La formación agraria de este centro educativo está fuertemente relacionada con la producción de horticultura y fruticultura. Se evita utilizar productos químicos y se viene estableciendo como meta, la idea de mejorar la alimentación de los jóvenes.
A medida que desenterraban las plantas y aparecían los racimos de boniatos la sorpresa se iba acrecentando. Tan es así que superaron todos los promedios. Los más de 700 kilos en un predio de 70 metros cuadrados indican que este fue un buen año para esta hortaliza muy extendida en el país.
El hecho ocurrió en la Escuela Agraria de Gregorio Aznárez en el departamento de Maldonado. “Cuando se empezó a cosechar (fue) una alegría bárbara para los estudiantes y para los docentes” dijo a La Mañana el director del Centro Educativo José Marichal. Si bien la sequía pudo afectar la producción, la plantación de boniatos fue ayudada por la aplicación de riego, que también tiene su cuota de responsabilidad en el éxito de la cosecha. Al impresionante rendimiento lo acompaña frutos de excelente calidad y buen calibre que significa que no son ejemplares ni muy grandes ni muy pequeños como a veces sucede en este tipo de producciones. El docente explicó que se trata de la especie de boniato criollo de color amarillo por dentro pero que no se trata del boniato zanahoria muy extendido en los últimos tiempos entre los consumidores uruguayos. El ciclo de este tipo de producciones comprende la época estival, se siembra durante los últimos meses del año con una cosecha entre marzo y abril.
La formación agraria de este centro educativo está fuertemente relacionada con la producción de horticultura y fruticultura. Además de boniatos en el pequeño predio se produce papas, tomates a campo, zapallos o sandías que actualmente forman parte del menú de postres que se ofrecen a los estudiantes. A esta altura del año ya se prepararon los almácigos para siembra de cebolla cuyo trasplante se hace en las próximas semanas. La producción de hojas verdes forma parte de la diversidad de productos que se cosechan, en este caso dentro de invernáculos. Por ejemplo, ya están listos los almácigos para el trasplante de acelgas, lechugas, espinacas y remolachas bajo este tipo de coberturas teniendo en cuenta la próxima llegada de los fríos del invierno. La formación de los estudiantes tiene en cuenta la diversificación de productos que además sirve para mejorar la dieta de los estudiantes y sus familias. Para ello se trabaja con variedades que no son tradicionales dentro de la dieta uruguaya como pueden ser rúcula o misuna que de a poco está incursionando en los platos locales.
Se busca la autosuficiencia
Una de las claves para el éxito en las producciones es trabajar con buenas semillas. Muchas de las variedades de semillas se producen en el mismo centro educativo, otras se logran a través de intercambios con el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), a través de la Red de Agroecología o se compran a proveedores si es necesario. Siempre el concepto es tratar de ser los más autosuficientes que se pueda señaló el docente.
Una de las características de la producción del lugar es la no utilización de productos químicos, salvo raras excepciones como es el caso del control de las hormigas. Esa zona tiene suelos muy pesados, con mucho componente arcilloso, lo que obliga a mejorarlos con compost para su fertilización o chipeado de madera para la incorporación de materias orgánicas. En este mismo sentido se utiliza el sistema de rotaciones de cultivos, produciendo esos espacios durante algunos años y dejándolos descansar durante un mismo periodo con implantaciones de verdeos de avena en invierno y moha en el verano que además sirve para el enriquecimiento de la propia tierra. Las actividades de talleres de los estudiantes en el predio se hacen a la manera tradicional con asadas, palas de dientes y escardillos, como lo transmitieron nuestros antepasados. Cada grupo de estudiantes tiene nueve horas semanales de talleres con actividades en campo.
Fuerte componente de convivencia
Actualmente asisten 65 alumnos de la zona de influencia de Gregorio Aznárez, la zona de balnearios desde Piriápolis hasta Solís, ruta interbalnearia y algunos puntos de la ruta 9. Ingresan a las 8 de la mañana y se retiran alrededor de las 16:30 horas. Se les sirve el desayuno, almuerzo y una colación. Se trata de una escuela de educación básica integrada, que en el nuevo sistema educativo implica 7º,8º y 9º grado. El docente explicó que ingresan con 11 o 12 años y finalizan con 15 o 16.
Estos estudiantes en su mayoría pertenecen a familias del medio rural donde existe un buen número de productores familiares que explotan pequeñas superficies. Pero también concurren estudiantes que buscan perspectivas diferentes a lo que les brinda un liceo tradicional o una Escuela técnica de UTU. La formación no solo aborda los aspectos productivos sino que implica además materias tradicionales como historia o matemáticas. Marichal indicó que existe “un componente muy fuerte de lo que es la convivencia” entre estudiantes y con sus docentes y funcionarios del establecimiento al tratarse de un horario tan extenso durante cada jornada.
La Escuela Agraria de Gregorio Aznárez tiene 10 años de existencia, aunque desde hace 7 se encuentra en el actual lugar. Desde sus inicios se estableció la producción de la fruticultura y horticultura como base educativa. Los egresados pueden continuar sus estudios en el bachillerato en cualquiera de sus orientaciones. En la zona de influencia pueden hacer una continuidad de estos estudios en la escuela de Montes en Canelones, San Carlos en Maldonado o la de Rocha.
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