El Programa de Educación para el Agro de UTU se implementa en 34 escuelas agrarias de todo el país, de las que 32 cuentan con régimen de internado. Estos centros ofrecen educación media básica, media superior, terciaria, y es el semillero de los profesionales de ayer, hoy y el futuro.
Del 11 al 14 de abril se realizó la Expo Rural Melilla 2024. En esta decimotercera edición, que se embanderó con el eslogan “La producción en movimiento”, participaron jóvenes de diversas escuelas agrarias con el fin de estar presentes en charlas, exposiciones y, a su vez, presentar sus propios trabajados estudiantiles. De esta manera, se conjugaron los últimos avances para trabajar en el campo con el conocimiento y la experiencia.
Dos de las escuelas agrarias que participaron fueron la de Rosario (Colonia) y Montes (Canelones). La directora de la escuela agraria de Rosario, Silvana Orgoroso –quien además es ingeniera agrónoma y docente–, comentó que asistieron a la Expo Melilla con 58 alumnos de dos grupos, uno de estudiantes de noveno grado y otro de ciclo básico rural, quienes cursan en la modalidad de alternancia, es decir, que una semana viven y estudian en la escuela y a la semana siguiente cursan virtualmente.
Los estudiantes se presentaron entusiasmados y al llegar recorrieron todo el predio para luego participar de diversas charlas. Eran alumnos de catorce y quince años, de Soriano, San José y Rosario. Ser parte de la escuela agraria les permite que al finalizar puedan cursar cualquier bachillerato, ya sea en secundaria o UTU.
“Para ellos es una experiencia muy linda, además de venir al evento, luego nos iremos a seguir la recorrida en Montevideo y visitaremos la Unidad Agroalimentaria Metropolitana. Para muchos de ellos esta es la oportunidad que tienen para realizar estas salidas”, explicó la directora a La Mañana.
Pasión por el campo
Damián Resende tiene dieciocho años, es estudiante de la escuela agraria de Montes, en Canelones. Llegó a la Expo Melilla junto a todos los alumnos de bachillerato con el fin de visitar y aprender de cada cosa que encontraran. En diálogo con este medio, el estudiante indicó que lo que más les gustó fue la variedad de maquinaria de la exposición y la calidad de quienes brindaron las charlas. “Nosotros vinimos más bien por el tema de los ovinos, que es lo que tenemos en la agraria, fundamentalmente razas cárnicas con poca lana”, dijo.
Resende comentó que en la escuela tienen corderos, ovejas y carneros, unos 350 animales en total, y que se imparten dos materias vinculadas al campo, que son Ganadería y Maquinaria. En la primera realizan prácticos con los ovinos y también con vacas, y en la segunda trabajan el campo para beneficios de los ovinos, hacen trabajos en pradera y plantan soja. “Diez días antes de encarnerar los ovinos se les da una alta cantidad de proteína para que ovulen más y, por ende, tengan más eficiencia, y eso hace crecer las posibilidades de tener mellizos”, relató.
Si los estudiantes no aprueban alguna de esas dos asignaturas, reprueban el año, ya que tienen un peso mayor al resto de las materias, por ejemplo, no cuentan con instancia de examen y además requiere gran exigencia, “pero a los que estamos en el campo nos encanta, es casi imposible reprobarla”, destacó Resende.
Ese año el estudiante terminará el bachillerato agrario y tiene posibilidades de seguir cursando en otras escuelas agrarias a nivel terciario, podrá obtener un título de técnico con especializaciones en diversas áreas según su interés.
Por una buena convivencia
Por su parte, la ayudante de internado de la escuela agraria de Montes, Walkiria Estévez, comentó que por semana tiene unas 35 niñas que cursan en modalidad de alternancia, por lo que una semana va un grupo y a la siguiente el otro. En total, el instituto cuenta con tres internados con unos cuarenta alumnos por semana: masculino de ciclo básico, de bachillerato, y un internado femenino, por lo que cuenta con una capacidad para 120 alumnos semanales.
Los estudiantes asisten de lunes a viernes, tienen todas las materias comunes y luego las agrarias. El rol de Estévez tiene que ver con lo relativo a la convivencia de los internados, ya que se comparten habitaciones, divididos en módulos de ocho niñas y otros de ocho varones. “Yo me encargo de lo vinculado a la higiene, comportamiento y relacionamiento entre ellos”, comentó.
Los estudiantes se levantan a las 6:00 de la mañana y algunos tienen clases hasta las 22:00 horas, en tanto el bachillerato va hasta las 17:00 horas, por lo que es posible que hagan las tareas luego de finalizado el horario de las clases. Por su parte, ciclo básico tiene la modalidad de actividades virtuales con docentes la semana que no están en el internado.
En la escuela de Montes cursan alumnos de varios departamentos cercanos, como Florida, Maldonado, Lavalleja, Canelones y Montevideo. “Ellos se levantan, desayunan, tienen una colación a media mañana, luego el almuerzo, la merienda, otra colación y la cena. Todo lo organiza la cocinera de la institución”, comentó la ayudante.
“Me encanta participar, si bien no estoy en la parte de agro, vengo siempre a las exposiciones como estas o al Prado, porque me encanta estar con ellos en estas actividades, donde pueden mostrar los trabajos que han hecho en el año”, agregó la entrevistada. Indicó que esta oportunidad los estudiantes llegaron a exponer una charla con el fin de contar lo que se hace en la institución, sin embargo, en otras instancias como el Prado se han presentado con la cabaña de ovinos y vacunos.
Actualmente se encuentran trabajando en un proyecto de la raza Hereford. Les brindaron un novillo y ellos deben prepararlo y competir con otras instituciones agrarias para contar con el mejor novillo en línea con las exigencias de la raza.
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