las tejas implica una aceleración del deterioro”.
De todas formas, con los años la madera ha sido dañada “por el clima y los insectos, y la madera que está metida en los ladrillos se empezó a pudrir”.
Los tres galpones “se van a reconstruir de la misma manera: tejas nuevas, estructuras metálicas, aberturas de aluminio, y el sistema de ventilación; se respeta la forma y tamaño”, aunque cambiando el material.
La obra del arquitecto catalán
Respecto a Buigas, Pascual comentó que desarrolló un estilo de arquitectura art nouveau en Uruguay. Su trabajo incluyó “estos galpones y el palco oficial que está frente al ruedo”. Es un tipo de obra “bastante inédito”, no se ve en nuestro país salvo en la Rural del Prado, “incluso hay poca obra de este tamaño y calidad en Barcelona”, lugar a donde pertenecía el arquitecto.
“Buigas hizo alguna cosa en Sitges, pueblo de donde vino la familia Batlle, también en un pueblo que se llama Masnou, próximo a Barcelona, pero son obras bastante más chicas, no del porte de estos galpones”, describió.
El plan original, hace más de cien años, “era hacer cinco galpones, de los cuales solo hicieron tres que eran los impares, 1, 3, 5 que ahora llamamos 1, 2 y 3, pero faltaron el 2 y el 4” que iban a hacerse entre los otros tres”, junto al ruedo.
El profesional destacó que todas las inversiones corren por cuenta de la ARU: “Para el Galpón 1, la inversión realizada es de un millón de dólares, pero en realidad es superior por costos indirectos, impuestos, la reparación del piso. Arreglar los tres galpones tiene un costo cercano a los cuatro millones de dólares”, señaló.
Conformidad y orgullo
Desde el punto de vista de la arquitectura “es importante mantener las características de estos galpones, que son únicos”, subrayó Pascual.
Agregó que quedó “muy contento y conforme”, y destacó que recibió “las felicitaciones de las comisiones Nacional y del Prado”, además tiene entendido “que también hubo mucha conformidad por parte de la Intendencia. Es una obra de la que estamos orgullosos”.
Contó que lo más trabajoso fue “cumplir con el cronograma, pero fue por causas ajenas porque luego de la pandemia ha habido problemas con los fletes. La estructura metálica, que vino desde China, se cargó y llegó con retraso. En los últimos dos años el tráfico de contenedores ha estado muy complicado con precios altísimos y demoras que antes de la pandemia no eran habituales. Para los próximos dos galpones el plazo puede reducirse si mejoran los fletes”.
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