El mar es como una gran estancia que espera con su producción diversa y de alto potencial, no tanto para atender el mercado local que es escaso, sino con el fin de exportar a los mercados más exigentes. En ese sentido, Uruguay deberás seguir el mismo camino que la ganadería.
El Cr. Luis Alberto Lussich tomó contacto con la pesca en 2013 a través de “unos clientes con los cuales empecé a entender el negocio. En 2018, cuando se les terminó su permiso de pesca que era de merluza negra y fuera de Uruguay surgió la posibilidad de introducirme en este mundo que para mí era desconocido”, contó.
Fue entonces cuando comenzó a pensar “diferentes posibilidades de inversión”. “Hicimos un proyecto y salimos a buscar muy a lo uruguayo gente conocida, amigos, familia, hicimos una especie de vaquita con pequeños aportes. Somos todos uruguayos con más de 30 accionistas”, expresó
“Compramos un barco, le hicimos reparaciones y lo dejamos a punto. Ahora estamos en un trámite en Uruguay para empezar a invertir en nuestro país y desarrollar una actividad que vemos que está muy quieta pero que tiene un gran potencial”, aunque reconoció que no es fácil y que “es un negocio de alto riesgo”.
“Queremos ser la punta de lanza para abrir el camino a otros que vengan a apostar por Uruguay”, añadió.
Lussich explicó que se está desarrollando una “etapa de exploración” para “determinar la biomasa”, es decir la cantidad de materia prima disponible: “La ley permite hacer una experiencia de pesca exploratoria en donde se va a la mar con científicos de la Dinara (Dirección Nacional de Recursos Acuáticos del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca) y se registran diferentes capturas y así se logra establecer la biomasa para poder hacer una pesca sustentable”.
El objetivo de la iniciativa son los túnidos, generalmente llamados atunes y derivados, de los que “ya hemos vendido pequeñas partidas en el mercado local pero aquí hay un problema de volumen porque hay poca cultura de comer pescado”, por lo que se debe apuntar a la exportación a mercados de primer nivel como pueden ser Estados Unidos, la Unión Europea o Japón.
Consultado sobre las perspectivas de desarrollar la pesca en nuestro país, el Cr. Lussich dijo que además de “no tener cultura de comer pescado, tampoco tiene tradición de pesca. Somos un país que estamos de espalda al mar”, añadió.
Recordó que “en 1973 hubo un plan nacional de pesca que impulsó al sector y posteriormente en el gobierno de Luis Lacalle Herrera (1990-1995) se hizo algo en el tema, pero la realidad es que fuera de eso no ha sido prioridad” para ninguno de los gobiernos.
“El mar es como una gran estancia, pronta para producir”
El ciudadano en general sabe cuánta área tiene el territorio uruguayo y puede calcular de forma rápida el tiempo de transporte de un punto a otro, pero ¿cuánto sabe sobre la extensión de Uruguay desde la costa a mar adentro?
Lussich dijo que el “el mar uruguayo es enorme, es una gran estancia que está ahí pronta para producir, pero nunca le pusimos atención a pesar de que hemos tenido algunas experiencias en el pasado.
“El territorio marítimo es más del doble del territorio de tierra” y “basados en diferentes estudios que hay en la Dinara estamos seguros que en ese espacio de agua hay suficientes productos para desarrollar esta actividad y con diversidad. Tenemos mucha diversidad y la gran mayoría no se explota”, subrayó.
Si grande es el potencial productivo, también económico: “Hay informes que indican que actualmente la pesca deja en Uruguay unos US$ 100 millones directa e indirectamente, si podemos diversificar las pescas no tradicionales podremos fácilmente duplicar ese total, y si se trabaja bien podría ser mucho más”.
Respecto a las exportaciones, señaló que en el período 2016/18 se tiene como producto principal el pescado congelado, alcanzando US$ 117,6 millones en 2018, que equivalen a 56.869 toneladas.
El volumen record de desembarque de pescados fue en 1980 con 146.973 toneladas.
En Uruguay la pesca tiene un potencial de desarrollo y de exportación “similar al de la carne, hay que copiar las experiencias de la ganadería porque hoy nuestra carne accede a los mejores mercados y en base a eso tenemos frigoríficos de primera, tenemos trazabilidad, conocimiento, y podemos producir carne de alta calidad. Sería espectacular que la pesca siga ese camino”.
Pero para poder seguir el camino de la ganadería “se necesitan renovar la flota, mejorar las artes de pesca, incentivar la diversidad de producto”.
Por otra parte, “Uruguay es muy costoso y es muy burocrático, lo que nos perjudica porque hay otros países que brindan mayores facilidades y mejores servicios a menores costos. Es un tema de competitividad y capacidad de contar con una pesca desarrollada junto a la cual también vienen todos los servicios, el know how y la inteligencia para desarrollar esta industria”.
Asimismo la calidad es “un problema” del sector, porque “se debe trabajar y buscar alternativas que mejoren la producción de las capturas, de manera que los frigoríficos reciban mercadería de mayor calidad. Con esto se logrará un producto final óptimo, y por tanto, de mayor rentabilidad, además de acceder a los mercados más cotizados. Hoy el mundo de la alimentación apunta a productos más sanos, más naturales, con trazabilidad, con mejores estándares de calidad y los productos del mar, poseen todas esas cualidades. Nosotros, estamos en esa línea.”
Fomentar la pesca es una forma de controlar la ilegalidad
Consultado sobre la pesca ilegal y la constatación de barcos que entran desde Brasil, el Cr. Lussich dijo que una buena forma de combatir la ilegalidad es propiciando la pesca nacional: “Yo creo que la solución más económica para controlar la pesca ilegal en Uruguay es justamente que desde el Estado se comience a facilitar y dar mayores permisos de pesca, eso haría que tengamos más embarcaciones pescando lo que llevará a una reducción de la ilegalidad”.
“Con su sola presencia, las embarcaciones desplegadas en nuestros mares controlan el pasaje de barcos desde el limite lateral con Brasil porque “la presencia de barcos disuade el ingreso y en caso de que no lo haga se puede reportar”. Ese sería “un mejor control que el de tener embarcaciones patrullando que además tiene un costo importante”.
Por tanto el resultado es “ganar ganar, con muchos privados pescando que dejan divisas, aumentan las exportaciones e inhiben la pesca ilegal”, estimó.
Los bancos no entienden el negocio
La experiencia del Cr. Lussich con los bancos de Uruguay “es negativa” porque “no entienden el negocio y no tienen mayor experiencia”. Eso es un problema serio porque se trata de un negocio “en el cual las inversiones son muy altas, la barrera de entrada es muy alta no solo por la complicidad del negocio, el know how, sus variantes, el riesgo, sino porque son montos importantes”.
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